La temporada de influenza ya comenzó, y muchas personas decidirán vacunarse con la esperanza de evitar un debilitante ataque de fiebre, estornudos, tos y dolores.
Pero un nuevo estudio británico sugiere que quizá acaben obteniendo una protección adicional en la que ni habían pensado: una reducción en su riesgo a corto plazo de accidente cerebrovascular (ACV).
Según un equipo de científicos de la Universidad de Lincoln, la vacuna contra la gripe parece asociarse con una reducción en el riesgo de ACV de alrededor de una quinta parte durante dos meses. Pero el estudio no probó que la vacuna contra la gripe cause una reducción en el riesgo de ACV.
El motivo exacto de que parezca haber una asociación entre ambas cosas no está claro.
Niro Siriwardena, coautor del estudio, dijo que la evidencia del impacto de la vacuna contra la gripe sobre el riesgo de ACV no es del todo sorprendente, dado que investigaciones anteriores habían mostrado un vínculo similar.
"Lo más sorprendente del hallazgo es que la vacuna contra la gripe se administre cada año para prevenir complicaciones respiratorias de la influenza, como la neumonía, en lugar de para prevenir el ACV", dijo.
Siriwardena, profesor de atención sanitaria primaria y previa a la hospitalización de la Unidad de Investigación sobre Comunidad y Salud de la Universidad de Lincoln, y su equipo, reportaron su hallazgo en una edición reciente de la revista Vaccine.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. estiman que cada año hay entre 3,000 y 49,000 muertes relacionadas con la influenza. Se calcula que entre el 80 y el 90 por ciento de esas muertes ocurren en personas a partir de los 65 años de edad.
Para explorar la asociación posible entre la vacuna contra la gripe y el riesgo de accidente cerebrovascular, los investigadores estudiaron los expedientes de salud de casi 18,000 pacientes adultos de Reino Unido que sufrieron un ACV entre 2001 y 2009.
Todos los pacientes habían recibido una vacuna contra la gripe. Pero dado que la vacuna tiene una efectividad máxima de apenas seis meses, el equipo del estudio pudo comparar la cantidad de ACV que ocurrieron en un plazo de 180 días tras la inoculación con la cantidad de ACV que ocurrieron tras 180 días.
El equipo observó una reducción inmediata del 55 por ciento en el riesgo de ACV en los primeros tres días tras la vacuna. Y aunque el riesgo de ACV aumentó de forma gradual en los próximos días, siguió siendo un 36 por ciento más bajo entre los 4 y los 7 días, un 30 por ciento más bajo entre los 8 y los 14 días, un 24 por ciento más bajo entre los 15 y los 28 días, y un 17 por ciento más bajo entre los 29 y los 59 días.
Además, los pacientes vacunados relativamente pronto en la temporada (entre el 1 de septiembre y el 15 de noviembre) obtuvieron el mayor beneficio en términos de la reducción del riesgo de ACV, dijeron los investigadores.
En resumen: las personas a quienes se recomienda vacunarse contra la gripe deben hacerlo, y más bien temprano que tarde. Desde que en 2010 se tomó la medida de la "vacunación universal", básicamente eso implica que todos los estadounidenses deben vacunarse a partir de los seis meses de edad.
Siriwardena anotó que está por verse si el beneficio de la vacuna contra la gripe podría ser menor o mayor dependiendo del perfil de riesgo particular de ACV de un paciente.
El Dr. Gregg Fonarow, profesor de cardiología de la Universidad de California, en Los Ángeles, dijo que "aunque las personas con un riesgo más elevado de ACV quizá obtengan el mayor beneficio en términos de la reducción del riesgo de esa afección, dado el devastador impacto que los ACV pueden tener, incluso unas reducciones modestas en ese riesgo valen la pena".
FUENTES: Niro Siriwardena, Ph.D., professor, primary and pre-hospital health care, Community and Health Research Unit, University of Lincoln, Lincoln, England; Gregg Fonarow, M.D., professor, cardiology, University of California, Los Angeles; Oct. 5, 2015, Vaccine