Los niños con enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa podrían lograr un alivio sin medicamentos al comer una dieta especial, sugiere un pequeño estudio.
La dieta incluye alimentos no procesados, como frutas, verduras, carnes y frutos secos. A lo largo de 12 semanas, la dieta pareció aliviar todas las señales de esas enfermedades intestinales inflamatorias en ocho de los 10 niños afectados, informan los investigadores.
"El estudio muestra que sin ninguna otra intervención u otros cambios, podemos mejorar los marcadores clínicos de un individuo, y también los de laboratorio", dijo el autor del estudio, el Dr. David Suskind, profesor de pediatría y director de gastroenterología clínica del Hospital Pediátrico de Seattle.
"No me sorprende", añadió Suskind, "sobre todo porque los estudios preliminares... abrieron nuestros ojos a la idea de que la dieta tenía un impacto".
La enfermedad intestinal inflamatoria (EII) afecta a alrededor de 1.6 millones de estadounidenses, según la Crohn's and Colitis Foundation of America. Se cree que tanto el Crohn como la colitis son enfermedades autoinmunes. Ambas afecciones comparten síntomas como calambres abdominales, diarrea, sangrado rectal y/o estreñimiento.
Los tratamientos estándar para el Crohn y la colitis ulcerosa pueden incluir esteroides y otros fármacos inmunosupresores. A veces se necesita cirugía para extirpar las partes dañadas del intestino.
Los 10 niños del estudio tenían entre 10 y 17 años de edad.
Suskind y su equipo asignaron a los 10 pacientes a una dieta especial. La dieta se conoce como dieta de carbohidratos específicos. No se utilizaron otras medidas para tratar el Crohn o la colitis ulcerante activos de los participantes del estudio.
La dieta elimina los granos, la mayoría de productos lácteos, y los alimentos procesados y los azúcares, excepto la miel. Los que siguen la dieta de carbohidratos específicos pueden comer alimentos ricos en nutrientes como las frutas, las verduras, las carnes y los frutos secos.
Suskind anotó que los científicos no están completamente seguros sobre cómo los cambios en la dieta podrían controlar el daño en el revestimiento intestinal por la EII, pero hay varias teorías posibles. En primer lugar, se sabe que la dieta afecta al microbioma intestinal, que es la variedad de bacterias en el tracto digestivo que contribuyen a la digestión y al sistema inmunitario subyacente.
"Uno de los motivos probables de que la terapia de dieta funcione es que cambia el microbioma, de pro inflamatorio a no inflamatorio", planteó.
"Otro [motivo] posible es que hay muchos aditivos en los alimentos que comemos que pueden tener un efecto en el revestimiento de los intestinos. Esta dieta elimina cosas que son nocivas para el revestimiento mucoso del tracto intestinal", dijo Suskind.
El Dr. James Lewis es el científico principal del Programa del Plexo de la EII de la Crohn's and Colitis Foundation of America. Ayuda a dirigir una investigación nacional en curso que compara la efectividad de la dieta de carbohidratos específicos con la llamada dieta mediterránea para inducir la remisión en los pacientes con enfermedad de Crohn. La dieta mediterránea enfatiza comer sobre todo alimentos vegetales.
Lewis alabó el nuevo estudio de Suskind, y anotó que a pesar de su tamaño reducido, amplía la investigación creciente que sugiere un beneficio terapéutico posible de la dieta de carbohidratos específicos para los pacientes de EII.
"Incluso nuestras terapias [estándar] más efectivas dejan a una parte de los pacientes con una enfermedad persistentemente activa o la incapacidad de sanar el intestino del todo", lamentó Lewis. "Tan solo por esto, necesitamos otros métodos terapéuticos".
Lewis también es profesor de medicina y epidemiología clínica de la Universidad de Pensilvania, en Filadelfia.
Suskind y Lewis concordaron en que las mejoras experimentadas por los niños con enfermedad intestinal inflamatoria con la dieta de carbohidratos específicos también deberían ser posibles para los adultos.
La nueva investigación aparece en una edición reciente de la revista Journal of Clinical Gastroenterology.
FUENTES: David L. Suskind, M.D., professor, pediatrics, and director, clinical gastroenterology, Seattle Children's Hospital; James Lewis, M.D., chief scientist, IBD Plexus Program, Crohn's and Colitis Foundation of America, New York City, and professor, medicine and clinical epidemiology, University of Pennsylvania, Philadelphia; Dec. 28, 2016, Journal of Clinical Gastroenterology