Revisión Cochrane

¿Hay evidencias de la utilidad del masaje para el dolor lumbar?

Existe muy poca confianza en que el masaje sea un tratamiento eficaz para el dolor lumbar.

Autor/a: Andrea D Furlan, Mario Giraldo, Amanda Baskwill, Emma Irvin1, Marta Imamura

Masajes para el dolor lumbar
Autores: Andrea D Furlan, Mario Giraldo, Amanda Baskwill, Emma Irvin, Marta Imamura
Cómo citar la revisión: Furlan A, Giraldo M, Baskwill A, Irvin E, Imamura M. . Cochrane Database of Systematic Reviews 2015 Issue 9. Art. No.: CD001929. DOI: 10.1002/14651858.CD001929


Resumen
Antecedentes

El dolor lumbar es una de las afecciones musculoesqueléticas más frecuentes y costosas de la sociedad moderna. Lo presenta entre el 70% y el 80% de los adultos en algún momento de su vida. El tratamiento con masajes tiene la posibilidad de disminuir el dolor y acelerar el regreso a las funciones normales.

Objetivos

Evaluar los efectos del tratamiento con masajes en los pacientes con dolor lumbar inespecífico.
Estrategia de búsqueda

Se hicieron búsquedas en PubMed hasta agosto 2014, y en las siguientes bases de datos hasta julio 2014: MEDLINE, EMBASE, CENTRAL, CINAHL, LILACS, Index to Chiropractic Literature, y en Proquest Dissertation Abstracts. También se verificaron las listas de referencias. No se aplicó ninguna restricción de idioma.

Criterios de selección

Solamente se incluyeron los ensayos controlados aleatorios de adultos con dolor lumbar inespecífico clasificado como agudo, subagudo o crónico. El masaje se definió como la manipulación de las partes blandas mediante las manos o un dispositivo mecánico. Se agruparon los grupos de comparación en dos tipos: controles inactivos (tratamiento simulado, lista de espera o ningún tratamiento) y controles activos (manipulación, movilización, ENET, acupuntura, tracción, relajación, fisioterapia, ejercicios o educación en autocuidado).

Obtención y análisis de los datos

Se utilizaron los procedimientos metodológicos estándar Cochrane y se siguieron las guías CBN. Dos autores independientes realizaron la selección de los artículos, la extracción de los datos y la evaluación crítica.

Resultados principales

En total se incluyeron 25 ensayos (3096 participantes) en esta actualización de la revisión. En su mayoría fueron financiados por organizaciones sin fines de lucro. Un ensayo incluyó a participantes con dolor lumbar agudo y los ensayos restantes incluyeron a pacientes con dolor lumbar subagudo o crónico. En tres ensayos los masajes se realizaron con un dispositivo mecánico y en los ensayos restantes solamente se utilizaron las manos. El tipo de sesgo más frecuente en estos estudios fue el sesgo de realización y el de medición porque es difícil cegar a los participantes, a los terapeutas del masaje y la medición de los resultados.

La calidad de las pruebas se consideró "baja" a "muy baja" y los motivos principales para disminuir la calidad de las pruebas fueron el riesgo de sesgo y la imprecisión. No hubo indicios de sesgo de publicación. Para el dolor lumbar agudo, se encontró que el masaje fue mejor que los controles inactivos para el dolor (DME -1,24; IC del 95%: -1,85 a -0,64; participantes = 51; estudios = 1) a corto plazo, pero no para la función (DME -0,50; IC del 95%: -1,06 a 0,06; participantes = 51; estudios = 1)).

Para el dolor lumbar subagudo y crónico, el masaje fue mejor que los controles inactivos para el dolor (DME -0,75; IC del 95%: -0,90 a -0,60; participantes = 761; estudios = 7) y la función (DME -0,72; IC del 95%: -1,05 a -0,39; 725 participantes; 6 estudios; ) a corto plazo, pero no a largo plazo; sin embargo, en comparación con los controles activos, el masaje fue mejor para el dolor al seguimiento a corto plazo (DME -0,37; IC del 95%: -0,62 a -0,13; participantes = 964; estudios = 12)) y a largo plazo (DME -0,40; IC del 95%: -0,80 a -0,01; participantes = 757; estudios = 5), pero no se encontraron diferencias para la función (a corto y a largo plazo). No hubo informes de eventos adversos graves en ninguno de estos ensayos.

