¿Quién debe ser examinado y cuándo?

Ingesta de cuerpos extraños y materiales tóxicos

Actualización sobre el manejo de la ingesta de cuerpos extraños y materiales tóxicos en pediatría

Autor/a: Yasemin Cagil, Jenna Diaz, Seth Iskowitz, Alisa J. Muñiz Crim

Fuente: Pediatrics in Review 2021; 42; 290

Indice
1. Texto principal
2. Referencias bibliográficas
Introducción

La ingesta de cuerpos extraños y sustancias tóxicas es un motivo frecuente de búsqueda de atención de emergencia. A menudo, el paciente pediátrico es incapaz de describir la naturaleza de la ingesta y/o el momento del evento. Esto puede suponer barreras importantes tanto para los cuidadores como para el equipo médico.

Monedas, pilas botón, imanes, objetos puntiagudos y/o grandes, alimentos, sustancias absorbentes, alcohol, sustancias ácidas y alcalinas, detergentes e hidrocarburos son ingestiones frecuentes. Cada sustancia u objeto ingerido  requiere un enfoque de manejo individualizado.

Ingesta de cuerpos extraños

El sitio más común de atrapamiento de cuerpos extraños es la zona proximal del esófago a la altura del músculo cricofaríngeo. Otras ubicaciones comunes incluyen el esófago medio, en el sitio de compresión del arco aórtico, y el esfínter esofágico inferior.

La mayoría de los cuerpos extraños que ingieren los niños pasan espontáneamente sin complicaciones; sin embargo, la extracción endoscópica puede ser necesaria en algunas situaciones.

Los parámetros que deben tenerse en cuenta con respecto a la necesidad de eliminación endoscópica de cuerpos extraños ingeridos incluyen edad del niño, peso, presentación clínica, tiempo desde la ingesta, tipo y tamaño del cuerpo extraño, ubicación en el tracto gastrointestinal, y anomalías intestinales subyacentes. Esta sección describe los cuerpos extraños ingeridos con mayor frecuencia y su manejo. (1)

> Monedas

Las monedas siguen siendo los objetos que los niños ingieren con mayor frecuencia en los Estados Unidos. La eliminación espontánea de monedas ocurre en aproximadamente el 30% de los pacientes. Una vez que una moneda pasa con éxito a través del esófago, es más probable que progrese y pase espontáneamente. Los factores que influyen en la probabilidad de paso espontáneo incluyen el tamaño y la ubicación de la moneda, así como la edad del individuo.

Algunas monedas americanas y canadienses tienen más probabilidades de requerir una intervención endoscópica por su tamaño, que oscilan entre 23,5 y 25 mm de diámetro. En general, las monedas de más de 25 mm atraviesan más difícilmente el píloro. Esto es especialmente cierto para los niños menores de 5 años. (1)

La ingesta de monedas puede variar en su presentación. Los pacientes pueden estar asintomáticos o mostrar babeo, dolor o dificultad respiratoria secundaria a compresión traqueal. La evaluación inicial por sospecha de ingesta de monedas debe iniciarse con radiografías abdominales para identificar presencia y localización. Las radiografías laterales son extremadamente útiles para diferenciar pilas botón de monedas.

Las monedas alojadas en el esófago deben retirarse dentro las 24 horas para minimizar el riesgo de lesiones y/o erosión del tejido esofágico.

Si el paciente se presenta más de 24 horas después de la ingesta o si se desconoce el momento, se recomienda la extracción endoscópica inmediata. Debe realizarse una radiografía antes de la endoscopia porque puede ocurrir el pasaje espontáneo de monedas en hasta el 25% de los pacientes dentro de las 16 horas de ingesta. (2) Después de la extracción endoscópica, es necesario el examen endoscópico cuidadoso de la mucosa esofágica para evaluar posibles daños.

El daño mucoso puede requerir tratamiento, incluyendo supresión ácida y/o opciones de alimentación alternativas, hasta que se demuestre una mejoría clínica. Las monedas a nivel gástrico se pueden controlar sin intervención a menos que se presenten síntomas activos, como dolor abdominal.

