La emitió la OPS

Alerta por aumento de casos de fiebre amarilla en América del Sur

Se ha expandido hacia la costa brasilera la zona habitual de incidencia, y las proyecciones indican que puede llegar a Argentina y a Paraguay.

Autor/a: IntraMed LATAM

Fuente: OPS

Es una más de las enfermedades que trasmite el Aedes aegypti, pero no es el único vector; también vienen en su ayuda mosquitos del género Haemogogus y Sabethes.  Las diferentes especies de mosquitos viven en distintos hábitats: algunos se crían cerca de las viviendas (domésticos); otros, en el bosques y selvas (salvajes); y algunos, en ambos hábitats (semidomésticos)

A su vez, hay tres tipos de ciclos de transmisión:

• Selvática, que se da en las zonas tropicales lluviosas, donde los monos —principal reservorio del virus— son picados por mosquitos salvajes que transmiten el virus a otros monos. Las personas que se encuentren en la selva pueden recibir picaduras de mosquitos infectados y contraer la enfermedad.

• Intermedia: los mosquitos semidomésticos infectan tanto a monos como humanos. El aumento de contactos entre personas y mosquitos infectados aumenta la transmisión, y puede haber brotes simultáneamente en muchos pueblos distintos de una zona. Este es el tipo de brote más frecuente en África.

• Urbana: las grandes epidemias se producen cuando las personas infectadas introducen el virus en zonas muy pobladas y con gran densidad de mosquitos, y donde la mayoría de la población tiene escasa o nula inmunidad por falta de vacunación.

Estas dos realidades indicen en la capacidad de expansión del virus. Suena muy alarmante, ¿verdad?  Vamos con un poco de calma…

Tenemos un buen dato para compartir: ya existe vacuna altamente probada. La desarrolló en 1937 el microbiólogo sudafricano Max Theiler, que trabajó para la Fundación Rockefeller, y recibió el Premio Nobel por su descubrimiento. Y hay otro más: según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la vacuna es segura, asequible y muy eficaz. Proporciona inmunidad efectiva dentro de los 30 días para el 99% de las personas vacunadas, y una sola dosis es suficiente para conferir inmunidad sostenida y proteger de por vida contra la enfermedad

Dadas las novedades epidemiológicas de estos días, ninguno de los datos es menor: el 4 de febrero, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) lanzó una alerta, no solo debido al aumento de los casos en América del Sur, sino también a porque se está produciendo un cambio en la distribución geográfica de la enfermedad.

Progresión

El aumento de afectados ya se había registrado durante los últimos meses de 2024, cuando se confirmaron 61 casos de fiebre amarilla, con un saldo de 30 fallecidos, lo que superaba los 58 diagnósticos y las 28 muertes reportadas entre 2022 y 2023 en Bolivia, Brasil, Colombia y Perú. En En 2025, sólo en enero, se notificaron 17 casos: “Brasil, con ocho casos, incluyendo cuatro casos fatales; Colombia con ocho casos, incluyendo dos casos fatales; y Perú con un caso fatal, resalta el documento que emitió la OPS.

Por otra parte, en 2024 la mayoría de los afectados se había concentrado en la región amazónica de Bolivia, Brasil, Colombia, Guyana y Perú, pero este año la enfermedad ha comenzado a expandirse, se ha asentado en zonas nuevas, particularmente en el estado de São Paulo, en Brasil, y en el departamento de Tolima, en Colombia.

Y el riesgo de que se disperse es importante: “El estudio y el modelo de proyección conocido como modelo de corredores ecológicos, desarrollado de manera colaborativa en Brasil, estimó que, para el periodo estacional 2024/2025 existe la posibilidad de propagación del virus en la región de Campinas/São Paulo, el sur del estado de Minas Gerais y la Serra da Mantiqueira. Por otro lado, el modelo combinado de favorabilidad indicó que los estados con mayores probabilidades para la ocurrencia de fiebre amarilla son, en orden de mayor a menor probabilidad, Santa Catarina, Rio Grande do Sul, Paraná, Distrito Federal, Goiás, São Paulo, Mato Grosso do Sul y Minas Gerais”, señala el documento, y agrega: “Si se cumplen las proyecciones de este modelo, es posible que países como Argentina y Paraguay también se vean afectados”.  El documento destaca también que, a pesar de  que los modelos predictivos tienen limitaciones, “resultan ser una herramienta invaluable para evaluar el riesgo y definir estrategias de prevención focalizadas en las áreas con mayor probabilidad de ocurrencia”.

Lo cierto es que en todo el 2024 en la región de São Paulo hubo tres casos, y en lo que va de 2025, ya son siete…

Recomendaciones

El documento de la OPS advierte que en la Región de las Américas, el riesgo de brotes de fiebre amarilla es elevado, y destaca: “Aunque la inmunización sigue siendo una de las intervenciones de salud pública más eficaces para prevenir esta enfermedad, la mayoría de los casos registrados durante el 2024 no tenían antecedentes de vacunación contra la fiebre amarilla”.

Por ello, en este contexto, alienta a los estados miembro con áreas de riesgo a que “continúen con los esfuerzos de vigilancia y vacunación en zonas endémicas. Es fundamental que los países logren coberturas de vacunación de al menos 95% en las poblaciones de áreas de riesgo, de forma homogénea, y que las autoridades sanitarias aseguren contar con un inventario de reserva estratégica que les permita mantener la vacunación de rutina y, al mismo tiempo, responder de manera efectiva a posibles brotes”.