Según un estudio realizado en Finlandia

La mayoría de niños supera sin secuelas un ahogamiento no fatal

La mayoría de los niños que sobreviven a un ahogamiento tienen una calidad de vida aceptable.

Fuente: Medlineplus

Por Genevra Pittman

 NUEVA YORK (Reuters Health) - La mayoría de las personas que sobreviven a un ahogamiento en la infancia no tendrá secuelas en la adultez, sugiere un estudio realizado en Finlandia.

 Una década después de esa experiencia cercana a la muerte, la mayoría de los niños estudiados tenía la misma calidad de vida que otros chicos sin esa vivencia.

 Aun así, es importante que los médicos controlen a esos niños los años posteriores al accidente, ya que los problemas de memoria y aprendizaje no aparecen hasta varios años después, comentó Pertti Suominen, del Hospital para Niños y Adolescentes de la Universidad de Helsinki.

 "En los pacientes que estuvieron sumergidos unos 10 minutos o más, la calidad de vida fue significativamente menor que en los pacientes que estuvieron sumergidos menos de 10 minutos", explicó Suominen.

 Los autores estudiaron a 64 niños internados en la unidad de terapia intensiva entre 1985 y el 2007, luego de casi ahogarse y recibir resucitación cardiopulmonar (RCP). Once niños murieron en el hospital y otros nueve a los seis meses por una lesión cerebral asociada con el accidente.

 De los 40 pacientes que seguían vivos, 29 respondieron cuestionarios sobre sus capacidades cognitivas y de comunicación, sus actividades, el nivel educativo alcanzado y si habían tenido depresión o problemas para dormir.

 La mayoría había sufrido el accidente, en el mar, un lago o la piscina, cuando era muy pequeño, alrededor de una década antes de responder el cuestionario.

 Los adolescentes y los adultos jóvenes tenían una calidad de vida algo peor que un grupo que no había tenido el accidente, pero en los menores de 11 años no hubo diferencia.

 Los menores de 8 años eran los que mejor calidad tenían de todos los que habían sufrido el accidente, pero Suominen lo atribuyó quizás a que sus padres habían respondido por ellos.

 Catorce adolescentes y jóvenes dijeron que habían finalizado la educación, aunque uno solo tenía título universitario, publicaron los autores en la revista Resuscitation.

 Los niños habían estado bajo el agua entre 30 segundos y 45 minutos. Aquellos que permanecieron aún más tiempo en el agua tuvieron una peor calidad de vida que el resto.

 El doctor Aaron Donoghue, emergentólogo del Hospital de Niños de Filadelfia, señaló que cuanto antes los niños reciban RCP después de este tipo de accidentes determina si sobrevivirán y, si lo logran, cómo les irá más adelante.

 Suominen dijo que los niños habían recibido RCP de otras personas que estaban en el lugar o de personal médico de emergencias. No sabía cuántos niños habían tenido un paro cardíaco.

 Donoghue, que no participó del estudio, opinó que los resultados reflejan los que los emergentólogos siempre ven en los niños que casi se ahogan: un buen pronóstico o un daño grave o la muerte. "O uno lo hace muy, muy bien o lo hace muy, muy mal. No hay mucho en el medio", dijo a Reuters Health.

 Suominen concluyó que la mayoría de los niños que sobreviven a un ahogamiento tienen una calidad de vida aceptable.

FUENTE: Resuscitation, online 1 de junio del 2011