Enfriar la cara de la víctima de un accidente que ha perdido mucha sangre podría ayudar a prevenir una bajada de la presión arterial que podría ser mortal, según una investigación preliminar.
Los investigadores dijeron que los primeros respondientes podrían aplicar una bolsa de hielo en la cara de las víctimas de traumatismos para asegurarse de que su corazón, su cerebro y otros órganos vitales sigan recibiendo el nivel adecuado de oxígeno. Una bajada repentina de la presión arterial (conocida como descompensación cardiovascular) es un riesgo importante después de la pérdida de sangre. Y es un peligro incluso después de que un paciente haya dejado de sangrar, añadieron los investigadores.
"Creemos que esta técnica la podrían usar los primeros respondientes o los médicos de combate en el campo de batalla para dar un tiempo adicional para el transporte o la evacuación", dijo el líder del estudio, Blair Johnson, en un comunicado de prensa de la Sociedad Americana de Fisiología (American Physiological Society). Johnson es profesor asistente en el departamento de ejercicio y ciencias de la nutrición de la Universidad de Buffalo.
Los investigadores enfatizaron que el enfriamiento se debería usar solo después de haber aplicado un torniquete o una presión directa. Eso es así porque aumentar la presión arterial mientras un paciente está sangrando podría hacer que perdiera más sangre todavía.
Para realizar el estudio, el equipo de Johnson situó a 10 personas sanas en una cámara especial. Sus efectos sobre la circulación sanguínea son parecidos a lo que ocurre cuando alguien pierde hasta un litro de sangre y se le aplica un torniquete para que deje de sangrar. Se aplicaron bolsas de hielo o con agua a temperatura ambiente en la cara de los participantes durante 15 minutos mientras se monitorizaba su función cardiaca.
Las personas a las que se trató con bolsas de hielo experimentaron una gran mejora en la presión arterial. Los investigadores concluyeron que enfriar la cara podría ayudar a restaurar la función cardiaca y a mantener la presión arterial después de una pérdida de sangre grave.
Esta técnica debe probarse en ensayos clínicos para determinar qué pacientes se beneficiarían más, indicaron los autores del estudio.
Los hallazgos del estudio se presentaron el miércoles en la reunión anual de la Sociedad Americana de Fisiología, en Chicago. Las investigaciones presentadas en reuniones se deben considerar preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.
FUENTE: American Physiological Society