El aumento de la intensidad del dolor fue el evento adverso más frecuente, informado en el 1,5% al 25% de los participantes.

Conclusiones de los autores

Existe muy poca confianza en que el masaje sea un tratamiento eficaz para el dolor lumbar. El dolor lumbar agudo, subagudo y crónico presentó mejorías en los resultados de dolor con el masaje solo en el seguimiento a corto plazo. Se observó mejoría funcional en los participantes con dolor lumbar subagudo y crónico en comparación con los controles inactivos, pero solamente en el seguimiento a corto plazo. Con el masaje solamente hubo efectos adversos leves.


Resumen en términos sencillos
Masajes para el dolor lumbar

Pregunta de la revisión

¿Cuáles son los efectos del tratamiento con masaje en los pacientes con dolor lumbar?

Antecedentes

El dolor lumbar es muy frecuente. Aunque la mayoría de los dolores lumbares mejora sin tratamiento médico, cerca del 10% de los casos dura tres meses o más. Para tratar el dolor y mejorar la vida de los pacientes con dolor lumbar se utilizan muchos tratamientos. El masaje es uno de estos tratamientos.

Fecha de la búsqueda

Se actualizaron las búsquedas el 7 de agosto 2014 y se incluyeron 12 ensayos controlados aleatorios (ECA) adicionales en esta actualización de la revisión.

Características de los estudios

En total se incluyeron 25 ECA y 3096 participantes en esta actualización de la revisión. Solamente un ensayo incluyó pacientes con dolor lumbar agudo (duración del dolor menor de cuatro semanas), mientras que todos los otros incluyeron pacientes con dolor lumbar subagudo (cuatro a 12 semanas) o crónico (12 semanas o más). En tres estudios el masaje se aplicó mediante un dispositivo mecánico (como una barra metálica para aumentar la compresión de la piel o un instrumento con vibración) y en los ensayos restantes se realizó mediante las manos. La intensidad y la calidad del dolor fueron los resultados más frecuentes medidos en estos estudios, seguidos de la función relacionada con la espalda, como caminar, dormir, flexionarse y levantar pesos.

Fuentes de financiación de los estudios

Siete estudios no informaron las fuentes de financiamiento, 16 estudios fueron financiados por organizaciones sin fines de lucro. Un estudio informó que no recibió financiación alguna y un estudio fue financiado por un College of Massage Therapists.

Resultados clave

Ocho estudios compararon el masaje con intervenciones que no se esperaba que mejoraran los resultados (controles inactivos) y 13 estudios compararon el masaje con otras intervenciones que se esperaba que mejoraran los resultados (controles activos). El masaje fue mejor que los controles inactivos para el dolor y la función en el seguimiento a corto plazo, pero no a largo plazo. El masaje fue mejor que los controles activos para el dolor en el seguimiento a corto y a largo plazo, pero no se encontraron diferencias en la función o en el seguimiento a corto o a largo plazo. No hubo informes de eventos adversos graves en ninguno de estos ensayos. Los eventos adversos más frecuentes fueron el aumento de la intensidad del dolor en el 1,5% al 25% de los participantes.

Calidad de la evidencia

La calidad de las pruebas de todas las comparaciones se calificó como "baja" o "muy baja", lo que significa que existe una confianza muy pequeña en estos resultados. Lo anterior se debe a que en su mayoría los estudios incluidos fueron pequeños y tuvieron deficiencias metodológicas.

