Ciclo "Miradas expertas", con el Dr. Adrián Giannotti

La importancia de una adecuada nutrición en los primeros años de vida

El rol del pediatra en los primeros 1000 días de vida


Autor: Dr. Adrián Giannotti. 
Médico Especialista en Pediatra. Co Fundador y miembro de AAMEVI (Asociación Argentina de Medicina del estilo de vida) 

Importancia del rol del pediatra en los primeros 1000 días de vida en la prevención de Enfermedades No Transmisibles (ENT) 
El rol del pediatra en los primeros 1000 días de vida es fundamental, ya que esta etapa es crucial para el desarrollo físico, emocional y cognitivo de los niños. Los primeros 1000 días, que comprenden desde la concepción hasta los 2 años de edad, son decisivos para la salud a largo plazo. Durante este período, se establecen las bases del crecimiento, el desarrollo del cerebro, el sistema inmunológico, la salud metabólica y la prevención de enfermedades crónicas.  
Un ambiente desfavorable determinado por la malnutrición materna, el estrés, químicos u hormonas ambientales, hábitos y estilo de vida no saludables (consumo de alcohol, tabaco, drogas, sedentarismo, patrones de sueño) y otros determinantes sociales y ambientales afectan sensiblemente el desarrollo fetal en el período de mayor plasticidad. 
Después de un período de latencia de varios años, esta alteración en la programación puede manifestarse en fenotipos con una mayor susceptibilidad para desarrollar enfermedades metabólicas, trastornos inmunológicos o conductuales a lo largo del desarrollo y en la vida adulta, que se agrupan bajo la denominación de enfermedades no transmisibles (ENT). 
Las enfermedades no transmisibles (ENT) constituyen la primera causa de mortalidad, morbilidad y discapacidad en nuestro medio, causando además un importante impacto económico al consumir una elevada cantidad de recursos sanitarios y sociales. Algunos de los factores que predisponen a sufrir este tipo de enfermedades son la hipertensión arterial, el exceso de peso, una ingesta energética excesiva o malos hábitos alimentarios por exceso o deficiencia de determinados nutrientes. Dado que todos estos factores guardan una estrecha relación con la nutrición y la alimentación, su impacto puede verse modificado al intervenir sobre los hábitos alimentarios.  
Los avances en neurociencias, biología molecular, ciencias sociales, ciencias del desarrollo y epigenética han demostrado en forma contundente cómo el ambiente condiciona la biología en las etapas tempranas de la vida 
En efecto, no hay duda de que la nutrición es uno de los hábitos más relevantes para poder vivir una vida saludable, relevancia que cobra especial interés en los primeros 1.000 días de vida. 

Nutrición temprana y como intervenir desde el consultorio  
La nutrición durante las etapas tempranas de la vida puede influir en el desarrollo y en la aparición de enfermedades en la edad adulta, lo cual tiene importantes implicaciones clínicas y de salud pública. 
En la naturaleza existen numerosos ejemplos que muestran la influencia de los factores ambientales, incluida la alimentación, en la programación precoz de los individuos. La nutrición durante las etapas tempranas es capaz de modular el crecimiento y el desarrollo funcional del organismo y puede ejercer efectos de programación metabólica precoz que perduren a lo largo de la vida. 
La nutrición temprana, uno de los determinantes más importantes del desarrollo y de la función de órganos y sistemas, es un factor importante para la prevención de las ENT y la mejora de la salud futura. 
El pediatra juega un rol clave en educar y orientar a los padres sobre cómo asegurar una nutrición adecuada para el bebé y el niño pequeño, además de monitorear su crecimiento y desarrollo. Aquí se detallan algunas intervenciones clave que el pediatra puede realizar: 

•Promoción de la lactancia materna 
•Introducción adecuada de alimentos sólidos 
•Prevención y manejo de deficiencias nutricionales 
•Educación sobre hábitos alimentarios saludables 
•Consejos para prevenir la obesidad infantil 
•Acompañamiento de enfermedades asociadas con la nutrición 
•Integración con otros profesionales de salud 

El pediatra tiene un papel esencial en la promoción de la nutrición temprana, ayudando a los padres a tomar decisiones informadas y a intervenir de manera temprana cuando es necesario. Al proporcionar educación, apoyo y seguimiento, los pediatras pueden garantizar que los bebés y niños pequeños tengan una nutrición adecuada que favorezca su crecimiento y desarrollo, promoviendo una salud a largo plazo. 

