Ha habido un avance significativo en el tratamiento de los cánceres pediátricos, pero se debe hacer más por combatir los cánceres más difíciles y proteger la salud a largo plazo de los supervivientes, señala un informe reciente.
En 2016, más de 14,600 niños de hasta 19 años de edad serán diagnosticados con alguna forma de cáncer pediátrico, y 1,850 morirán, según la Sociedad Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society, ACS), que realizó el informe junto con la Alianza contra el Cáncer Infantil (Alliance for Childhood Cancer).
"Estas cifras cuentan una historia convincente", dijo Katherine Sharpe, vicepresidenta principal de respaldo del paciente y del cuidador de la ACS.
"Hemos observado avances significativos respecto al desarrollo de tratamientos efectivos para una variedad de ubicaciones de cáncer pediátrico, y en última instancia respecto a vidas salvadas", afirmó en un comunicado de prensa de la ACS. "Pero cuando ampliamos nuestra observación a todos los cánceres pediátricos, además de la salud y la supervivencia a largo plazo, se hace claro que todavía hay áreas de investigación donde se necesita progreso con urgencia".
La tasa de supervivencia a cinco años de todos los cánceres pediátricos combinados aumentó de un 64 por ciento para los pacientes diagnosticados entre 1975 y 1979 a un 84 por ciento para los diagnosticados entre 2005 y 2011, según el informe.
Pero hay una amplia variación en las tasas de supervivencia. Por ejemplo, la tasa de supervivencia a cinco años del neuroblastoma es ahora de un 78 por ciento, pero es de apenas entre un 40 y un 50 por ciento para el neuroblastoma de alto riesgo. La tasa de supervivencia a cinco años de algunos cánceres pediátricos, como un tipo de cáncer del cerebro conocido como glioma pontino intrínseco difuso, es de cerca de cero, según el informe.
El informe también señaló que los supervivientes de cánceres pediátricos tienen tasas altas de efectos secundarios tardíos, problemas crónicos de la salud y muerte precoz. Más de dos tercios de los supervivientes de cáncer pediátrico que fueron tratados hace varias décadas desarrollaban afecciones crónicas, y más de un tercio de los supervivientes a partir de los 35 años de edad han tenido problemas de salud graves o mortales, encontró el informe.
La tasa de problemas de la salud graves es más de cinco veces más alta que entre los hermanos de los supervivientes.
En las últimas décadas, se han realizado cambios en los tratamientos del cáncer pediátrico para reducir esos riesgos tardíos de salud, según el informe.
El informe también identificó varios desafíos para la investigación sobre el cáncer pediátrico. Muchos cánceres pediátricos son exclusivos de los niños y requieren de investigación separada de los cánceres de los adultos, lo que significa que se necesitan bancos de tumores específicos de niños y modelos animales únicos para la evaluación de los medicamentos para los cánceres infantiles.
La baja cantidad de niños diagnosticados con cualquier tipo de cáncer dado puede dificultar que se lleven a cabo ensayos clínicos. De esa forma, una coordinación cuidadosa de los ensayos es esencial para evitar que se compita por los mismos pacientes, añadieron los autores del informe.
Las compañías farmacológicas tampoco invierten tanto en la investigación y el desarrollo de medicamentos para el cáncer pediátrico como para la investigación del cáncer en los adultos, lo que significa que la mayor parte de la financiación de la investigación debe provenir del gobierno federal y de grupos caritativos, señalaba el informe.
FUENTE: American Cancer Society