Las admisiones en las salas de emergencias de los niños pequeños que se intoxicaron accidentalmente con marihuana aumentaron un 133 por ciento a lo largo de una década en Francia, según un nuevo estudio.
A medida que hay más estados que legalizan el uso médico y recreativo de la marihuana, los expertos estadounidenses afirman que los hallazgos en Francia son muy relevantes también para Estados Unidos.
"Los datos fueron bastante preocupantes, pero ciertamente no sorprendentes", dijo el Dr. Allen Dozor, que no participó en la investigación. Dirige el Centro Pediátrico de Salud Ambiental del Hudson Valley en Valhalla, Nueva York.
"Hay más cannabis [marihuana] a nuestro alrededor, y ¿qué hemos observado? De nuevo, por enésima vez, los niños pequeños son muy sensibles a las toxinas", añadió Dozor. "En cuanto a las drogas, el cannabis se tolera bastante bien, pero no en un niño de un año".
El consumo de cannabis es ilegal en Francia, pero aun así es el país en que más se consume la droga en Europa, según los documentos del estudio. Los consumidores son principalmente adultos jóvenes y adolescentes. Gran parte del suministro es la forma de resina que normalmente parece una bolita con forma de oliva y que en los últimos años se fabrica con unas concentraciones mayores, indicaron los autores del estudio.
Los investigadores, dirigidos por la Dra. Isabelle Claudet, del Hospital Pediátrico de la Universidad de Toulouse, analizaron los expedientes de 235 niños menores de 6 años de edad que fueron admitidos en 24 salas de emergencias pediátricas en Francia por la intoxicación con cannabis entre 2004 y 2014.
De los 235, más de un 70 por ciento tenían menos de 18 meses de edad.
A 14 de los 235 les diagnosticaron una insuficiencia respiratoria, 8 requirieron ventilación durante un día, y 38 estaban en coma.
Solamente entre 2013 y 2014, la cantidad de los casos graves observados en los niños se cuadruplicó.
El lugar principal en que se produjo la intoxicación fue la casa de los padres.
El marcado aumento de las tasas de admisión por intoxicación con cannabis a lo largo del periodo de estudio coincidió con un aumento de la concentración del THC (el ingrediente activo de la marihuana) en la resina incautada en Francia, dijeron los autores del estudio.
Otras formas de cannabis que consumieron los niños incluían cigarrillos de marihuana y productos de marihuana comestibles como pasteles, galletas o dulces.
A lo largo del mismo periodo, los autores del estudio indicaron que las llamadas relacionadas con la exposición al cannabis realizadas a los centros de control de intoxicaciones franceses aumentaron un 312 por ciento.
Además de llevar al coma, los síntomas de intoxicación con el cannabis pueden incluir somnolencia, mareo, convulsiones, agitación, euforia, respiración o ritmo cardiaco errático, y la dilatación de las pupilas, según los investigadores.
"Lo que descubrieron es realmente una advertencia de que este producto tiene sus consecuencias", dijo el Dr. Gary Smith, director del Centro de Investigación y Políticas sobre las Lesiones del Hospital Pediátrico Nacional, en Columbus, Ohio, que no participó en la investigación.
"Con un peso corporal bajo, lo que es una ingesta relativamente pequeña para un adulto puede tener consecuencias graves para los niños", añadió Smith.
Smith fue el autor de una investigación relacionada en 2016 en Estados Unidos que mostró que, entre otros hallazgos, la tasa de exposición a la marihuana en los niños menores de 6 años era casi 3 veces más alta en los estados en los que el consumo de marihuana se había legalizado que en los estados en los que era ilegal.
Más de la mitad de los estados de EE. UU. y el Distrito de Columbia han legalizado la marihuana para fines médicos y/o recreativos, muchos de ellos en los últimos años.
"A medida que hay más estados que avanzan hacia la legalización, podemos esperar que haya más exposiciones", dijo Smith. "Sabemos... que esto seguirá ocurriendo, y lo que es importante recordar es que los niños pequeños van a estar más expuestos. Deben haber cláusulas en las leyes que requieran envases resistentes a los niños y estándares de lo que significa ser resistente a los niños".
Dozor indicó que la intoxicación accidental con el alcohol en los niños pequeños se produce al menos tan a menudo como la intoxicación con marihuana.
"Sin duda se parecen, o a hacerse con los medicamentos recetados de sus padres", dijo.
Las intoxicaciones accidentales con drogas o medicamentos de los niños no se limitan a la marihuana o al alcohol. El año pasado, una investigación en la revista JAMA Pediatrics indicó que la cantidad de niños y adolescentes hospitalizados por sobredosis con analgésicos opiáceos casi se triplicó en los últimos años. La mayoría de las intoxicaciones de niños menores de 10 años con analgésicos fueron accidentales.
Los expertos estadounidenses se mostraron de acuerdo en que se necesitan más esfuerzos para regular los productos relacionados con el cannabis a nivel nacional, incluyendo unos sistemas de etiquetado más claros y unos envases menos atractivos para los niños.
"También tenemos que pensar en establecer límites en las dosis de THC de estos productos a medida que se vuelven más disponibles comercialmente", planteó el Dr. Thomas Jacob, profesor asistente de pediatría en el Hospital Pediátrico Mattel de la UCLA, en Los Ángeles.
"Si los padres usan productos de cannabis, por favor manténgalos en un lugar cerrado de forma segura lejos del alcance de los niños en todo momento, y lejos de otros lugares en los que almacene alimentos y suministros, ya que los comestibles se pueden confundir fácilmente con dulces", dijo Jacob.
Dozor sugiere a los padres que "den un vistazo preventivo" en su casa cada día para prever qué es lo que sus hijos también podrían encontrar y tener a su alcance.
Además, Dozor comentó que "mi mensaje a los médicos de emergencias y a los primeros respondientes es pensar en [una intoxicación con marihuana] si un niño está somnoliento o en coma o tiene convulsiones. Es muy predecible que esto ocurriera".
El nuevo estudio aparece en la edición en línea del 14 de agosto de la revista Pediatrics.
FUENTES: Gary Smith, M.D., director, Center for Injury Research and Policy, Nationwide Children's Hospital, Columbus, Ohio; Allen Dozor, M.D., Dr.P.H., director, Children's Environmental Health Center of the Hudson Valley, and chief, pediatric pulmonology, allergy, immunology and sleep medicine, Boston Children's Health Physicians, Valhalla, N.Y.; Thomas Jacob, M.D., assistant professor, pediatrics, UCLA Mattel Children's Hospital, Los Angeles; Aug. 14, 2017, Pediatrics