Se recomienda realizar imágenes radiográficas cada 1 a 2 semanas y un control cuidadoso de las heces hasta que la moneda se haya eliminado. Si la moneda es mayor de 25 mm de diámetro o no ha pasado el píloro en 4 semanas, se recomienda la extracción endoscópica electiva. (2)

Pilas botón

Las pilas botón están presentes en muchos artículos hogareños, incluidos relojes, cepillos de dientes, juguetes y tarjetas de felicitación musicales. Las pilas se ingieren fácilmente y plantean un riesgo considerable de daño, necrosis y perforación de la mucosa.

La ingesta de pilas botón se considera una emergencia médica.

Una vez en contacto con la mucosa esofágica, la batería produce radicales de hidróxido, que resultan en daño químico. Además, la corriente eléctrica resultante de los polos de la batería que entran en contacto con las membranas mucosas causa daño eléctrico al tejido esofágico. Modelos animales han demostrado necrosis de la lámina propia del esófago dentro de los 15 minutos posteriores a la ingesta. (2)(3)

En un estudio nacional que examinó las consultas a emergencias relacionadas con pilas en los Estados Unidos desde 1990 hasta 2009, ocurrieron aproximadamente 3300 consultas anualmente entre niños menores de 18 años, y la frecuencia continúa en aumento. (4) El aumento del uso de la pila botón de litio de 3-V 20-mm también ha llevado a un aumento en la frecuencia y gravedad de la ingesta de pilas botón.

Los niños que ingieren pilas botón pueden presentar dolor, babeo, estridor, dificultad respiratoria, irritabilidad, fiebre, o negativa a alimentarse. Algunos niños pueden estar asintomáticos y son llevados a consulta después de una ingesta atestiguada. Los profesionales deben estar alertas ante una posible ingesta de pila botón y comenzar la investigación lo antes posible. (3)

Se recomienda la realización de imágenes radiográficas simples de tórax y abdomen para todas las presuntas ingestiones de pilas botón. Las claves de la presencia de pilas botón incluyen el signo de "doble halo", que es la apariencia de 2 capas de los bordes de la batería en las vistas frontales, y el signo de "step off" o “escalón”, descripto como una proyección central que sugiere la presencia de una batería en las vistas laterales. (3)

De acuerdo con las guías nacionales pediátricas,  las pilas botón en esófago deben retirarse de inmediato (< 2 horas) independientemente de la presencia de síntomas. Si la pila está ubicada en el estómago y el niño es sintomático o tiene antecedentes de anomalías estructurales, se requiere endoscopia de emergencia. Si la pila botón ha llegado al duodeno, se puede esperar que pase en menos de 72 horas y no requiera extirpación endoscópica. (3)

El alto grado de morbilidad con la ingesta de pilas botón ha llevado a investigaciones para un manejo óptimo. Un estudio reciente de Anfang y col. (5) demostró el beneficio del uso de miel o sucralfato como agente neutralizador del pH para mitigar la lesión esofágica.

Las guías clínicas del Centro de Control de Intoxicaciones de la Capital Nacional han sido actualizadas para recomendar el tratamiento con miel o sucralfato (10 ml cada 10 minutos x 6 para miel y x 3 para sucralfato) en casos de sospecha de ingesta de baterías de litio en niños mayores de 12 meses y en quienes ocurrió la ingesta menos de 12 horas antes de la presentación.

Las serias complicaciones por la ingesta de una pila botón resultan de la necrosis tisular y pueden incluir la formación de una fístula traqueoesofágica, perforación del esófago, desarrollo de estenosis esofágica, parálisis de las cuerdas vocales, mediastinitis, neumotórax y fístula aortoentérica. (3)

En una encuesta realizada por el Sistema Nacional de Vigilancia de Lesiones por Electricidad, el 62% de las pilas botón se obtuvo directamente del producto que contenía la batería y se encontró que el 30% estaba fuera del producto.

