La depresión parece aumentar el riesgo de caídas en las personas mayores, pero una dosis adecuada de un medicamento psiquiátrico podría eliminar ese riesgo, sugiere un nuevo estudio.
"Muchas intervenciones para prevenir las caídas son costosas y conllevan mucho tiempo, pero esto se trata de un modo sencillo y barato de animar al uso continuado de un medicamento psiquiátrico al mismo tiempo que se mejora la vigilancia del riesgo de caída y se ajusta el medicamento de forma adecuada", planteó el investigador líder, Geoffrey Hoffman, investigador y profesor asistente de enfermería en la Facultad de Enfermería de la Universidad de Michigan.
Para examinar el vínculo entre la depresión y el riesgo de caídas, el equipo de Hoffman observó las caídas de más de 7,200 personas a partir de los 65 años de edad que participaron en el Estudio nacional de salud y jubilación entre 2006 y 2010.
Un aumento moderado en los síntomas de depresión en las personas mayores se vinculó con un incremento del 30 por ciento en las caídas en un plazo de dos años. Pero cuando los investigadores añadieron el uso de medicamentos a la ecuación, la potencia de la asociación entre los síntomas depresivos y las caídas se redujo a niveles insignificantes.
Hoffman advirtió que los médicos y los pacientes mayores deben seguir sopesando los riesgos y beneficios de los medicamentos psiquiátricos.
Y los médicos deben ser particularmente cuidadosos al recetar y dosificar ciertos medicamentos, como los tranquilizantes, los antidepresivos y los ansiolíticos para sus pacientes mayores.
Las caídas entre las personas mayores cuestan unos 30 mil millones de dólares al año en Estados Unidos, y hasta la mitad de las admisiones a un hogar de ancianos son después de una caída, anotaron los investigadores. Cada año, alrededor de un tercio de los estadounidenses de a partir de 65 años se caen, y más o menos un 10 por ciento de todas las personas mayores se lesionan durante una caída.
Los hallazgos aparecieron en una edición reciente de la revista Social Science & Medicine.
FUENTES: University of Michigan, news release, May 1, 2017; Social Science & Medicine