Los bebés nacidos de madres con una complicación del embarazo conocida como preeclampsia tienen un riesgo más elevado de defectos cardiacos, encuentra un nuevo estudio de gran tamaño.
Los investigadores canadienses enfatizaron que el riesgo sigue siendo muy bajo: se observaron más defectos cardiacos en apenas alrededor del 0.1 por ciento de los recién nacidos cuyas madres tuvieron preeclampsia.
Y los hallazgos, que aparecen en la edición del 20 de octubre de la revista Journal of the American Medical Association, no prueban que la preeclampsia en realidad provoque esos problemas cardiacos.
En lugar de ello, los resultados sugieren que la preeclampsia y los defectos cardiacos congénitos comparten algunas causas biológicas subyacentes, explicó la Dra. Siobhan Dolan, asesora médica de March of Dimes, una organización sin fines de lucro.
"Por eso este estudio es importante", dijo Dolan, que también es profesora de obstetricia y ginecología clínicas del Centro Médico Montefiore, en la ciudad de Nueva York.
La Dra. Nathalie Auger, investigadora líder del estudio, se mostró de acuerdo.
"En última instancia, deseamos prevenir tanto la preeclampsia como los defectos cardiacos congénitos", dijo Auger, de la Universidad de Montreal.
Este es el primer estudio en hallar una asociación entre ambas cosas, apuntó Auger. Dijo que la esperanza es que fomente más investigación que indague sobre los motivos de la conexión y que, potencialmente, encuentre formas de reducir el riesgo de ambas.
Entre el 2 y el 8 por ciento de las mujeres embarazadas contraen preeclampsia, según Marc of Dimes.
La afección se caracteriza por hipertensión y otras señales de que los órganos de la mujer, como los riñones y el hígado, no funcionan bien. Esas señales incluyen proteína en la orina, dolores de cabeza graves y problemas de la visión.
La preeclampsia puede tener complicaciones graves, como el parto prematuro y un peso bajo al nacer. También puede aumentar el riesgo de una mujer de convulsiones, coma y desprendimiento de la placenta, en que la placenta se separa del útero, a veces provocando una hemorragia potencialmente letal.
No se sabe cuál es la causa exacta de la preeclampsia, pero se cree que tiene que ver con un desarrollo anómalo de los vasos sanguíneos que alimentan a la placenta, explicó Dolan.
Por lo general, la preeclampsia se diagnostica en una etapa avanzada del embarazo, tras la semana 20, y con frecuencia en el tercer trimestre. En contraste, las estructuras cardiacas fetales más importantes se forman a principios del embarazo.
Así que parece poco probable que la preeclampsia provoque los defectos cardiacos congénitos, según Auger.
En lugar de ello, los investigadores sugirieron que problemas subyacentes en el desarrollo de los nuevos vasos sanguíneos podrían contribuir a ambas afecciones.
Los hallazgos se basan en los expedientes médicos de casi dos millones de bebés nacidos en Quebec entre 1989 y 2012. Casi 73,000 madres tuvieron preeclampsia.
En general, el equipo de Auger encontró, los bebés nacidos de madres con preeclampsia tenían una prevalencia más alta de defectos cardiacos "críticos": poco más del 0.1 por ciento, frente a aproximadamente el 0.07 por ciento de los bebés cuyas madres no sufrieron de preeclampsia.
El aumento en el riesgo pareció limitarse a las mujeres que contrajeron preeclampsia más pronto, antes de la semana 34 del embarazo, según los hallazgos.
Por otro lado, la preeclampsia se vinculó con unos defectos cardiacos más leves independientemente del momento en que surgiera durante el embarazo. Alrededor del 1.5 por ciento de los bebés nacidos de madres con preeclampsia tenían un defecto cardiaco "no crítico", en comparación con el 0.8 por ciento de los demás bebés.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., los defectos cardiacos críticos conforman una cuarta parte de todos los defectos cardiacos congénitos de Estados Unidos. Los defectos por lo general requieren de cirugía o algún otro tratamiento en el primer año de la vida del bebé.
"Esos son los defectos cardiacos que realmente nos preocupan", dijo Auger.
Enfatizó que las mujeres con preeclampsia no deben alarmarse, dado que el riesgo del bebé sigue siendo bastante bajo. Pero los médicos deben saber que hay una conexión, dijo.
A veces, los defectos cardiacos se pueden detectar durante el embarazo con ultrasonidos. En otras ocasiones, se detectan poco después del nacimiento a través de una sencilla prueba para el recién nacido que mide los niveles de oxígeno del bebé, dijo Auger.
Tanto Auger como Dolan señalaron que los hallazgos subrayan la necesidad de una buena atención prenatal, en parte para detectar la preeclampsia lo antes posible.
La única cura es dar a luz al bebé. Pero si es demasiado pronto en el embarazo, las mujeres podrían recibir una monitorización más intensiva o posiblemente fármacos, como un antihipertensivo.
Dolan añadió que las mujeres que han tenido preeclampsia en el pasado tienen un mayor riesgo de contraerla de nuevo. Dijo que por eso es importante que hablen con el médico sobre la planificación de su próximo embarazo.
"Entrar al embarazo lo más sana posible es crucial", planteó Dolan. "Hay que tener un peso saludable. Si se tiene diabetes o hipertensión, hay que controlarlas".
Un médico podría también recomendar una aspirina de dosis baja a partir de la semana 12 del embarazo, dijo Dolan, dado que hay evidencias de que reduce el riesgo de preeclampsia recurrente.
Auger también enfatizó la importancia de tomar ácido fólico antes y durante el embarazo temprano.
"Ya se recomienda para prevenir defectos del tubo neural", señaló. "Y hay ciertas evidencias de que también reduce el riesgo de defectos cardiacos congénitos".
FUENTES: Nathalie Auger, M.D., assistant clinical professor, social and preventive medicine, University of Montreal, Quebec, Canada; Siobhan Dolan, M.D., M.P.H., medical advisor, March of Dimes, professor, clinical obstetrics and gynecology, Montefiore Medical Center, New York City; Oct. 20, 2015, Journal of the American Medical Association