Antecedentes
Descripción de la condición

El dolor lumbar es un problema de salud importante en la sociedad moderna. Se ha calculado que la prevalencia puntual global del dolor lumbar es del 12% (Hoy 2012). Según el 2010 Global Burden of Disease Study, se calcula que dolor lumbar se encuentra entre las diez enfermedades y lesiones que representan el mayor número de años de vida ajustados a la discapacidad (AVAD) en todo el mundo (Vos 2010). Aunque el dolor lumbar es una afección benigna que desaparece espontáneamente, muchos pacientes buscan algún tipo de tratamiento para aliviar sus síntomas y mejorar su función.

Por este motivo, es posible enumerar más de 50 tratamientos potenciales que podrían aliviar el dolor, reducir el sufrimiento y eliminar este problema (Haldeman 2008). Sin embargo, hay pruebas sólidas solamente para una minoría de estos tratamientos (Chou 2009).

La mayor parte de la carga económica del dolor lumbar proviene del número pequeño de pacientes que desarrollan dolor lumbar crónico debido al uso excesivo de pruebas de diagnóstico e intervenciones terapéuticas, así como a la incapacidad para funcionar (Dagenais 2008). Los datos de siete países de América Latina indican que la prevalencia del dolor lumbar crónico se calcula entre el 4,2% y el 10,1% de la población (Garcia 2014).

Descripción de la intervención

El masaje terapéutico se define como la manipulación de las partes blandas de áreas de todo el cuerpo para producir mejorías generalizadas en la salud, como la relajación o la mejoría del sueño, o efectos beneficiosos físicos específicos como el alivio de los dolores musculares y otros dolores. (Vickers 1999) El uso del masaje para el dolor lumbar está muy difundido.

En las culturas orientales se cree que el masaje posee efectos analgésicos potentes. Una revisión sistemática de 22 encuestas en seis países (EE.UU., Reino Unido, Canadá, Australia, Singapur y Corea del Sur) encontró que la prevalencia de visitas por adultos a los terapeutas del masaje a los 12 meses varió del 0,4% al 20% y la mediana fue del 5,5%, mientras que los cálculos en los pacientes de edad avanzada fueron del 1,5% al 16,2% (mediana 5,2%).(Harris 2014).

De qué manera podría funcionar la intervención

Se considera que el masaje de partes blandas mejora los resultados fisiológicos y clínicos al ofrecer alivio sintomático del dolor mediante la relajación física y mental, y aumentar el umbral del dolor mediante la liberación de endorfinas (Ernst 1999). La teoría de la puerta de control predice que el masaje de un área particular estimula las fibras nerviosas de gran diámetro. Estas fibras tienen una acción inhibitoria sobre los linfocitos T (que son las primeras células de conexión con el sistema nervioso central dentro de la médula espinal). La actividad de los linfocitos T disminuye (mientras que, por el contrario, las fibras nerviosas de diámetro pequeño [fibras nociceptivas] tienen una acción excitadora) y se mantiene el alivio del dolor (Melzack 1996).

El tratamiento con masaje puede proporcionar efectos beneficiosos al cambiar al sistema nervioso autonómico de un estado de respuesta simpática a un estado de respuesta parasimpática. Sin embargo, el apoyo a esta teoría no es universal e incluso se ha indicado que el tratamiento con masaje puede estimular una respuesta simpática del sistema nervioso autonómico (Moyer 2004). Las conexiones mecanicistas entre la manipulación de los tejidos corporales y el alivio correspondiente de una gama amplia de síntomas no se comprenden completamente. Se necesitan estudios mecanicistas para delinear los efectos biológicos y psicológicos subyacentes del masaje y su relación con los resultados.

El masaje se reconoce como una forma terapéutica segura, con pocos riesgos o efectos adversos. Sin embargo, hay contraindicaciones como la aplicación del masaje sobre un área con inflamación aguda, infección de la piel, fractura no consolidada, área de quemadura, trombosis venosa profunda o sobre el sitio de un tumor de cáncer activo (Vickers 1999). El 13% de los participantes presentó dolor o molestias leves durante o poco después de recibir el masaje(Cherkin 2001).