Debe recomendarse la vigilancia de los niños pequeños que manipulan productos con pilas en las consultas pediátricas de rutina.  La Comisión de Seguridad de Productos de Consumo exige a los fabricantes que aseguren los compartimentos de la batería en cualquier producto comercializado para niños menores de 3 años. (2) (3)

Imanes

La frecuencia de la ingesta de imanes en los niños ha ido en aumento, con más de 22.000 ingestiones reportadas entre 2002 y 2011. El 50% de las ingestas de imanes incluyen 2 o más imanes. (6) A menudo, un único imán pequeño puede pasar espontáneamente. La ingesta de múltiples imanes, de imanes de neodimio, o imanes con cuerpos extraños adheridos se asocia con mayor riesgo de complicaciones graves. (1)

Los imanes de neodimio se encuentran en juguetes y objetos pequeños. Estos imanes tienen más de 5 veces la fuerza de atracción de los imanes convencionales estándar. Anteriormente habían sido retirados del mercado por la Comisión de Seguridad de Productos de Consumo debido a problemas de seguridad, pero se ha reanudado la venta de productos comercializados para personas mayores de 14 años desde 2017.

Estos imanes tienen la apariencia de rodamiento de bolas o rosario en las radiografías y pueden a veces confundirse con una bola de metal. Los imanes de neodimio también se utilizan en piercings corporales y faciales y, por lo tanto, están entre los objetos más comunes ingeridos por niños mayores y adolescentes. (2)

En pacientes con ingesta de imanes sospechada o confirmada, la puntualidad del tratamiento es esencial porque los síntomas de ingesta pueden ser inespecíficos. El examen requerirá evaluación de obstrucción o perforación. (7) Los síntomas pueden aparecer hasta 7 días después de la ingesta del imán. Cuando hay sospecha de ingesta de imanes, debe realizarse una radiografía para discernir el número y la ubicación de los mismos. (1)

En un paciente que ha ingerido múltiples imanes, está indicada la extirpación endoscópica de emergencia independientemente de los síntomas para prevenir la perforación latente. Se debe considerar la cirugía cuando la ingesta de imanes se produjo más de 12 horas antes de la presentación. (7)

Para pacientes que ingieren un solo imán, el manejo conservador, que incluye observación y terapia laxante, es una opción terapéutica razonable. Estos pacientes deben ser observados de forma controlada con radiografías seriadas hasta que el imán haya seguido su curso. (2)

La extracción endoscópica puede estar justificada ante la ingesta de un solo imán cuando éste es grande o tiene forma inusual o cuando el niño es menor de 5 años. Si existe preocupación de  que el imán no pase como se esperaba, la extirpación endoscópica puede estar justificada incluso cuando se ha ingerido un solo imán.

Para imanes que están más allá del ligamento de Treitz pero aún no han alcanzado el íleon terminal, el manejo es controvertido. En centros médicos que tienen la capacidad para realizar una enteroscopía de intestino delgado, se puede considerar la extirpación endoscópica. En centros sin esta capacidad altamente especializada, o en caso de perforación u obstrucción, la intervención requiere laparotomía quirúrgica o laparoscopia. (2)

No eliminar de manera oportuna o adecuada los imanes ingeridos puede conducir a la formación de fístulas enteroentéricas, perforación, peritonitis e isquemia/necrosis intestinal, particularmente cuando se han ingerido varios imanes. (2)

Objetos puntiagudos o grandes

En la década de 1900, los objetos afilados eran ingeridos comúnmente, probablemente como resultado de la popularidad de los pañales de tela y los alfileres para pañales. La frecuencia y el tipo de objetos punzantes ingeridos a lo largo del tiempo han dependido en gran medida de factores culturales y de la edad del individuo.

Por ejemplo, la ingesta de alfileres es más común en culturas donde los utilizan para sujetar la ropa, y la ingesta de palillos de dientes es más frecuente en personas mayores. La ingesta de objetos largos es más común en adolescentes y adultos, y muchas veces suele ser intencional.

Si los objetos afilados no se eliminan con prontitud, suponen un riesgo significativo de complicaciones graves. La perforación por objetos afilados se informa en hasta el 30% de los pacientes, con un inicio medio de 10,4 días. (2)

Al igual que ocurre con las monedas, el manejo de la ingesta de objetos grandes depende del tamaño del objeto y de la edad del niño. Objetos de más de 25 mm de diámetro es poco probable que pasen el píloro, particularmente en niños pequeños. Los objetos de más de 6 cm con frecuencia quedan atrapados en la segunda porción del duodeno o en la válvula ileocecal.

Los objetos que se alojan en el esófago son de gran preocupación debido al aumento del riesgo de perforación, y también es más probable que provoquen síntomas como disfagia y/o dolor.

