Resumen La hematopoyesis anormal promueve la enfermedad cardiovascular al generar un exceso de leucocitos inflamatorios que atacan las arterias y el corazón. El nicho de la médula ósea regula la proliferación de células madre hematopoyéticas y, por tanto, el conjunto de leucocitos sistémicos, pero se desconoce si la enfermedad cardiovascular afecta la microvasculatura del órgano hematopoyético. Aquí mostramos que la hipertensión, la aterosclerosis y el infarto de miocardio (IM) provocan disfunción endotelial, fugas, fibrosis vascular y angiogénesis en la médula ósea, lo que lleva a la sobreproducción de células mieloides inflamatorias y leucocitosis sistémica. La limitación de la angiogénesis con deleción endotelial de Vegfr2 (que codifica el receptor 2 del factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF)) frenó la hematopoyesis de emergencia después de un infarto de miocardio. Observamos que las células endoteliales de la médula ósea asumieron fenotipos transcripcionales inflamatorios en todas las etapas examinadas de la enfermedad cardiovascular. La deleción endotelial de Il6 o Vcan (que codifica versican), genes que se muestran altamente expresados en ratones con aterosclerosis o MI, redujo la hematopoyesis y el número de células mieloides sistémicas en estas condiciones. Nuestros hallazgos establecen que la enfermedad cardiovascular remodela el nicho vascular de la médula ósea, estimulando la hematopoyesis y la producción de leucocitos inflamatorios. El continuo cardiovascular tradicional conecta factores de riesgo conocidos como la hipertensión y la hipercolesterolemia con enfermedades del miocardio y arterias más grandes. Los datos actuales amplían este concepto para incluir importantes alteraciones vasculares que influyen en el potencial hematopoyético de la médula ósea. Estas observaciones proporcionan una nueva visión mecanicista de cómo la diafonía entre los factores de riesgo comunes, el corazón y la vasculatura vinculan a los leucocitos con las afecciones cardiovasculares. A nivel conceptual, estos circuitos de retroalimentación indican que el estudio de la vasculatura de la médula ósea en la ECV identificará nuevas vías para apuntar terapéuticamente a la leucocitosis creciente y la inflamación sistémica. |
(Imagen Rodrigo Blanco Salado, Universidad de Valladolid
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Los investigadores informan por primera vez que la enfermedad cardiovascular afecta los vasos sanguíneos de la médula ósea y conduce a una mayor producción de glóbulos blancos que provocan la inflamación, según un estudio realizado en la médula ósea humana y en ratones. El descubrimiento podría conducir a nuevas formas de prevenir o tratar las enfermedades cardíacas, dicen los investigadores.
Los investigadores saben desde hace algún tiempo que la enfermedad cardíaca se asocia con una acumulación de glóbulos blancos, que normalmente combaten las infecciones. Muchas de estas células se encuentran en la placa, la acumulación de grasas, colesterol y otras sustancias en los vasos sanguíneos, a donde llegan después de nacer en la médula ósea y migrar a través del torrente sanguíneo. Pero no está claro qué lleva a su mayor producción de médula ósea, dicen los investigadores.
En el estudio actual, los investigadores demostraron que tres enfermedades cardiovasculares diferentes (ataque cardíaco, aterosclerosis e hipertensión) afectan la médula ósea de una manera que aumenta la producción de glóbulos blancos. Cada una de estas enfermedades puede provocar cambios en la cantidad de vasos sanguíneos de la médula ósea. También pueden cambiar la estructura y función de los vasos de la médula ósea y afectar la liberación de factores que regulan la producción y migración de glóbulos blancos, encontraron los investigadores.
Como resultado, una mayor acumulación de glóbulos blancos impulsa la inflamación, incluso en las arterias y el corazón. Eso puede restringir el suministro de sangre y potencialmente desencadenar un ataque cardíaco, dicen los investigadores.
"Este estudio proporciona una fuerte evidencia de que las enfermedades cardiovasculares afectan la vasculatura de la médula ósea y, en consecuencia, la actividad de las células madre sanguíneas", dijo Michelle Olive, Ph.D., oficial de programa de la División de Ciencias Cardiovasculares del NHLBI. “Este trabajo arroja nueva luz sobre el importante papel que juega el nicho de la médula ósea vascular y cómo se produce la inflamación. Podría conducir a nuevos objetivos y tratamientos para las enfermedades cardíacas, la principal causa de muerte".
El estudio, financiado en parte por el NHLBI, apareció en Nature Cardiovascular ResearchEnlace externo.