Resumen La identificación de mediadores secretados que impulsan los beneficios cognitivos del ejercicio es muy prometedora para el tratamiento del deterioro cognitivo en el envejecimiento o la enfermedad de Alzheimer (EA). Aquí, mostramos que la irisina, la forma escindida y circulante de la proteína de membrana inducida por el ejercicio FNDC5, es suficiente para conferir los beneficios del ejercicio sobre la función cognitiva. Es importante destacar que la elevación de los niveles de irisina circulante por la administración periférica de irisina a través de la sobreexpresión viral adenoasociada en el hígado da como resultado un enriquecimiento de la irisina central y es suficiente para mejorar tanto el déficit cognitivo como la neuropatología en modelos de ratón con EA.
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El ejercicio regular mejora el control del peso, protege contra el desarrollo de diabetes tipo 2 y mejora la salud cardiovascular. ¿Pero cómo?
En 2012, los investigadores demostraron que el ejercicio conduce a la producción de una hormona, la irisina, que transforma las células grasas blancas (que almacenan grasa) en células grasas marrones (que queman grasa) y mejora la resistencia a la insulina (NEJM JW Gen Med 15 de marzo de 2012 y Nature 2012; 481: 463), lo que sugiere un mecanismo por el cual el ejercicio regular confiere beneficios metabólicos y cardiovasculares.
El ejercicio regular también mejora la cognición en humanos y ratones. ¿Podría la irisina ser también un mediador de la cognición mejorada?
En un nuevo estudio, los investigadores informan que, cuando se eliminó el gen que codifica la irisina en ratones, el ejercicio regular no mejoró la cognición y las neuronas formadas durante la edad adulta fueron anormales. Cuando se inyectó irisina en el hipocampo, mejoró el rendimiento cognitivo. Cuando se utilizó la terapia génica para restaurar la producción de irisina en el hígado del ratón, la hormona penetró la barrera hematoencefálica y mejoró el rendimiento cognitivo.
El aumento de los niveles de irisina también mejoró el rendimiento cognitivo en dos modelos de ratón establecidos de la enfermedad de Alzheimer (EA), aparentemente al reducir la neuroinflamación relacionada con la EA.
Este estudio confirma que la irisina, una hormona producida durante el ejercicio, mejora la cognición en ratones normales y en ratones con enfermedades similares a la EA. La misma molécula se produce durante el ejercicio en humanos. Este descubrimiento podría conducir a tratamientos que prevengan o traten el deterioro cognitivo en humanos.