Los pacientes que sufren un ataque cardiaco viven más tiempo ahora que antes, y los procedimientos invasivos como la angioplastia, los dilatadores (stents) y las derivaciones (bypass) tienen gran parte del mérito, sugiere un estudio reciente.
Aunque los medicamentos y el estilo de vida saludable siguen siendo importantes, "lo que explica los cambios/las mejoras en la supervivencia después de un ataque cardiaco es el aumento y la mayor generalización del uso de esta estrategia coronaria invasiva" entre 2003 y 2013, dijo el autor del estudio, el Dr. Chris P. Gale.
Gale es profesor asociado y cardiólogo consultante en la Universidad de Leeds, en Inglaterra.
El equipo de Gale indicó que ha habido un declive constante en la frecuencia con que las personas fallecen en los meses posteriores a un ataque cardiaco. Pero, ¿qué está motivando esa buena noticia?
Para averiguarlo, Gale trabajó con un coautor de la Universidad de Leeds, el Dr. Marlous Hall, y otros colaboradores para recopilar la información de la base de datos de 2003-2013 sobre casi 400,000 pacientes de ataque cardiaco que vivían en Inglaterra y Gales. La edad promedio de los pacientes era de unos 73 años.
Concretamente, observaron los tratamientos que recibieron estos pacientes y compararon eso con su nivel de supervivencia a los 6 meses después del ataque cardiaco.
Los pacientes sufrieron una forma de ataque cardiaco concreta y más leve, llamado ataque no IMEST.
Tal y como explicó el Dr. Alfred Bove, cardiólogo, un ataque cardiaco IMEST se caracteriza por ciertas lecturas en un electrocardiograma, y "normalmente se asocia con un daño bastante significativo en el músculo cardiaco". En estos casos, las intervenciones como la angioplastia y la derivación con frecuencia son necesarias, y con rapidez.
Pero los ataques cardiacos no IMEST (aproximadamente la mitad de los ataques cardiacos tratados) son algo menos graves. "Sí, la arteria se bloquea, pero el alcance del daño por lo general no llega a ser tan grande", explicó Bove, que es profesor emérito de cardiología en el Centro Médico de la Universidad de Temple, en Filadelfia.
Por lo tanto, en estos casos, "la pregunta que se plantea es: '¿cuándo se decide intervenir en un paciente así?'", dijo Bove.
Cree que, basado en los nuevos hallazgos, los ataques cardiacos no IMEST incluso más leves podrían requerir una angioplastia, dilatadores o una derivación.
El análisis descubrió que la tasa de supervivencia a los 6 meses de los pacientes de ataque cardiaco británicos mejoró en torno a un 3.2 por ciento, de un año a otro, a lo largo del periodo de estudio.
Estas mejoras graduales se debieron casi por completo "al aumento y a la mayor generalización del uso de la estrategia coronaria invasiva": una mayor cantidad de angioplastias, dilatadores y procedimientos de derivación, señaló Gale.
De hecho, las directrices internacionales animan ahora a que se realice este tipo de intervención "agresiva" para los pacientes con un ataque cardiaco en general, dijo.
El estudio, financiado por la British Heart Foundation, aparece en la edición del 30 de agosto de la revista Journal of the American Medical Association. Se está presentando simultáneamente en la reunión anual de la Sociedad Europea de Cardiología (European Society of Cardiology), en Roma.
Desgraciadamente, "en 2012-13, aproximadamente 2 de cada 10 pacientes [de ataque cardiaco] no se sometieron a una estrategia coronaria invasiva", lamentó Gale, de modo que siguen habiendo "oportunidades para reducir la muerte prematura por un ataque cardiaco".
Esto no significa que los medicamentos y el estilo de vida saludable no sean importantes, por supuesto.
"Los efectos positivos con respecto al ataque cardiaco del estilo de vida, la dieta, el ejercicio y la rehabilitación cardiaca se han mostrado en muchos otros estudios", enfatizó Gale.
Bove se mostró de acuerdo. "El soporte principal de la atención al paciente sigue siendo lo que llamamos la terapia médica óptima, que incluye los medicamentos y los cambios en el estilo de vida: gestionar la hipertensión, la diabetes y el colesterol", dijo.
Pero el nuevo estudio británico podría convencer a los cardiólogos para que ayuden a más pacientes con un ataque cardiaco con procedimientos invasivos, y de que lo hagan antes.
"Estos datos sugieren que la intervención probablemente tiene un resultado ligeramente mejor desde el punto de vista de la supervivencia que solamente la pura terapia médica [con medicamentos] sola", dijo Bove. "Creo que esta es la moraleja, y la mayoría de los practicantes, de hecho, ahora usualmente realizan la intervención".
FUENTES: Chris P. Gale, M.D., associate professor and honorary consultant cardiologist, University of Leeds, England; Alfred Bove, M.D., emeritus professor of cardiology, Temple University Medical University, Philadelphia; Aug. 30, 2016, Journal of the American Medical Association and presentation, annual meeting, European Society of Cardiology, Rome