El masaje se ha investigado en el área de tratamiento del dolor por su eficacia en el alivio de las cefaleas (Jensen 1990), el dolor muscular posejercicio (Weber 1994), el dolor por cáncer (Weinrich 1990) y el dolor mecánico del cuello (Gross 1999). Estos estudios muestran poco o ningún efecto del masaje para aliviar estas afecciones dolorosas. Moyer 2004 informó un metanálisis de 37 ensayos controlados aleatorios (ECA) (1802 participantes) de muchas afecciones de salud diferentes. Este metanálisis apoya la conclusión general de que el tratamiento con masaje es efectivo. Treinta y siete estudios produjeron un efecto general estadísticamente significativo, así como seis efectos específicos de nueve que se examinaron. Se encontraron resultados significativos dentro de las categorías de dosis única y dosis múltiples y en variables de resultado fisiológicas y psicológicas.

Por qué es importante realizar esta revisión

En las versiones anteriores de esta revisión Cochrane se concluyó que el masaje fue beneficioso para el dolor lumbar crónico (Furlan 2002; Furlan 2008). Sin embargo, se han publicado ensayos más recientes desdeFurlan 2008, Por lo tanto, es importante actualizar esta revisión Cochrane.

Objetivos Evaluar los efectos del tratamiento con masajes en los pacientes con dolor lumbar inespecífico.

Métodos Criterios para la inclusión de los estudios para esta revisión
 

Tipos de estudios Se incluyeron ECA ya que son el nivel más alto de pruebas para evaluar los efectos de las intervenciones. No hubo restricciones de idioma.

Se excluyeron las publicaciones que solamente tenían el resumen porque hay pruebas de que la mayoría de los ensayos presentados en congresos nunca alcanza a publicarse complemente, y los que con el tiempo se publican completos son sistemáticamente diferentes de los que nunca se publican completos (Scherer 2007). Se hizo una lista de estos resúmenes en la sección de estudios en curso.
Tipos de participantes

Se incluyeron adultos (personas mayores de 18 años) con dolor lumbar inespecífico. Inespecífico indica que no hay una causa específica detectable, por lo que se excluyeron los estudios en los que la población incluyó dolor lumbar causado por infección, neoplasias, metástasis, osteoporosis, artritis reumatoide, fracturas, procesos inflamatorios o síndrome radicular.

El dolor lumbar se clasificó como agudo (< cuatro semanas), subagudo (de cuatro a 12 semanas) o crónico (> 12 semanas).

El dolor lumbar se definió como el dolor localizado desde el borde costal o la duodécima costilla hasta el pliegue glúteo inferior.
Tipos de intervenciones

En esta revisión Cochrane el masaje se definió como la manipulación de las partes blandas mediante las manos o un dispositivo mecánico. El masaje se puede aplicar a cualquier parte del cuerpo, a la región lumbar sola o a todo el cuerpo. Para incluir los estudios en esta revisión, se utilizó la taxonomía de los tratamientos con masajes para el dolor musculoesquelético desarrollada por Sherman 2006. La taxonomía se conceptualizó como un sistema de clasificación de tres niveles: los objetivos del tratamiento, los estilos y las técnicas. Cuatro categorías describieron el objetivo principal del tratamiento: masaje de relajación, masaje clínico, reeducación del movimiento y trabajo de energía.

Cada objetivo de tratamiento se podía alcanzar mediante algunos estilos diferentes y cada estilo consiste en varias técnicas específicas. Se identificaron y describieron 36 técnicas diferenciadas, muchas de las cuales podían estar incluidas en múltiples estilos (ver Tabla 1). Se excluyeron los ensayos en los que el masaje no se aplicó con cualquiera de los objetivos de tratamiento descritos anteriormente.

En la fisioterapia, el masaje se considera un tratamiento adyuvante o un tratamiento complementario para preparar al paciente para el ejercicio u otras intervenciones; pocas veces se utiliza como tratamiento principal. Sin embargo, hay profesionales (p.ej. terapeutas del masaje) que emplean el masaje como la única intervención. En esta revisión Cochrane, se analizó el masaje solo porque es difícil establecer conclusiones definitivas cuando se incluyen tratamientos múltiples.

