La Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas elaboró, en colaboración con el Ministerio de Sanidad, una guía de manejo para los casos asociados al brote de botulismo a raíz del consumo de tortillas precocinadas envasadas, que fueron comercializadas en varias cadenas de supermercados del país.
Los productos fueron consumidos por los siete afectados confirmados entre el 19 de junio y el 5 de julio. En tanto, el brote se detectó en España el día 14 de julio y, cinco días después, el 19 de julio, el grupo empresarial Palacios Alimentación paralizó la producción en su planta de Mudrián (Segovia) y retiró los productos de los puntos de venta.
Según el protocolo que se utiliza para la vigilancia del botulismo de la Red Nacional de Vigilancia (RENAVE) la clasificación de estos casos sería:
- Caso sospechoso: Persona que satisface los criterios clínicos y para la que se ha solicitado una prueba de diagnóstico microbiológico de botulismo
- Caso probable: Persona que satisface los criterios clínicos y que tiene una relación epidemiológica*
- Caso confirmado: Persona que satisface los criterios clínicos y los de laboratorio
*En el caso del brote actual, la relación epidemiológica sería el consumo de tortilla precocinada envasada producida por el Grupo Empresarial Palacios Alimentación (comprada antes de la fecha de retirada (19 de julio).
Botulismo
El botulismo es una rara enfermedad, potencialmente mortal, causada por Clostridium botulinum, una bacteria grampositiva anaerobia formadora de esporas, con diferentes serotipos que producen una potente toxina que actúa sobre las sinapsis excitadoras e inhibidoras del sistema nervioso.
El diagnóstico temprano resulta fundamental para indicar el tratamiento específico precoz (antitoxina). Una demora diagnóstica y terapéutica podría empeorar el pronóstico, motivo por el cual ante un brote es necesario tener un umbral de sospecha elevado.
Síntomas y Signos característicos
La ocurrencia de más de un caso agrupado con el mismo factor de exposición incrementa el riesgo de tener la enfermedad, aunque la ausencia de un claro factor de exposición no excluye la posibilidad de tener la enfermedad.
Los síntomas generalmente comienzan entre 12 y 48 tras la ingestión del alimento contaminado, pero el periodo de incubación puede variar entre unas horas y dos semanas, en función de la cantidad de la toxina ingerida.
Los síntomas iniciales gastrointestinales son más inespecíficos, como náuseas, vómitos, dolor abdominal, que pueden ser los pródromos de la afectación neurológica posterior.
Típicamente la afectación ocular va seguida de debilidad progresiva descendente, con un síndrome neurológico debido a un bloqueo colinérgico que puede estar presente en la primera evaluación.
Los trastornos visuales, la disartria, la disfagia y la sequedad o dolor en la boca y la garganta son los cuatro síntomas neurológicos más específicos. La presión arterial suele estar conservada y la frecuencia cardíaca es normal o reducida.
Síntomas y signos del botulismo por orden de frecuencia
Según señalan los especialistas, siempre se debe hacer una anamnesis y una exploración neurológica meticulosa, y recoger si existe un factor conocido de exposición y si hay otras personas que hayan compartido el mismo alimento.
Criterios diagnósticos
Hay que sospechar un botulismo cuando se cumplan al menos tres criterios de los siguientes:
• Ausencia de fiebre (<38°C)
• Aparición aguda de al menos uno de los siguientes síntomas:
-Visión borrosa
-Visión doble
-Dificultad para hablar, incluyendo habla lenta
-Cualquier cambio en el sonido de la voz, incluida la ronquera
-Disfagia, acumulación de secreciones o salivación
-Lengua gruesa
• Al menos uno de los siguientes signos:
-Ptosis
-Parálisis extraocular o fatigabilidad
-Paresia facial
En general hay un estado mental intacto y si el paciente lo tiene alterado hay que pensar en otras causas alternativas. Los estudios electrofisiológicos son de poca utilidad en las primeras fases de un botulismo. Hay que tener en cuenta la posibilidad de un botulismo cuando se sospeche miastenia gravis o un síndrome de Guillain-Barré (variante Miller–Fisher), y en un paciente con parálisis simétricas de los nervios craneales inexplicables, con o sin parálisis de otros músculos. En la mayoría de los casos que tienen fallo respiratorio y necesidad de ventilación mecánica esta sucede en las primeras 48 horas desde el contacto inicial
Recomendaciones de tratamiento y de seguimiento ante la sospecha de botulismo: algoritmo de decisión
Instrucciones para la recogida y envío de muestras clínicas al centro nacional de microbiología ante la sospecha de un caso de botulismo
1. Propósito y alcance: El objetivo de este documento es describir la recogida y envío de muestras clínicas al Centro Nacional de Microbiología (CNM) ante la sospecha de un caso de botulismo.
2. Toma de muestras clínicas: Las muestras indicadas para el diagnóstico son el suero y/o muestras de heces.
-Suero: Se tomarán ≥3 ml de suero, previo a la administración de la antitoxina y recogido en las primeras 48 horas tras la aparición de los síntomas (> 72 h el rendimiento para la detección de toxina es muy bajo)
-Heces: se recogerán en un recipiente estéril, como mínimo 10 g (tamaño de una nuez).
Estas muestras pueden recogerse antes (de forma preferente) o después de la administración de la antitoxina. Alternativamente, cuando no sea posible la obtención de muestras de suero y/o heces podrá enviarse una muestra de jugo gástrico (cantidad mínima 3 ml).
3. Conservación de muestras: Una vez en el laboratorio las muestras se mantendrán refrigeradas entre 2-8º C para su conservación, nunca congeladas.
4. Transporte y envío de muestras: El envasado y embalaje de estas muestras se realizará conforme a los requisitos de las sustancias infecciosas de Categoría B (UNE 3373) y deben ser transportadas de forma refrigerada con acumuladores de frío. El envío de muestras al CNM sólo se realizará tras la autorización por parte de Salud Pública.