El 50% de los pacientes con antecedentes de ingesta de un objeto afilado puede permanecer asintomático durante un período prolongado, incluso cuando hay perforación intestinal. (2)

Si se sospecha la ingesta de un objeto punzante, deben obtenerse con urgencia imágenes radiográficas. En los casos en los que se sospecha atrapamiento esofágico, se recomienda la endoscopia de emergencia independientemente del estado de ayuno. (2)

Radiografía, tomografía computarizada, resonancia magnética, ecografía e imágenes seriadas del tracto gastrointestinal superior todas pueden utilizarse para identificar cuerpos extraños radiopacos. Los objetos que no son radiopacos, como los hechos de plástico, hueso, vidrio y madera, no se identificarán sin técnicas de imagenología asistidas por contraste oral; por lo tanto, un alto índice de sospecha debe justificar la evaluación endoscópica. (2)(8) Las imágenes radiográficas pueden retrasar el tratamiento cuando se administra contraste oral.

Debe considerarse la consulta con otorrinolaringología, cuando esté disponible, para laringoscopia directa y extracción de elementos alojados en o por encima del músculo cricofaríngeo. Si un objeto afilado ha pasado al intestino delgado (distal al ligamento de Treitz), se debe considerar la extirpación quirúrgica en niños sintomáticos. (1)

Si el paciente está asintomático y el objeto está más allá del duodeno, se justifica el seguimiento en un entorno hospitalario con radiografías abdominales diarias. Si el objeto afilado no sigue su curso dentro de los 4 días previstos, se debe considerar la posibilidad de una perforación intestinal o de una anomalía congénita y puede estar indicada la extirpación quirúrgica. (1)

Objetos de más de 5 cm o más de 2 cm de ancho en bebés y niños pequeños (más de 10 cm o más de 2,5 cm de ancho en niños mayores) requieren una rápida extracción endoscópica dentro de las 24 horas cuando se localizan en el estómago.

Las complicaciones de ingerir un objeto afilado pueden incluir perforación (más comúnmente en la región ileocecal), migración extraluminal, absceso, peritonitis, fístulas, penetración de órgano, rotura de la arteria carótida común, formación de fístula aortoesofágica y muerte. (1)

El riesgo de complicaciones aumenta con el retraso en el diagnóstico, particularmente cuando pasan más de 48 horas después de la ingesta. La ingesta de objetos largos o grandes tiene riesgos adicionales, como necrosis por presión, obstrucción o perforación. (6)

Alimentos

La impactación de alimentos es a menudo el síntoma de presentación de un trastorno patológico del esófago. Debe considerarse la realización de una historia cuidadosa para la evaluación de esofagitis eosinofílica, esofagitis por reflujo, estenosis esofágica (ya sea de novo o después de la reparación quirúrgica esofágica en pacientes con antecedentes de fístula traqueoesofágica), acalasia y otros trastornos de la motilidad esofágica.

La carne es el alimento más comúnmente impactado. (2) La presentación puede variar desde disfagia leve hasta obstrucción esofágica con síntomas asociados de dolor de cuello y/o babeo. (2)(6) Si la comida impactada no pasa espontáneamente dentro de las 24 horas posteriores a la ingesta o el paciente muestra síntomas de impactación esofágica, debe realizarse una extirpación endoscópica. La obstrucción esofágica con presentación de babeo y dolor de cuello requiere una endoscopia de emergencia.

No debe administrarse contraste oral porque puede acumularse por encima del alimento impactado y ser aspirado. (2) La eliminación de alimentos impactados puede requerir un enfoque gradual durante la endoscopia. (3) Deben obtenerse muestras de biopsia tanto de la parte distal como proximal del esófago para evaluar patología esofágica subyacente.

Estos pacientes requieren de un seguimiento apropiado para garantizar que se realice la evaluación de estas posibles enfermedades subyacentes y que se inicien medidas preventivas para limitar la recurrencia de este cuadro. (2)

Objetos absorbentes

Los objetos absorbentes más comunes son los pañales descartables y los productos de higiene femenina.

