Un nuevo estudio encuentra que es más probable que las personas lesbianas, gais y bisexuales beban y fumen de forma empedernida, otra señal de que se enfrentan a riesgos de salud adicionales.
Los hombres gais y los bisexuales de ambos sexos también son más propensos a reportar un "malestar psicológico" de moderado a grave, y las lesbianas se enfrentan a un riesgo más alto de tener una salud mala o regular que otras mujeres, reportaron los investigadores.
El estudio, que refleja los hallazgos de investigaciones anteriores, no determina el motivo de que las personas gais, lesbianas y bisexuales se enfrenten a esos riesgos de salud más elevados.
Pero los autores del estudio sugirieron que la discriminación provoca estrés, y que podría ser un factor contribuyente.
"El estigma y la discriminación contra la población LGBT puede conducir a unos niveles más bajos de autoestima, y provocar sentimientos de vergüenza y rechazo", explicó el autor del estudio, Gilbert González, profesor asistente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Vanderbilt, en Nashville.
En el estudio, los investigadores examinaron los resultados de la Encuesta nacional de entrevista de salud de 2013 y 2014. Ambas encuestas fueron las primeras en incluir preguntas sobre la orientación sexual. El equipo de la investigación se enfocó en los resultados de las encuestas de 525 lesbianas, 624 hombres gais y 515 bisexuales, y los compararon con los de 67,150 personas heterosexuales. Todos los participantes eran adultos.
Algunos de los hallazgos principales:
- Se consideró que un 40 por ciento de los hombres bisexuales sufrían un malestar psicológico de moderado a grave, en comparación con un 25.9 por ciento de los hombres gais y un 16.9 por ciento de los hombres heterosexuales. Un 46 por ciento de las mujeres bisexuales sufrían un malestar psicológico, frente a un 28.4 por ciento de las lesbianas y un 21.9 por ciento de las heterosexuales.
- "Nos sorprendió encontrar que los adultos bisexuales tuvieran tantas probabilidades más de reportar un malestar psicológico, en comparación con sus contrapartes gais y heterosexuales", comentó González. Añadió que es posible que sufran tanto de la discriminación contra los gais en la sociedad en general como de la discriminación contra los bisexuales dentro de la comunidad gay.
- Hubo una gran brecha entre el tabaquismo moderado en los hombres gais (un 19 por ciento) y los hombres heterosexuales (un 13 por ciento). Y hubo una brecha entre el tabaquismo moderado de las lesbianas (un 20 por ciento) y las mujeres bisexuales (un 22 por ciento) en comparación con las mujeres heterosexuales (un 11 por ciento). El estudio definió al tabaquismo empedernido como las personas que fumaban al menos un paquete al día, y a los fumadores moderados como los que fumaban menos.
- El estudio definió el consumo empedernido de alcohol como un consumo de más de 14 copas por semana por parte de los hombres y de 7 copas por semana por parte de las mujeres. Hubo una gran brecha entre los hombres bisexuales (un 11 por ciento eran bebedores empedernidos) en comparación con los hombres heterosexuales y gais (entre un 5 y un 6 por ciento). Un 12 por ciento de las mujeres bisexuales eran bebedoras empedernidas, frente a un 9 por ciento de las lesbianas y un 5 por ciento de las heterosexuales.
- Los hombres bisexuales y las lesbianas eran más propensos a reportar que su salud era mala o regular en lugar de excelente, muy buena o buena.
- Los investigadores encontraron que las brechas persistían incluso después de ajustar las estadísticas para que no las sesgaran factores como unas cantidades altas o bajas de encuestados que compartieran factores como la edad, el nivel educativo y la etnia.
¿Qué está pasando?
Brian Mustanski, profesor asociado de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad de Northwestern, en Chicago, que estudia temas LGBT, dijo que el estigma sí que parece tener un rol. Su investigación ha vinculado el acoso intenso contra los jóvenes LGBT con unas tasas más altas de depresión.
Susan Cochran, profesora de epidemiología de la Universidad de California, en Los Ángeles, que estudia la orientación sexual y la salud, apuntó que los hallazgos no son nuevos. También advirtió que un riesgo más alto de problemas de abuso de sustancias y salud no significa que haya una certeza de que una persona los sufrirá. "Ser gay, lesbiana o bisexual no conduce necesariamente a esto", dijo.
Además, factores más allá de la orientación sexual podrían tener un rol, añadió. "Por ejemplo, las mujeres que trabajan son más propensas a beber, al igual que las mujeres blancas, pero las mujeres que crían a niños pequeños son menos propensas a beber. Así que las lesbianas (que son más propensas a trabajar, a ser blancas y a no criar niños) beben más", comentó.
Los investigadores pueden intentar ajustar sus hallazgos para que factores como ese no los sesguen, dijo Cochran. Pero otros son imposibles de plasmar, añadió, como las diferencias en las culturas heterosexuales y lésbicas sobre la aceptabilidad de beber en bares.
El estudio fue publicado en la edición en línea del 27 de junio de la revista Annals of Internal Medicine, para que coincidiera con su presentación en la reunión anual de investigación de AcademyHealth, en Boston.
FUENTES: Gilbert Gonzales, Ph.D., assistant professor, Vanderbilt University School of Medicine, Nashville; Brian Mustanski, Ph.D., associate professor and director, Institute for Sexual and Gender Minority Health and Wellbeing, and co-director, Third Coast Center for AIDS Research, Northwestern University Feinberg School of Medicine, Chicago; Susan Cochran, Ph.D., professor, epidemiology, University of California, Los Angeles; June 27, 2016, Annals of Internal Medicine; June 27, 2016, presentation, AcademyHealth annual research meeting, Boston