Grupos de comparación

En esta actualización de la revisión, se dividieron los grupos de comparación en dos tipos: controles activos y controles inactivos. Otras revisiones sistemáticas sobre el masaje han utilizado este mismo enfoque y se utilizó un agrupamiento similar para los grupos de comparación. Una revisión fue sobre el masaje para el dolor del cuello y el hombro (Kong 2013), y la otra fue sobre el masaje para el dolor del cuello (Cheng 2014).

Los controles inactivos son intervenciones que no se espera que tengan un efecto sobre los resultados. Incluyen el tratamiento simulado, ningún tratamiento, controles en lista de espera, o cuando todos los brazos de intervención reciben atención habitual incluidos los controles, y por lo tanto es posible decir que el control no recibió una intervención fuera de la que recibieron los otros brazos.

Los controles activos son intervenciones que se espera que tengan un efecto sobre los resultados: incluyen manipulación, movilización, ENET, acupuntura, tracción, relajación, fisioterapia, ejercicios o educación en el autocuidado. Estos grupos de comparación se combinaron porque a los participantes asignados al azar al grupo control se les dijo que recibirían otra "intervención de estudio". Los participantes de este grupo de comparación fueron más activos, y estaban activamente involucrados en la intervención; incluso en las terapias de relajación, los participantes tenían que involucrarse activamente en estas formas.

Tipos de medida de resultado
Medidas de resultado principales

Los resultados primarios fueron el dolor y el estado funcional específico de la espalda. El momento de la medición de los resultados se dividió en dos categorías:

Corto plazo: cuando la evaluación del resultado se hizo ≤ seis meses después de la asignación al azar.

Largo plazo: cuando la evaluación de resultado se hizo > seis meses después de la asignación al azar. También se extrajeron los datos con respecto a los efectos adversos y las complicaciones relacionadas con el masaje.

Medidas de resultado secundarias

Los resultados secundarios solamente se extrajeron si no se informaron los resultados primarios en los estudios incluidos, como la mejoría general, la satisfacción del paciente, la calidad de vida y el estado relacionado con el trabajo.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Para una presentación detallada de los resultados y de los gráficos, ver la versión PDF en inglés de esta revisión.

Resumen de los resultados principales

En esta actualización de revisión Cochrane se incluyeron 12 nuevos ECA de masaje para el dolor lumbar. A diferencia de la revisión anterior (que fue más positiva), la revisión actual indica que existe una confianza muy pequeña en que el masaje es un tratamiento eficaz para el dolor lumbar. Los resultados son contradictorios con respecto al seguimiento a largo plazo (masaje versus controles inactivos) y para el resultado de función (masaje versus controles activos); algunas comparaciones muestran que el masaje es mejor que los grupos control y otros no muestran diferencias significativas.

No todos los ensayos incluidos mostraron que el masaje fue mejor que el otro tratamiento: un ensayo informó que la acupuntura fue mejor que el masaje Thai en el personal militar (Kumnerddee 2009); otro ensayo indicó que la acupuntura tuvo efectos similares para el alivio del dolor que el MS a corto plazo (Cherkin 2001); y un ensayo, Lara-Palomo 2013, informó mejores resultados con electromasaje con corriente iterferencial en comparación con masaje superficial para el alivio del dolor y la función a corto plazo.

Incluso aunque la reflexología es una técnica de masaje que no se aplica directamente a la espalda, en esta revisión Cochrane se incluyeron tres estudios que examinaron la reflexología. Se considera una manipulación manual de los tejidos corporales blandos (Sherman 2006). Un ensayo informó mejores resultados con la reflexología que con el tratamiento simulado(Quinn 2008); un ensayo, Eghbali 2012, informó mejores resultados con la reflexología que con el masaje de los pies y lumbar; y un ensayo presentó mejores resultados con la reflexología que con la atención habitual, pero no hubo diferencias en comparación con la relajación (Poole 2007).