Ciertos fabricantes han comercializado juguetes con polímeros superabsorbentes. Los ejemplos incluyen juguetes "mágicos" que crecen en el agua que van desde dinosaurios hasta pelotas de agua y más. Pueden llegar a ser peligrosos cuando se ingieren debido al riesgo de expansión rápida en el tracto gastrointestinal resultando en obstrucción intestinal. (2)

Los pacientes presentarán dolor abdominal, distensión abdominal y/o vómitos. Los objetos absorbentes más comúnmente ingeridos son radiotransparentes, por lo que las imágenes radiográficas probablemente no sean útiles. No se deben realizar estudios de contraste porque pueden retrasar el tratamiento definitivo.

Los pacientes deben someterse a una endoscopia de emergencia. (2)

La eliminación oportuna de estas sustancias es de suma importancia ya que la expansión continua de los objetos conducirá a un empeoramiento de la obstrucción y a más complicaciones. Incluso cuando el objeto ha llegado al estómago, se recomienda la extracción endoscópica urgente para evitar obstrucciones. Las complicaciones incluyen obstrucción intestinal, perforación, sepsis, y potencialmente la muerte.

Ingesta de sustancias tóxicas

Los productos domésticos no farmacéuticos están en todos los hogares y son comúnmente ingeridos por niños. Normalmente estas sustancias no son tóxicas si se ingieren en cantidades limitadas; sin embargo, algunas sustancias tienen el potencial de causar graves lesiones e incluso la muerte. Se producen exposiciones involuntarias con mayor frecuencia en niños menores de 5 años.

Los productos domésticos no farmacéuticos ingeridos con más frecuencia incluyen cosméticos, productos de limpieza, pesticidas, suministros para manualidades y arte, desodorantes y aceites esenciales. La clave para prevenir la ingesta de sustancias domésticas es garantizar que las mismas se guarden en sus envases originales etiquetados fuera del alcance de los niños pequeños.

Puede resultar estresante para los cuidadores decidir si la ingesta requiere atención médica inmediata. Para etiquetar una ingesta como no tóxica, el producto y los ingredientes deben ser identificados claramente, la cantidad ingerida debe ser conocida y debe estar por debajo del nivel tóxico, y el niño debe estar asintomático.

Alcoholes

El alcohol en sus diversas formas se puede encontrar en todos los hogares. Los productos que contienen alcohol incluyen perfumes, colonias, enjuagues bucales y desinfectantes para manos. El etanol es a menudo utilizado como disolvente en medicamentos para la tos y el resfrío para prolongar su vida útil. Incluso con la ingesta accidental de pequeñas cantidades, los niños pequeños corren riesgo de complicaciones. (9)

Los niños expuestos al alcohol pueden presentar coma, hipotermia, hipoglucemia o acidosis láctica. El metanol y el etilenglicol pueden conducir a una profunda acidosis metabólica con brecha aniónica y provocar toxicidad ocular y nefrotoxicidad, respectivamente. La ingesta de alcohol isopropílico puede provocar gastritis y en grandes cantidades puede deprimir la función miocárdica, resultando en hipotensión y shock. (10)

La ingesta mayor o igual a 1,2 ml/kg de etanol puro a menudo requiere hospitalización y tratamiento médico. Los niveles séricos de etanol deben controlarse 1 hora después de la ingesta, y se deben controlar los niveles de glucemia de cerca y reponer según sea necesario. Se recomienda realizar electrolitos, nitrógeno ureico en sangre, creatinina, gases en sangre arterial, electrocardiografía, y pruebas de toxicología en suero.(9)

En caso de ingesta de metanol o etilenglicol, debe iniciarse el tratamiento con fomepizol, un inhibidor de la alcohol deshidrogenasa, incluso si la ingesta no está confirmada debido al excepcional riesgo de complicaciones.

La actual dosis intravenosa de carga recomendada de fomepizol es de 15 mg/kg, seguido de 10 mg/kg cada 12 horas x 4 dosis, luego 15 mg/kg cada 12 horas hasta que las concentraciones de etilenglicol o metanol sean inferiores a 20 mg/dl (< 3,22 mmol/l) y el paciente esté asintomático. (11)

Si no se dispone de fomepizol, el etanol intravenoso puede sustituirlo porque inhibe competitivamente el metabolismo del etilenglicol y el metanol. (9) La hemodiálisis puede considerarse en niños con acidosis metabólica significativa.

