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En una breve comunicación, los investigadores de la ciudad de Nueva York presentan una serie de cinco pacientes menores de 50 años que se presentaron con un accidente cerebrovascular isquémico de grandes vasos en un centro médico académico dentro de un período de 2 semanas. Posteriormente se descubrió que cada uno estaba infectado con SARS-CoV-2.
Tres pacientes tenían uno o más factores de riesgo de accidente cerebrovascular (por ejemplo, hipertensión, hiperlipidemia, diabetes, accidente cerebrovascular previo); solo el paciente con antecedentes de accidente cerebrovascular estaba en tratamiento por modificación del factor de riesgo.
Los pacientes presentaron una mediana de 8 horas después del inicio de los síntomas (rango, 2–28 horas) con una puntuación mediana en la escala de accidente cerebrovascular NIH de 16 (rango, 13–23).
Cada paciente se sometió al menos a una tomografía computarizada (TC) de cabeza y una angiografía por TC y tuvo una oclusión solitaria de grandes vasos. Cuatro se sometieron a una trombectomía endovascular exitosa.
Cada paciente fue probado para el SARS-CoV-2. Dos pacientes eran asintomáticos, uno tenía letargo aislado y dos experimentaron tos junto con otros síntomas. Ninguno tenía leucopenia; tres tenían niveles elevados de dímero D y ferritina.
En el último seguimiento, tres habían sido dados de alta y dos seguían ingresados, uno de ellos intubado y sedado con insuficiencia multiorgánica.
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Caso Tos, dolor de cabeza y escalofríos que duraron 1 semana se desarrollaron en una mujer de 33 años previamente sana. Luego tuvo disartria progresiva con entumecimiento y debilidad en el brazo izquierdo y la pierna izquierda durante un período de 28 horas. Retrasó la búsqueda de atención de emergencia por temor a Covid-19. Cuando se presentó en el hospital, la puntuación en la Escala de accidentes cerebrovasculares de los Institutos Nacionales de Salud (NIHSS) fue de 19 (las puntuaciones van de 0 a 42, con números más altos que indican una mayor gravedad del accidente cerebrovascular), y la tomografía computarizada (TC) y la angiografía por TC mostraron una infarto parcial de la arteria cerebral media derecha con un trombo parcialmente oclusivo en la arteria carótida derecha en la bifurcación cervical. Se observaron opacidades irregulares de vidrio esmerilado en los ápices pulmonares bilaterales en la angiografía por TC, y las pruebas para detectar el SARS-CoV-2 fueron positivas. Se inició terapia antiplaquetaria; posteriormente se cambió a terapia anticoagulante. El estudio del accidente cerebrovascular con ecocardiografía y resonancia magnética de la cabeza y el cuello no reveló la fuente del trombo. La repetición de la angiografía por TC en el día 10 del hospital mostró una resolución completa del trombo, y el paciente fue dado de alta a un centro de rehabilitación. |
Comentario
Esta pequeña serie ha ganado mucha atención, lo que aumenta la preocupación por un mayor riesgo de accidente cerebrovascular entre los pacientes jóvenes infectados con SARS-CoV-2. Los autores señalan que esta serie refleja un aumento de siete veces en el número de pacientes jóvenes con accidente cerebrovascular tratados en su centro en un período típico de 2 semanas.
Sin embargo, este aumento aparente aparente puede ser un epifenómeno de la pandemia, potencialmente la consecuencia de alteraciones en la selección de servicios de emergencia a centros médicos o pacientes que difieren la atención médica por temor a la infección.
Debemos estudiar cuidadosamente la epidemiología y la patogenia de las enfermedades neurológicas en el contexto del SARS-CoV-2 para aclarar si las enfermedades observadas son el resultado de una infección o simplemente reflejan una enfermedad neurológica que ocurre en una pandemia.