Exhaustividad y aplicabilidad de la evidencia

No se encontró un tamaño grande del efecto. La magnitud del efecto fue pequeña a moderada en todos los metanálisis de los resultados continuos. Todos los metanálisis de los resultados continuos debieron realizarse mediante los valores de la DME porque los ensayos incluidos utilizaron diferentes instrumentos de medición para los resultados de interés (dolor y función). La desventaja de utilizar los valores de la DME es que es poco probable que los médicos y los pacientes estén familiarizados con esta manera de presentar los resultados. (Guyatt 2013). Por lo tanto, en la tablas "Resumen de los hallazgos" se utilizó una transformación a una medición común y bien conocida para presentar los resultados de una manera significativa.

Sólo 11 ensayos midieron los eventos adversos. Los ensayos restantes no mencionaron si se midieron o no los eventos adversos. No hubo eventos adversos graves en estos ensayos, y el evento adverso más frecuente fue el aumento del dolor después de las sesiones de masaje.

Catorce ensayos utilizaron ajustes estadísticos para controlar el error tipo I (Buttagat 2011; Chatchawan 2005; Cherkin 2001; Cherkin 2011; Franke 2000; Hernandez-Reif 2001; Hsieh 2004; Hsieh 2006; Lara-Palomo 2013; Little 2008; Poole 2007; Preyde 2000; Sritoomma 2014; Yip 2004). No todos los estudios consideraron el cálculo del tamaño de la muestra según la Diferencia Mínima Clínicamente Importante (DMCI) para el dolor o la función para producir resultados clínicamente más significativos; tres de los 14 ensayos no consideraron una DMCI para el tamaño de la muestra (Buttagat 2011; Hernandez-Reif 2001; Sritoomma 2014).

Además, el punto de corte aún es discutible cuando se consideran los métodos para operacionalizar o cuantificar la DMCI (King 2011). Se propone una DMCI de 19 de 100 puntos en la EAV y 10 puntos en la Oswestry; este punto de corte se obtuvo por el error estándar de la medición y por las preguntas globales de transición al restar la puntuación media "sin cambio" de "mejor" (Hägg 2003). La justificación para decidir la DMCI se debe realizar a priori para obtener estimaciones clínicas más significativas, de lo contrario, es posible obtener diferencias estadísticas pero no necesariamente clínicamente importantes.

Calidad de la evidencia

Esta revisión actualizada también es diferente de las versiones anteriores en relación a la calidad de las pruebas. El enfoque actual produjo pruebas de calidad "baja" a "muy baja", lo que difiere de la versión anterior de esta revisión, (Furlan 2008), en la que la calidad de las pruebas se consideró "moderada" para la mayoría de las comparaciones. La explicación de estos cambios podría ser: primero, se agruparon más estudios en las mismas comparaciones, por lo que aumentaron los tipos de sesgos que se introdujeron en cada comparación; y segundo, las definiciones de imprecisión e inconsistencia fueron más estrictas en la revisión actual que en la anterior.

En esta actualización de la revisión se encontró un alto riesgo de selección, realización, desgaste y medición, lo que indica que el cegamiento de los pacientes, los profesionales sanitarios y los resultados fueron los pasos metodológicos más desafiantes en los ensayos clínicos sobre masaje. Un ensayo, Geisser 2005, utilizó un cuestionario para medir el éxito del cegamiento del paciente, por lo que esta estrategia pareció ayudar a reducir el sesgo cuando los propios pacientes evalúan los resultados del dolor y la función. Por otro lado, los métodos para la ocultación de la asignación se informaron de manera poco clara en la mitad de los ensayos. Se ha indicado que los ensayos pequeños con ocultación inadecuada de la asignación pueden exagerar el efecto de las intervenciones cuando se comparan con los estudios más grandes (Kjaergard 2001).
Sesgos potenciales en el proceso de revisión