El tratamiento del alcohol isopropílico es de sostén, con un enfoque sobre la prevención y el manejo del desarrollo de falla multiorgánica.

La Comisión de Seguridad de Productos de Consumo de 1995 requirió que todos los frascos de enjuagues bucales que contengan más de 3 g de etanol tengan cierres a prueba de niños. El etiquetado claro del producto también proporciona información que los padres pueden dar cuando se comunican con Control de Intoxicaciones y con los profesionales de la salud. (9)

Sustancias ácidas y alcalinas

Las sustancias ácidas domésticas comunes incluyen ácido sulfúrico (quitamanchas, baterías de automóvil, limpiadores de drenaje), ácido nítrico (agentes de limpieza, fertilizantes), ácido clorhídrico (limpiadores de inodoro) y ácido fosfórico (tintura para el cabello). (10)(12)

Las lesiones debidas a sustancias ácidas son más frecuentes en el estómago que en el esófago debido a la tensión superficial disminuida de las sustancias ácidas, lo que les permite pasar rápidamente al estómago. A pesar de este efecto, las ingestas de grandes volúmenes pueden provocar una lesión esofágica grave. La lesión mucosa ocurre por necrosis superficial y formación de trombos intravasculares. La cicatrización del tejido conectivo puede sobrevenir con el tiempo. Las lesiones más profundas tienden a ser menos comunes en estos pacientes, pero aún pueden ocurrir. (13)

Las sustancias ácidas causan dolor orofaríngeo severo cuando se tragan inicialmente. Como resultado, los pacientes a menudo ingieren pequeños volúmenes. Los pacientes pueden desarrollar disfagia, odinofagia, dolor abdominal, vómitos y hematemesis. Síntomas preocupantes como dolor retroesternal pueden indicar una posible perforación esofágica. (13) Algunos pacientes permanecen asintomáticos al momento de la presentación.

Las sustancias alcalinas tienden a ser incoloras e inodoras y por lo tanto es más probable que se ingieran en grandes volúmenes. (12) Las sustancias alcalinas fuertes pueden contener  hidróxido de sodio o hidróxido de potasio y están presentes en desinfectantes, pilas discoides, lejía y jabones.

Cuando se ingieren, las sustancias alcalinas conducen a necrosis licuefactiva y saponificación del tejido expuesto, lo que permite su penetración más profunda en la submucosa y el tejido muscular, resultando en lesión tisular significativa.

Los fluidos alcalinos tienen mayor tensión superficial que los agentes ácidos, lo que permite que las sustancias permanezcan en el tejido durante un período más largo. Los agentes altamente cáusticos tienden a tener un pH superior a 12. (12)

Los pacientes se presentan de manera similar a aquellos con ingesta de sustancias ácidas. Además, pueden producirse quemaduras o ulceraciones de boca, labios y lengua. Los síntomas del tracto respiratorio superior, como ronquera y estridor, se observan en lesiones más graves. (12) La perforación del esófago es más común en pacientes con ingesta alcalina.

Las pruebas de laboratorio se utilizan a menudo para determinar el nivel de seguimiento y cuidados de apoyo requeridos, aunque los resultados no siempre se correlacionan con el grado de lesión de la mucosa. (12)

Se recomiendan radiografías de tórax en todos los pacientes sintomáticos para evaluar la aspiración y perforación del esófago o estómago. (12) La tomografía computarizada debe reservarse para la minoría de casos con lesiones graves para evitar la exposición innecesaria a la radiación. (13)

La evaluación de la vía aérea es el paso inicial en todos los pacientes con ingesta cáustica. Debe iniciarse la reanimación con líquidos en los pacientes hipotensos. El manejo de sostén incluye inhibidores de la bomba de protones intravenosos y opioides.

Ya no se recomienda el uso de carbón activado porque se ha demostrado que conduce a emesis y aspiración potencial  y re-exposición a la toxina. Los intentos de neutralizar la sustancia deben evitarse porque puede producirse calor de la reacción química resultante y agravar aún más la lesión post corrosiva.

