Desde que Brasil informó los primeros casos de transmisión local del virus en mayo de 2015, se ha extendido a 21 países y territorios* de las Américas (hasta el 23 de enero de 2016).
Hay dos razones principales para la rápida propagación del virus: (1) la población de las Américas no había estado expuesta anteriormente al zika y por lo tanto carece de inmunidad, y (2) el mosquito Aedes –principal vector para la transmisión del zika– está presente en todos los países de la región, con excepción de Canadá y Chile continental.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) prevé que el virus del Zika continuará extendiéndose y probablemente llegará a todos los países y territorios de la región donde se encuentra el mosquito Aedes.
Las formas más eficaces de prevención son (1) la reducción de las poblaciones de mosquitos eliminando sus potenciales criaderos, especialmente los envases y otros artículos (como neumáticos desechados) que pueden acumular agua, en y alrededor de los hogares; y (2) el uso de medidas de protección personal para evitar las picaduras de mosquitos (véase a continuación las recomendaciones).
El papel de los mosquitos Aedes en la transmisión del zika está bien documentada y entendida, mientras que la evidencia acerca de otras vías de transmisión es limitada. El zika se ha aislado en el semen humano, y un caso de posible transmisión sexual de persona a persona ha sido descrita. Sin embargo, se necesitan más evidencias para confirmar si el contacto sexual es una forma de transmisión del zika.
El zika se puede transmitir a través de la sangre, pero este es un mecanismo poco frecuente. Las precauciones estándar que ya son utilizadas para asegurar las donaciones de sangre segura y transfusiones deben ser seguidas.
La evidencia sobre la transmisión de madre a hijo del zika durante el embarazo o el parto también es limitada. La investigación está en curso para generar más pruebas con respecto a la transmisión perinatal y para comprender mejor cómo el virus afecta a los bebés.
Actualmente no existe evidencia de que el zika se puede transmitir a los bebés a través de la leche materna. Las madres en zonas con circulación del virus deben seguir las recomendaciones de la OPS/OMS sobre lactancia materna (lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses, seguida de la lactancia materna con alimentos complementarios hasta los 2 años o más).
Otras recomendaciones de la OPS:
Para prevenir o retrasar la propagación del virus del Zika y reducir su impacto, la OPS recomienda:
Las poblaciones de mosquitos deben reducirse y controlarse mediante la eliminación de los criaderos. Los contenedores que pueden contener pequeñas cantidades de agua donde los mosquitos pueden reproducirse, como baldes, macetas o neumáticos, deben ser vaciados, limpiados o cubiertos para evitar que los mosquitos se reproduzcan en ellos. Esto también ayudará a controlar el dengue y el chikungunya, que se transmiten por los mosquitos Aedes. Otras medidas incluyen el uso de larvicidas para tratar aguas estancadas.
Todas las personas que viven o visitan zonas con mosquitos Aedes deben protegerse de las picaduras mediante el uso de repelente de insectos; el uso de ropa (de preferencia de color claro) que cubra la mayor parte del cuerpo como sea posible; el uso de barreras físicas tales como ventanas, puertas y ventanas cerradas; y dormir bajo mosquiteros, especialmente durante el día, cuando los mosquitos Aedes están más activos.
Las mujeres embarazadas deben tener especial cuidado para evitar las picaduras de mosquitos. Aunque el zika típicamente causa sólo síntomas leves, los brotes en Brasil han coincidido con un marcado incremento de recién nacidos con microcefalia (cabeza anormalmente pequeña). Las mujeres que planean viajar a zonas donde el zika circula deben consultar a un profesional de la salud antes de viajar y al regresar. Las mujeres que creen que han estado expuestas al virus del Zika deben consultar con su proveedor de atención médica para seguir de cerca su embarazo. Cualquier decisión de aplazar el embarazo es una decisión individual entre una mujer, su pareja y su proveedor de salud.
La OPS está trabajando con sus países miembros para fortalecer la lucha contra el vector, comunicar los riesgos del zika y promover la prevención, además de establecer o mejorar la vigilancia de las infecciones por el virus del Zika y presuntas complicaciones, como microcefalia, el síndrome de Guillain-Barré, y otros trastornos autoinmunes y neurológicos.
Microcefalia
PAHO/WHO
La microcefalia es una afección muy poco frecuente, cuyas causas pueden ser genéticas o ambientales (tóxicas, radiaciones o infecciosas). Se define como una condición al nacer en la que la circunferencia craneana o perímetro cefálico es menor que lo esperado para la edad al nacer y el sexo. La microcefalia congénita puede presentarse como una condición aislada o asociada a otras condiciones de gravedad variable, que pueden ir desde convulsiones, dificultades para alimentarse, efectos sobre el desarrollo del niño, hasta el riesgo de vida del recién nacido.
La medición más confiable para valorar si un bebé tiene microcefalia se puede hacer en el nacimiento y con mayor precisión a las 24 horas de nacido.
Es muy difícil conocer las consecuencias de la microcefalia en el momento del nacimiento, por lo cual requiere un seguimiento y valoración de los recién nacidos, con controles y evaluaciones posteriores. No existe un tratamiento específico para la microcefalia. Se centra en el seguimiento, promoción y maximización de las capacidades de los niños.
Lineamientos preliminares de vigilancia de microcefalia en recién nacidos en entornos con riesgo de circulación de virus Zika (22 enero 2016)