Una cantidad creciente de mujeres estadounidenses que no tienen cáncer de mama ni de ovarios están recibiendo pruebas de las mutaciones genéticas BRCA y BRCA2 asociadas con esas enfermedades, muestra un nuevo estudio.
Las mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2 aumentan de forma significativa el riesgo de una mujer de desarrollar cáncer de mama. Esas mutaciones se vinculan con entre un 5 y un 10 por ciento de todos los casos de cáncer de mama, y con más o menos un 15 por ciento de los cánceres de ovarios, señala el Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU.
El nuevo estudio encontró que más de un 60 por ciento de los análisis del BRCA se realizan en mujeres sin cáncer de mama u ovarios. En 2004, esa cifra era de solo un 24 por ciento.
Este aumento probablemente se deba a un mayor mercadeo de los análisis para el BRCA. Esto podría conducir a las mujeres con un riesgo bajo de mutaciones del BRCA a remitirse a sí mismas a las pruebas, dijeron los investigadores.
Aunque la cantidad de mujeres con un riesgo bajo que se hacen las pruebas ha aumentado, el análisis del BRCA todavía es poco utilizado por las mujeres en riesgo, anotó el estudio.
"Las tecnologías de secuenciación de próxima generación reducen de forma dramática los costos del análisis y la secuenciación de genes. Pero las directrices y las prácticas actuales no siempre identifican a las mujeres que portan mutaciones del BRCA", dijo el investigador líder, el Dr. Fangjian Guo, de la Rama Médica de la Universidad de Texas, en Galveston.
Se necesitan estrategias de análisis del BRCA que fomenten un acceso equitativo y un uso racional de los análisis para el BRCA y que también maximicen la detección de portadoras de la mutación, planteó Guo en un comunicado de prensa de la universidad.
El Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE. UU. recomienda las pruebas del BRCA si las mujeres se consideran en alto riesgo debido a antecedentes personales o familiares de cáncer de mama o de ovarios.
El estudio se publicó en la revista American Journal of Preventive Medicine.
FUENTE: University of Texas Medical Branch at Galveston