La sonda nasogástrica no debe insertarse sin guía endoscópica porque puede provocar infecciones, reflujo ácido y un mayor riesgo de estenosis. (12)(13) Un meta-análisis de Katibe y col. (14) demostró que no hay evidencia de la utilidad de los corticosteroides en la prevención de la estenosis.

En pacientes sintomáticos, debe completarse la evaluación endoscópica urgente en el plazo de 12 a 24 horas en relación a la ingesta.(10) En pacientes asintomáticos, el papel de la endoscopia sigue siendo controvertido.(15) Generalmente se recomienda evitar la endoscopia entre los días 5 y 15 después de la ingesta, dado el aumento de la friabilidad del tejido y el riesgo de perforación.

Se recomiendan antibióticos en cualquier niño con perforación secundaria a la ingesta de sustancias cáusticas. En aquellos sin perforación, los antibióticos empíricos no se han asociado con mejores resultados.(10)

Una de las secuelas más comunes de la lesión cáustica es la formación de una estenosis esofágica, que puede requerir dilatación endoscópica o manejo quirúrgico. Otras complicaciones tardías incluyen dismotilidad de esófago y estómago, mayor riesgo de cáncer de esófago (adenocarcinoma y carcinoma de células escamosas) y obstrucción de la salida gástrica.(12)

Detergentes para ropa, tabletas y cápsulas para lavavajillas

Se introdujeron tabletas o cápsulas de detergente para ropa en el mercado europeo en 2001 y en el mercado estadounidense en 2012. (16)(17) Se han asociado con numerosos informes de exposición e ingesta. El riesgo de ingesta es mayor en niños menores de 6 años, y más específicamente en menores de 3 años. (10)

La evidencia sugiere que los efectos clínicos de la exposición a cápsulas de detergente para la ropa son mayores que las de otras formulaciones de lavandería y tabletas de lavavajillas. (17) Los síntomas más comunes incluyen emesis, tos, babeo, dolor ocular y conjuntivitis (por contacto conjuntival directo), y letargo. Los pacientes también pueden presentar daño de la mucosa orofaríngea, neumonitis y depresión respiratoria. (17)

El manejo de la exposición e ingesta de las cápsulas de detergente es en gran parte de sostén. La intubación y la ventilación mecánica están indicadas en los casos en que se observe dificultad respiratoria. Aquellos con compromiso ocular deben recibir abundantes lavados con solución salina isotónica. (10)

Las complicaciones graves por ingesta pueden incluir convulsiones, coma, insuficiencia respiratoria, paro cardíaco y muerte. Las complicaciones a largo plazo no han sido bien estudiadas. Se ha informado de lesiones esofágicas que incluyen estenosis, y la endoscopia puede estar justificada si el paciente demuestra síntomas de disfagia o dolor abdominal persistente.(18)

Múltiples informes de casos han demostrado disfunción persistente de la deglución, que conduce a alimentación nasogástrica o alimentos espesados al momento del alta. (19) Estos pacientes requerirán un seguimiento a largo plazo con gastroenterología pediátrica y terapia del habla.

Hidrocarburos

Los hidrocarburos son compuestos orgánicos formados íntegramente por hidrógeno y carbono. Los hidrocarburos ambientales comunes incluyen aditivos de gasolina, aceite de motor, aceite de lámpara, solventes, ceras sintéticas y algunos productos de limpieza del hogar.

Los hidrocarburos se pueden subdividir en halifáticos (petróleo), aromáticos (tolueno, benceno y zileno) y halogenados. El tipo de sustancia ingerida puede sugerir el nivel de toxicidad presente. (10) Todos los hidrocarburos tienen la capacidad de causar toxicidad pulmonar severa.

La ingesta involuntaria puede provocar signos de aspiración aguda y/o neumonitis química. Los síntomas pueden incluir tos, taquipnea, hipoxia y disnea. Ciertos hidrocarburos (derivados de maderas, como el aceite de pino) se pueden absorber en el tracto intestinal y provocar edema pulmonar incluso sin una historia de aspiración.

Las exposiciones a vapores de hidrocarburos complejos se asocian con efectos neurológicos importantes, incluyendo depresión del sistema nervioso central, coma y convulsiones. Se han observado arritmias cardíacas después de la exposición al tetracloruro de carbono (lámparas de lava) así como otras toxicidades de hidrocarburos.

