Imagínese que sus músculos siguen diciéndole a su cerebro que usted está agotado, incluso mientras descansa.
Eso es lo que les sucede a los que se enfrentan al síndrome de fatiga crónica, y los investigadores sugieren en un nuevo informe que ahora saben el motivo.
El trastorno podría hacer que el cuerpo amplifique las señales de fatiga asociadas con la actividad física, explicaron los investigadores, motivo por el cual algunos pacientes se agotan al simplemente caminar de un lado a otro de una habitación.
"Las personas con fatiga crónica en esencia sienten metabolitos musculares [unos productos creados al gastar energía] mientras no hacen nada, y no deberían sentirlos", dijo el autor del estudio, el Dr. Roland Staud, profesor de reumatología e inmunología clínica en el Colegio de Medicina de la Universidad de Florida. "Hablando de forma general, cuando estamos descansando no sentimos nuestros músculos".
En el estudio participaron 58 personas con síndrome de fatiga crónica, que también se conoce como enfermedad sistémica de intolerancia al esfuerzo (ESIE). Los investigadores inyectaron una solución del analgésico lidocaína o una solución salina en los músculos de la espalda y los glúteos de los participantes.
El equipo de Staud encontró que la solución de lidocaína ayudó a aliviar los síntomas de agotamiento de los pacientes. Las personas que recibieron esas inyecciones reportaron una reducción del 38 por ciento en los niveles de fatiga.
Los investigadores anotaron que los hallazgos sugieren que los músculos y otros tejidos periféricos están involucrados en la fatiga crónica. Concluyeron que las inyecciones de lidocaína ayudaron a bloquear la señalización anómala de los metabolitos musculares.
Se necesita más investigación, pero los autores del estudio dijeron que sus hallazgos podrían conducir a nuevas opciones de tratamiento para los 2.5 millones de estadounidenses diagnosticados con el síndrome de fatiga crónica, además de personas con otras afecciones asociadas con el cansancio extremo, como el lupus, el cáncer y la depresión.
"Es poco probable que el sistema nervioso central cree la fatiga a partir de nada", dijo Staud en un comunicado de prensa de la universidad. "Usa unas señales de fatiga muy minúsculas que recibe y las amplifica de forma inadecuada, lo que resulta en un impacto significativo en la calidad de vida de estos individuos".
El estudio aparece en una edición reciente de la revista Journal of Pain Research.
FUENTE: University of Florida Health