Los adultos que se autolesionan parecen estar en mayor riesgo de suicidio en el año posterior, sugiere un estudio reciente.
"Los patrones observados en este estudio sugieren que los esfuerzos clínicos deben enfocarse en garantizar la seguridad de los individuos que sobreviven a las autolesiones deliberadas durante los primeros meses tras esos intentos, sobre todo cuando se ha utilizado un método violento, como las armas de fuego", enfatizó el autor principal del estudio, el Dr. Mark Olfson, profesor de psiquiatría en el Centro Médico de la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York.
"Para esos pacientes, los profesionales clínicos deben sopesar fuertemente la admisión como pacientes internos, la supervisión intensiva y las intervenciones que se dirijan a los trastornos mentales subyacentes para reducir el riesgo de suicidio. Además, los profesionales clínicos pueden animar a los familiares a instalar seguros de disparo o a encerrar temporalmente bajo llave las armas de fuego fuera del hogar del paciente", aconsejó Olfson en un comunicado de prensa de la universidad.
Los investigadores examinaron datos de Medicaid de más de 62,000 personas de 45 estados diagnosticadas con un episodio inicial de autolesión entre 2001 y 2007.
El estudio encontró que casi un 20 por ciento, sobre todo las personas blancas mayores que habían sido tratadas recientemente por un trastorno de la salud mental como la depresión o un trastorno por consumo de alcohol, repitieron la autolesión en el año siguiente.
Los investigadores también encontraron que la tasa de suicidio a lo largo de un año entre los pacientes de autolesiones era 37 veces más alta que en la población general. Los hombres eran el doble de propensos a fallecer por suicidio que las mujeres, y los adultos mayores blancos eran tres veces más propensos a fallecer por suicidio que los adultos más jóvenes de otras razas.
Apenas la semana pasada, unos investigadores de la Universidad de Princeton reportaron que los adultos blancos mayores sin grados universitarios eran particularmente vulnerables a la muerte precoz.
Aunque los negros y los latinos han experimentado una mejora constante en las tasas de mortalidad, ha sucedido lo contrario entre los blancos sin grados universitarios, halló el equipo de la Princeton. La mayor parte de ese aumento en las tasas de mortalidad temprana se ha atribuido a unas tasas más altas de sobredosis de medicamentos y drogas, alcoholismo y suicidio, junto con un aumento en los casos de enfermedad cardiaca.
En el nuevo informe sobre el suicidio, dos tercios de los suicidios durante los episodios iniciales de autolesión fueron violentos, y en más del 40 por ciento estuvieron implicadas las armas de fuego. El riesgo de suicidio fue unas 10 veces mayor en el primer mes tras un episodio inicial de autolesión con un método violento que durante los 11 meses siguientes.
"Este estudio respalda nuestra hipótesis de que el uso de un arma de fuego u otro método violento de autolesión aumenta en gran medida el riesgo de suicidio, sobre todo a corto plazo", advirtió Olfson.
El estudio aparece en la edición del 21 de marzo de la revista American Journal of Psychiatry.
FUENTE: Columbia University Medical