Comida sana, parques y gimnasios

Las tasas de diabetes se reducen en los vecindarios saludables

Un estudio sugiere que hacer que esos recursos sean fácilmente accesibles y asequibles podría reducir las probabilidades de la enfermedad.

Fuente: Medlineplus

Los vecindarios con un acceso fácil a los alimentos saludables y unos lugares seguros para hacer ejercicio podrían ayudar a los residentes a reducir su riesgo de diabetes tipo 2, sugiere un estudio reciente.

El estudio encontró que el riesgo de contraer diabetes era un 12 por ciento más bajo en los vecindarios con acceso a unos alimentos saludables. Los investigadores también encontraron una reducción del 21 por ciento en el riesgo de diabetes tipo 2 en las áreas con más oportunidades para la actividad física.

"La mayoría de los esfuerzos por prevenir la diabetes tipo 2 se enfocan en los individuos", dijo el investigador líder, Paul Christine, de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Michigan en Ann Arbor, Michigan. "Nuestro estudio apunta a la necesidad de tomar en cuenta los ambientes de los vecindarios como objetivos que podrían complementar los programas de intervención basados en el individuo", planteó.

Una mayor disponibilidad de lugares para hacer ejercicio incluía a los gimnasios y los lugares agradables para caminar, según Christine.

Aunque la disponibilidad de comida saludable era importante, "simplemente que hubiera más supermercados o mercados de frutas y verduras en el vecindario no se tradujo en un riesgo más bajo de diabetes", señaló Christine.

Otros factores que jugaron un rol incluyeron el costo de la comida saludable y la capacidad de los residentes de costearla, apuntó.

El informe aparece en la edición en línea del 29 de junio de la revista JAMA Internal Medicine.

Para el estudio, el equipo de Christine recolectó datos sobre más de 5,000 personas que, al inicio de la investigación, no padecían de diabetes tipo 2. Siguieron la salud de los participantes de 2000 a 2012.

Los investigadores recolectaron datos sobre los vecindarios en que vivían los participantes, sobre todo respecto a la disponibilidad de alimentos saludables y lugares seguros para hacer ejercicio.

Durante el periodo del estudio, el 12 por ciento de los participantes contrajeron diabetes tipo 2, encontraron los investigadores.

Era más probable que se diagnosticara diabetes tipo 2 a las personas que eran negras o hispanas, que tenían unos ingresos bajos o un nivel educativo inferior, encontró el estudio. También era más probable que las personas que contrajeron diabetes tipo 2 tuvieran sobrepeso o fueran obesas, y que tuvieran antecedentes familiares de diabetes tipo 2. Los que al final contrajeron diabetes también eran menos propensos a hacer ejercicio o a seguir una dieta saludable, señalaron los investigadores.

Nancy Adler, profesora de psicología médica y directora del Centro de Salud y Comunidad de la Universidad de California, en San Francisco, dijo que aunque afrontar los aspectos médicos de la diabetes tipo 2 es importante, las condiciones sociales y conductuales tienen un rol mucho mayor al determinar quién se enfermará.

"La capacidad de las personas de realizar conductas que reduzcan su riesgo de diabetes se ve limitada por sus recursos personales, como los ingresos, además de los recursos disponibles en sus vecindarios", dijo Adler, que también es coautora de un editorial que acompaña al estudio en la revista.

Incluso en los vecindarios con recursos disponibles, las personas deben tener la capacidad de aprovecharlos, dijo Adler.

"No es suficiente simplemente con ampliar los recursos, como los mercados de alimentos en los vecindarios, sin comprender y abordar las barreras que los individuos podrían tener para usarlos", comentó.

Christine cree que cambiar los vecindarios podría ayudar a que los residentes fueran más sanos. "Modificar los vecindarios de formas que fomenten una conducta más saludable, en particular garantizar la disponibilidad de recursos para la actividad física, podría ayudar a prevenir que se contraiga diabetes tipo 2", aseguró.

Admitió que esa tarea no es fácil. Las comunidades tendrían que pensar sobre la salud de sus residentes al tomar decisiones sobre la zonificación, explicó. "No estoy seguro de que esto siempre se haga", dijo Christine.

Pero añadió que "debemos pensar sobre los vecindarios para las acciones potenciales de salud pública en la prevención de la diabetes tipo 2".

Aunque el estudio encontró una asociación entre tener diabetes tipo 2 y el acceso a alimentos saludables y ejercicio seguro, no probó causalidad.


FUENTES: Paul Christine, M.P.H., University of Michigan School of Public Health, Ann Arbor; Nancy Adler, Ph.D., professor, medical psychology, and director, Center for Health and Community, University of California, San Francisco; June 29, 2015, JAMA Internal Medicine