En esta actualización de la revisión se agruparon los grupos de comparación para producir comparaciones más significativas. El masaje se comparó con controles activos e inactivos. El masaje no es un tratamiento estandarizado y muchas variables pueden afectar su posible efecto sobre las afecciones dolorosas, como la técnica, la duración, la frecuencia y el número de sesiones de tratamiento del masaje, la intensidad de la presión, la ubicación en el cuerpo, la experiencia del terapeuta, el nivel de estrés, la heterogeneidad de los participantes y las variables de confusión como las cointervenciones o el efecto emocional de ser asesorado por un terapeuta.

Una limitación de este metanálisis es la falta relativa de estudios para cada técnica de masaje, en medio de un gran número de variables incluidas en las técnicas de masaje y las muestras pequeñas (Hernandez-Reif 2001; Kumnerddee 2009; Quinn 2008; Yoon 2012), es posible obtener algunas asociaciones solamente por azar (error tipo I). Como la asignación al azar puede no ser suficiente para equilibrar los grupos en cuanto a sus condiciones iniciales, se ha propuesto que la estratificación del riesgo(Wagner 2009) o el análisis multivariado (Wahlgren 2008) pueden superar este posible escollo.
Acuerdos y desacuerdos con otros estudios o revisiones

Una revisión reciente no Cochrane examinó los efectos del masaje para muchas afecciones dolorosas incluido el dolor del hombro, el dolor de la fibromialgia y el dolor de la espalda (Bervoets 2015). Dicha revisión incluyó adultos con trastornos musculoesqueléticos frecuentes y comparó masaje versus ningún tratamiento (control en lista de espera, simulación, reposo o atención habitual) y masaje versus otros tratamientos activos (tratamiento con ejercicios, manipulación articular, tratamiento de relajación). Esta revisión incluyó ocho ECA en pacientes con dolor lumbar: seis de los 25 estudios que se incluyeron en esta revisión Cochrane; los otros dos estudios se excluyeron de esta revisión Cochrane porque se consideró que la técnica del masaje no se administró adecuadamente. Esto también podría explicarse por una estrategia de búsqueda diferente y diferencias en los criterios de inclusión. Los ocho estudios realizaron el seguimiento a corto y a largo plazo del dolor y la función luego del masaje comparado con tratamientos activos o inactivos. Bervoets 2015 agrupó dos estudios (uno incluido y otro excluido de la presente revisión), y encontró que el masaje no fue eficaz para el dolor lumbar.

Los mismos autores de la presente revisión publicaron una revisión sistemática de tratamientos de medicina complementaria y alternativa para el dolor de la espalda y el cuello(Furlan 2012). Dicha revisión incluyó diez ensayos de masaje para el dolor lumbar. En las comparaciones de masaje versus tratamientos inactivos, el masaje provocó una mejoría significativa en la intensidad del dolor y la discapacidad (efecto de alivio) para el dolor lumbar agudo / subagudo inespecífico, pero en los pacientes con dolor lumbar crónico inespecífico no hubo diferencias significativas con respecto a ningún tratamiento o placebo en cuanto a la intensidad del dolor o la discapacidad. En comparación con los tratamientos activos, el masaje fue significativamente mejor en cuanto al alivio del dolor comparado con la relajación o la fisioterapia en los pacientes con dolor lumbar crónico inespecífico, pero no hubo diferencias significativas entre el masaje y la atención habitual, que consistió en asesoramiento y ejercicio, en los pacientes con dolor lumbar crónico inespecífico.

Conclusiones de los autores

Implicaciones para la práctica

Existe muy poca confianza en que el masaje sea un tratamiento eficaz para el dolor lumbar. Para el dolor lumbar agudo, el masaje mejoró el dolor pero no la función en comparación con los controles inactivos en el seguimiento a corto plazo. Para el dolor lumbar subagudo y crónico, el masaje mejoró los resultados del dolor y la función en el seguimiento a corto plazo, pero no a largo plazo, cuando se comparó con los controles inactivos. Comparado con los controles activos, el masaje mejoró el dolor en el seguimiento a cortos y a largo plazo, pero no mejoró la función a cualquier seguimiento. Con el masaje solamente hubo efectos adversos leves.

