Un análisis de la leche del seno podría algún día ofrecer una alternativa a las mamografías para las mujeres en edad reproductiva, según una nueva investigación.
Dado que la mamografía no funciona demasiado bien en los senos densos de las mujeres más jóvenes, los científicos han empezado a buscar otras herramientas de evaluación viables para el cáncer de mama.
En un estudio preliminar, los investigadores reportan unos resultados prometedores con una nueva técnica: evaluar la leche del seno en busca de señales de cáncer.
"Hemos encontrado alteraciones en la expresión de las proteínas presentes en la leche materna de las mujeres con cáncer de mama, en comparación con las que no tienen cáncer de mama", dijo la primera autora del estudio, Roshanak Aslebagh.
"Estas proteínas podrían ser un biomarcador potencial del cáncer de mama", dijo Aslebagh, candidata doctoral en la Universidad de Clarkson, en Potsdam, Nueva York.
Un "biomarcador" puede ser un indicador de un proceso de enfermedad, de un proceso biológico normal o de respuestas a la medicación. En este caso, indica una enfermedad, explicaron los investigadores.
"Es un estudio piloto y solo tenemos 10 muestras", dijo Aslebagh. Se necesita más trabajo para confirmar los resultados. Aun así, dijo que la investigación se basa en trabajos previos con unos hallazgos similares.
Detectar el cáncer en las mujeres jóvenes puede ser difícil, dijo Aslebagh.
Las mujeres más jóvenes tienden a tener un tejido del seno denso, más que graso. "Las imágenes no funcionan tan bien con los tejidos de seno densos", dijo, e indicó que los cánceres se detectan más fácilmente en el tejido graso del seno.
Además, "cuando las mujeres desarrollan un cáncer de mama antes de los 40 años, puede ser una forma agresiva, lo que hace que la detección temprana sea incluso más crucial", dijo Aslebagh.
La leche del seno da un acceso a las células epiteliales que caen del tejido del seno, explicaron los autores del estudio. La mayoría de los cánceres de mama se originan en estas células, dijeron los investigadores.
En este estudio, el equipo de Aslebagh observó 10 muestras de leche del seno de 8 mujeres. Cinco muestras procedían de mujeres que tenían cáncer de mama o que lo desarrollaron; 5 muestras procedían de mujeres con los senos sanos. Dos mujeres sirvieron como "controles", y proporcionaron una muestra de un seno sano y una muestra de un seno con cáncer.
La edad de las participantes varió de 24 a 38 años de edad. Se dio por sentado que todas daban el seno, dijo Aslebagh.
Los investigadores encontraron diferencias químicas en la leche de los senos con cáncer.
Si los resultados se mantienen en otros estudios, el análisis de la leche del seno podría ser un modo no solo de detectar el cáncer del seno de forma temprana, sino también de predecir el riesgo de tenerlo, dijo Aslebagh.
Los hallazgos del estudio no son sorprendentes, dijo Kurt Zhang, profesor asociado de patología en la Universidad de Dakota del Norte.
En su investigación previa, Zhang encontró que los antecedentes familiares de cáncer de mama sirven para predecir el modo en que se producirán las proteínas en la leche del seno.
"El desarrollo del cáncer altera las composiciones de las proteínas en los fluidos corporales", señaló Zhang, que no participó en el nuevo estudio.
"Por ejemplo, hemos identificado una cantidad de biomarcadores de proteínas [del cáncer] en la aspiración de fluido del pezón. Seguimos sin saber qué tan pronto se puede identificar el biomarcador", dijo.
Zhang también enfatizó que se necesitan estudios mucho más grandes para validar los resultados.
Aslebagh presentó los hallazgos el sábado en la reunión anual de la Sociedad Americana de Bioquímica y Biología Molecular (American Society for Biochemistry and Molecular Biology), en Chicago. Los resultados de los estudios presentados en reuniones médicas se consideran preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.
FUENTES: Roshanak Aslebagh, Ph.D. candidate, Clarkson University, Potsdam, N.Y.; Kurt Zhang, Ph.D., associate professor, pathology, University of North Dakota, Grand Forks; April 22, 2017, presentation, American Society for Biochemistry and Molecular Biology annual meeting, Chicago