Se deben realizar radiografías de tórax en pacientes con dificultad respiratoria. Si se interpretan las imágenes como normales, deben repetirse las imágenes dentro de las 4 a 6 horas para evaluar una lesión pulmonar latente. (10)

El manejo de estos pacientes es principalmente de sostén. No están indicados el lavado gástrico ni el carbón activado. Los pacientes pueden requerir oxígeno suplementario, intubación y ventilación mecánica. Pueden usarse broncodilatadores para pacientes con sibilancias.

No se recomienda el uso de corticosteroides empíricos o de antibióticos profilácticos. (10) Se recomienda la admisión para monitoreo cardiorrespiratorio para aquellos con síntomas o imágenes anormales.

Prevención de la ingesta de cuerpos extraños y sustancias tóxicas

La educación de los padres es clave para garantizar la seguridad de los niños pequeños. Se debe advertir a los padres que mantengan todos los productos en sus envases originales etiquetados. Esta práctica evita que el niño confunda el artículo con algo menos peligroso y permite una fácil evaluación de los ingredientes si se ingieren. Todos los artículos potencialmente peligrosos deben almacenarse fuera del alcance de los niños.

Están en marcha innovaciones para envases más seguros. Sin embargo, no se ha demostrado que estas modificaciones de envasado reduzcan significativamente las exposiciones; por lo tanto, la educación de los padres sigue siendo el factor más importante disponible para garantizar la seguridad de un niño. (19)

Resumen

  • En base a pruebas sólidas de investigación, puede aseverarse que la ingesta de cuerpos extraños y materiales tóxicos es frecuente en pacientes pediátricos. Los profesionales deben estar familiarizados con las complicaciones, el manejo inicial y las indicaciones de endoscopia. (2)
     
  • En base a pruebas sólidas de investigación, en el manejo de estas ingestas, la prioridad es asegurar la vía aérea. Una vez asegurada, se deben seguir los algoritmos propuestos. (13)
     
  • En base a algunas investigaciones, así como consensos, al revisar las imágenes radiográficas, se debe hacer todo lo posible para identificar la ubicación del cuerpo extraño (vía aérea, esófago, estómago), el tipo de objeto ingerido (moneda, pila botón, imán) y la cantidad de elementos ingeridos antes de proceder con el manejo médico. (1)(6)
     
  • En base a pruebas sólidas de investigación, la ingesta de pila botón se considera una  emergencia médica, y debe ser retirada dentro de las 2 horas cuando se encuentra en el esófago. (3)
     
  • En base a pruebas sólidas de investigación, los objetos absorbentes no siempre son visibles en la radiografía; sin embargo, su eliminación oportuna es imperativa debido al riesgo de rápida expansión y obstrucción resultante y/o perforación. (2)
     
  • En base a pruebas sólidas de investigación, se recomienda la evaluación endoscópica urgente para aquellos con ingesta cáustica sintomática dentro de las 12 a 24 horas. Debe evitarse la endoscopia entre los 5 y 15 días de la ingesta de cáusticos debido a mayor riesgo de perforación. (10)
  • En base principalmente a consenso debido a la falta de estudios clínicos relevantes, la educación del público es la prevención más importante contra la ingesta de cuerpos extraños y materiales tóxicos. Todos los productos potencialmente peligrosos deben estar debidamente etiquetados y fuera del alcance de los niños. (19)
 
Comentario

La ingesta de cuerpos extraños y materiales tóxicos es una de las lesiones no intencionales más frecuentes, con potenciales consecuencias a corto y largo plazo, e incluso con compromiso de vida.

A menudo, el paciente pediátrico es incapaz de describir la naturaleza de la ingesta y/o el momento del evento, pudiendo dificultar el accionar tanto de cuidadores como del equipo médico.

Si bien cada sustancia u objeto ingerido  requiere un enfoque de tratamiento individualizado con el cual el profesional debe estar familiarizado, la herramienta principal para el manejo de este tipo de lesiones sigue siendo la prevención.

La educación de los padres con respecto al etiquetado, conservación y guardado de los diversos productos, entre otras cuestiones, sigue siendo el factor más importante disponible para garantizar la seguridad de los niños.


Resumen y comentario objetivo: Dra. María Eugenia Noguerol