Los efectos beneficios del masaje en los pacientes con dolor lumbar inespecífico agudo, subagudo y crónico se encontraron principalmente en los resultados de dolor en el período de seguimiento a corto plazo (hasta seis meses después de la asignación al azar). La inclusión de estudios nuevos en esta actualización de la revisión Cochrane permitió considerar una mayor población y cantidad de estudios. Se mostró objetivamente la heterogeneidad y la baja calidad de las pruebas, lo que indica la necesidad de un metanálisis de mayores y mejores estudios con poblaciones, intervenciones, cointervenciones y medidas de resultado más específicas.
Implicaciones para la investigación

Como la mayoría de los resultados sobre el dolor lumbar son medidas subjetivas, el grupo control ideal es el que asegure que los tratamientos sean igualmente creíbles y aceptables para los pacientes para disminuir los efectos placebo y las altas tasas de abandonos (Haraldsson 2006). Hay numerosas técnicas de tratamiento con masaje, y cada una se debe evaluar en cuanto a su efectividad y relación entre costo y efectividad. También existen diferentes contextos (práctica privada, hospital, atención primaria, consultorios de dolor) y poblaciones (dolor agudo o crónico, presencia de otros factores agravantes, diferentes países con diferentes culturas) que se deben evaluar por separado. Los ensayos futuros también pueden considerar si los efectos beneficiosos del masaje pueden aumentar si el terapeuta tiene muchos años de experiencia o es un terapeuta especializado.

Los ensayos deben examinar la función de la duración de la sesión al incluir dos niveles (o más) de esta variable, y la experiencia del terapeuta al emplear a diversas personas con diferente experiencia y entrenamiento. Los autores de los ensayos deben analizar la relevancia clínica de los resultados e incluir el seguimiento a largo plazo. A los autores de los ensayos se les alienta a que sigan la declaración CONSORT para el informe de los ensayos (Moher 2001) y utilizar resultados estándar para los ensayos de dolor lumbar según describe Deyo 1998, para proporcionar información homogénea para las revisiones sistemáticas y los metanálisis futuros. Cuando se presenten los resultados, se alienta a los investigadores a que muestren las características iniciales mediante estimaciones puntuales (media, mediana) con las DE (para las variables continuas), y el número de pacientes en cada categoría (para las variables categóricas) y para cada medida de seguimiento.

Los estudios podrían considerar los subgrupos de tratamiento según los factores pronósticos (estratificación del riesgo) para obtener categorías más homogéneas de pacientes; posteriormente, podrían producir efectos del tratamiento mucho más grandes para grupos selectivos de pacientes con dolor lumbar, en lugar de estimaciones inconsistentes debido a poblaciones heterogéneas. Kamper 2010 esbozó un espectro amplio de enfoques de subgrupos, incluida la anatomía patológica, las características psicosociales y los patrones de signos y síntomas y un proceso de justificación para postular los factores candidatos a priori, una verificación de la hipótesis y la replicación para confirmar las estimaciones derivadas del análisis de los factores de los subgrupos.


Autores

Andrea D Furlan1, Mario Giraldo2, Amanda Baskwill3, Emma Irvin1, Marta Imamura4
Filiación
1Institute for Work & Health, , 481 University Avenue, Suite 800 , Toronto , Canada , M5G 2E9
2Hospital Universitario San Vicente Fundación, Medicina Física y Rehabilitación , Medellín , Colombia
3Humber Institute of Technology and Advanced Learning, Massage Therapy Department , 205 Humber College Boulevard , Toronto , Canada , M9W 5L7
4University of São Paulo School of Medicine, Division of Physical Medicine and Rehabilitation, Department of Orthopaedics and Traumatology , São Paolo , Brazil