El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) informó el 25/11/2023 resultados positivos para virus del género alphavirus en muestras de equinos con síntomas neurológicos. El día 27/11/2023 se confirmó el diagnóstico de encefalitis equina del oeste (EEO) en tres casos: dos en Santa Fe y uno en Corrientes mientras continúan en estudio casos de equinos con sintomatología neurológica en las mismas provincias y en Entre Ríos, Córdoba y Buenos Aires.
El 27 de noviembre los laboratorios del Instituto Vanella y del INTA Castelar confirmaron el diagnóstico de Encefalitis Equina del Oeste (EEO). El 28/11 el Centro de Referencia del INEVH Maiztegui corroboró el diagnóstico de EEO. Hasta el momento el SENASA recibió más de 90 notificaciones que están siendo investigadas en las mencionadas provincias.
Todo sobre las encefalitis equinas
Las encefalitis equinas constituyen un grupo de enfermedades virales transmitidas al ser humano por artrópodos. Las de mayor importancia por su distribución e impacto en salud pública en nuestra región las Américas son la encefalitis equina del este (EEE), la encefalitis equina del oeste (EEO) y la encefalitis equina venezolana (EEV) y la Fiebre del Nilo Occidental. Los agentes etiológicos estas pertenecen al género de los Alphavirus, familia Togaviridae. La enfermedad es transmitida por picadura de mosquitos infectados.
Los huéspedes terminales que desarrollan una viremia suficiente como para infectar a los mosquitos, incluyen algunas especies de aves. Los humanos no transmiten estos virus (EEO y EEE) a los mosquitos, y no se ha comprobado la transmisión de persona a persona. Dado que los équidos son los principales amplificadores del EEV epizoótico, estos brotes se controlan mediante la limitación de movimiento sobre los équidos, medidas de control de los mosquitos en el ambiente y la vacunación de los équidos.
El período de incubación de la EEO varía de 2 a 10 días. Las enfermedades causadas por el virus de la Encefalitis Equina del Oeste van desde cuadros leves (cefalea, fiebre) hasta meningitis aséptica y encefalitis.
Presenta un comienzo súbito con dolor de cabeza seguido de decaimiento, escalofrío, fiebre, mialgias y malestar general. Las manifestaciones neurológicas aparecen al cabo de varios días y pueden incluir letargo, somnolencia, rigidez de nuca, fotofobia, y vértigo, y en casos graves, estupor y coma. Los síntomas neurológicos más frecuentes son debilidad y temblores generalizados.
Generalmente la mejoría comienza varios días después de la defervescencia, entre 1 semana a 10 días. La tasa de letalidad es del 3 al 4%, pero los adultos generalmente se recuperan completamente. Los niños tienen mayor riesgo de padecer infecciones del sistema nervioso central. Los casos leves de la enfermedad presentan fiebre, dolor de cabeza y fatiga que persiste por varios días o semanas.
Las infecciones subclínicas son muy frecuentes entre habitantes de las áreas rurales, se estima que la proporción de sintomáticos/asintomáticos es de 1:58 en niños menores de 4 años y de 1:1.150 en adultos. En Sudamérica también han reportado muy pocos casos a pesar de la vigilancia activa que se implementa durante epizootias en caballos. En Argentina se realiza como diagnóstico diferencial en cuadros de encefalitis estudiados para otros arbovirus y no se han detectado casos hasta el momento.
Detalle por detalle
Los patógenos causantes de las encefalitis equinas mantienen un ciclo silvestre enzoótico en el que las aves constituyen el principal reservorio. La circulación enzoótica de estos virus ocurre en áreas geográficas definidas, pero tienen capacidad de causar epidemias/epizootias con morbilidad y mortalidad que puede ser de importancia significativa.
Los huéspedes que desarrollan una viremia suficiente como para infectar a los mosquitos, incluyen algunas especies de aves infectadas con virus de EEO, EEE o algunas cepas enzoóticas del EEV; los roedores infectados con cepas enzoóticas de los virus de EEV; caballos infectados con EEV epizoóticos y posiblemente EEE; liebres infectadas con EEO y posiblemente los reptiles infectados con EEE o EEO.
El ser humano y los animales domésticos susceptibles pueden padecer la infección y desarrollar enfermedad a consecuencia de ella, pero no transmiten el virus. La transmisión directa de EEE sólo ha sido observada en las aves. Las aves de caza pueden propagar este virus mediante el arrancado de plumas y el canibalismo. En contraste con la Encefalitis Venezolana, los virus Este y Oeste son mantenidos por el ciclo ave / mosquito. La viremia en el caballo es generalmente considerada insuficiente para infectar a los mosquitos vectores; siendo un hospedador terminal.
Sobre los vectores involucrados
La ecología natural para el mantenimiento del virus normalmente tiene lugar mediante la infección alterna de aves y mosquitos (EEE y EEO), y mosquitos y roedores (ciclo enzoótico del virus de la EEV) o mosquitos y caballos (ciclo enzoótico del virus de la EEV).
El virus de la EEE se ha aislado de serpientes, y estas podrían intervenir como hospedadores reservorio. Puede presentarse la enfermedad clínica en los seres humanos y en los caballos, los cuales son hospedadores fortuitos y definitivos tanto del virus de la EEE como del de la EEO. No obstante, algunos caballos pueden desarrollar una viremia transitoria que se ha sugerido como posiblemente suficiente para transmitir el virus de la EEE a mosquitos si se dan las condiciones adecuadas
Los principales vectores involucrados en la EEO son: Aedes (Ochlerotatus) albifasciatus, Anopheles albitarsis, Culex ocossa, Psorophora pallescens. En la EEV: Aedeomyia squamipennis, Culex coronator, Culex delpontei, Culex ocossa, Mansonia titillans, Ochlerotatus scapularis, Ochlerotatus stigmaticus, Psorophora confinnis, Psorophora albipes, Psorophora ferox, Psorophora cingulata, Culex maxi, Culex taeniopus; y en la EEE: Culex (Melanoconion) spp, particularmente Culex pedroi.
En nuestro país, se registró un brote de EEO entre 1982 y 1983, que afectó el norte y el centro del país llegando hasta la provincia de Río Negro. Durante dicho brote, se aislaron por primera vez cepas epizoóticas del VEEO a partir de mosquitos de la especie Aedes (Ochlerotatus) albifasciatus (Di Battista, 2019). Esta especie fue postulada como principal vector del brote por su abundancia, su amplia distribución geográfica, su preferencia por mamíferos (particularmente equinos y bovinos) y su competencia vectorial experimental como vector del VEEO en el sur de América (Avilés et al., 1992). Además, también se aisló el virus de algunas especies de Culex spp., Mansonia spp., Psorophora pallescens y Anopheles albitarsis, constituyendo potenciales vectores secundarios.