Inflamación y salud mental

Los AINEs a largo plazo podrían reducir el riesgo de demencia

La investigación sobre el efecto de los antiinflamatorios no esteroideos en la salud cerebral podría brindar pistas para reducir la incidencia del deterioro cognitivo grave.

Autor/a: Vom Hofe I, Stricker BH, Ikram MK, Wolters FJ, Ikram MA.

Fuente: J Am Geriatr Soc. 2025 Mar 4. Epub ahead of print. Long-Term Exposure to Non-Steroidal Anti-Inflammatory Medication in Relation to Dementia Risk

Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) podrían reducir el riesgo de demencia, debido a sus propiedades antiinflamatorias y posiblemente reductoras de amiloide.

La demencia es una de las principales causas de discapacidad y dependencia en el mundo. La prevalencia está en aumento y no se dispone de tratamientos preventivos eficaces.

Cada vez hay más estudios experimentales en animales y observacionales en humanos que sugieren un papel central de los procesos inflamatorios en diversas patologías subyacentes a la demencia, como la lesión cerebral vascular y la acumulación de β y tau amiloides. Además, de todas las variantes genéticas que se identifican como implicadas en la enfermedad de Alzheimer, más de la mitad están relacionadas con respuestas inflamatorias.

Dirigirse a estos mecanismos podría ayudar al desarrollo de terapias para la demencia. De hecho, aproximadamente el 20 % de los tratamientos en desarrollo para el alzhéimer tienen a la inflamación como su principal objetivo. Sin embargo, esto no ha llevado a medicamentos aprobados en el mercado.

Los datos del estudio

En un estudio de cohorte prospectivo, con un seguimiento promedio de 14,5 años, se demostró que el uso a largo plazo de AINEs, pero no la dosis acumulativa, se asocia con un menor riesgo de demencia. En principio, se incluyeron 11.745 participantes sin demencia (59,5 % mujeres, edad media de 66,2 años).

El uso de AINEs a partir de 1991 se derivó de los registros de dispensación de las farmacias, a partir de los cuales se determinó la duración acumulativa y la dosis. Se definieron cuatro categorías mutuamente excluyentes de uso acumulativo:

  1. No uso.
  2. Uso a corto plazo (< 1 mes).
  3. Uso a mediano plazo (entre 1 y 24 meses).
  4. Uso a largo plazo (> 24 meses).

Durante un período de seguimiento promedio de 14,5 años, 9520 (81,1 %) participantes habían usado AINEs en un momento dado y 2091 participantes desarrollaron demencia. El uso de AINEs se asoció con un menor riesgo de demencia para los usuarios a largo plazo (HR [IC 95 %]: 0,88 [0,84–0,91]) y un pequeño aumento del riesgo con el uso a corto plazo (HR [IC 95 %]: 1,04 [1,02–1,07]) o el uso a mediano plazo (HR: 1,04 [1,02–1,06]).

La dosis acumulada no se asoció con una disminución del riesgo de demencia (HR para ≤ percentil 25: 1,06 [1,03-1,09], percentil 26-50: 1,02 [0,99-1,05], percentil 51-75: 1,03 [0,99-1,06], > percentil 75: 0,99 [0,96–1,02]).

Conclusiones

El uso a largo plazo de AINE, pero no la dosis acumulativa, se asoció con un menor riesgo de demencia. Esto sugiere que la exposición prolongada en lugar de intensiva a medicamentos antiinflamatorios puede tener potencial para la prevención de la demencia.

Aunque los datos son una indicación del importante papel de la inflamación en la demencia, todavía no justifican la recomendación de un tratamiento a largo plazo con AINEs para la prevención del deterioro cognitivo. Hay que considera los posibles efectos adversos de los fármacos.

Los AINEs están actualmente catalogados como medicamentos potencialmente inapropiados en adultos mayores, según los criterios de Beers. No obstante, los datos justifican una mayor investigación sobre el potencial de la medicación antiinflamatoria en la prevención de la demencia.