Papel de la lactancia como fuente de alimento en los primeros meses de vida y su vinculación con una microbiota saludable 
La lactancia materna es fundamental durante los primeros meses de vida, tanto como fuente de alimento como por su impacto en el desarrollo de una microbiota intestinal saludable. Este acto no solo proporciona los nutrientes esenciales para el crecimiento y desarrollo del bebé, sino que también tiene efectos duraderos en la salud a lo largo de toda la vida.  
El microbiota intestinal se refiere al conjunto de bacterias y otros microorganismos que habitan en el tracto digestivo. Un equilibrio adecuado de la microbiota es crucial para la digestión, la función inmunológica, la salud metabólica y el desarrollo cognitivo. La leche materna tiene un papel esencial en el establecimiento de una microbiota intestinal saludable debido a varios factores: 

•Inmunoglobulinas como la IgA 
•Carbohidratos complejos que actúan como prebióticos. 
•Lactosa  
•Ácidos grasos esenciales, como DHA y ARA, y lípidos antimicrobianos. 
•Células inmunes y bacterias vivas probióticas 
•Lactoferrina 
•Vitaminas y minerales 

Leche Humana y su rol en la modulación de la respuesta inmune 
La microbiota intestinal del recién nacido no está completamente desarrollada al nacer y es influenciada por varios factores, como el tipo de parto (vaginal o cesárea), la exposición a antibióticos, el entorno y, por supuesto, la lactancia materna. Los bebés alimentados exclusivamente con leche materna tienen una microbiota intestinal más diversa y equilibrada, con una mayor prevalencia de bacterias beneficiosas. 
La lactancia materna es mucho más que una simple fuente de alimento; es un pilar fundamental en el desarrollo saludable del bebé, tanto desde el punto de vista nutricional como microbiológico. Al proporcionar nutrientes esenciales y prebióticos, la leche materna favorece la creación de una microbiota intestinal saludable, que a su vez fortalece el sistema inmunológico y contribuye a la prevención de enfermedades. Este período crucial de la vida, con la lactancia como eje central, establece las bases para una salud óptima y duradera. 

Leche Humana fuente de Neuronutrientes e inmunonutrientes 
La lactancia materna es una fuente clave tanto de Neuronutrientes como de inmunonutrientes, que son esenciales para el desarrollo del cerebro y el sistema inmunológico del bebé. Estos nutrientes contribuyen a un crecimiento y desarrollo saludable en los primeros meses de vida, cuando el cerebro y el sistema inmunológico del bebé están en pleno proceso de maduración. 
Los Neuronutrientes son aquellos nutrientes esenciales que son particularmente importantes para el desarrollo cerebral y neuronal. La leche materna contiene varios de estos nutrientes que apoyan el desarrollo cognitivo y la maduración del cerebro del bebé. 

a. Ácidos grasos esenciales (DHA y ARA): Los ácidos grasos omega-3, especialmente el DHA (ácido docosahexaenoico), y el ARA (ácido araquidónico), son fundamentales para el desarrollo cerebral y visual del bebé.  
b. Colina: nutriente esencial para la formación de neurotransmisores y es crucial para el desarrollo del cerebro y la memoria. 
c. Hierro: esencial para el desarrollo cerebral, ya que es necesario para la formación de hemoglobina y el transporte de oxígeno a las células cerebrales.  
d. Vitamina B12 y ácido fólico: son vitales para la formación de nuevas células cerebrales y la síntesis de neurotransmisores. 
e. Zinc: es otro nutriente clave que está presente en la leche materna y que juega un papel crucial en la formación de nuevas células cerebrales, la función sináptica y el desarrollo del sistema nervioso. También es importante para la plasticidad cerebral, que es la capacidad del cerebro de adaptarse y reorganizarse. 

Los inmunonutrientes son aquellos que contribuyen al desarrollo y fortalecimiento del sistema inmunológico del bebé. La leche materna está llena de estos nutrientes, que ayudan al bebé a defenderse de infecciones, enfermedades y a desarrollar una respuesta inmune adecuada. 

a. Inmunoglobulinas (IgA, IgG, IgM) 
b. Lactoferrina 
c. Lisozima 
d. Oligosacáridos: en la leche materna son carbohidratos complejos que no pueden ser digeridos por el bebé, pero que sirven como alimento para las bacterias beneficiosas en su intestino. Estos prebióticos ayudan a promover el crecimiento de bacterias beneficiosas como Bifidobacterium, que refuerzan el microbiota intestinal y contribuyen al desarrollo de un sistema inmunológico fuerte y equilibrado. 
e. Citoquinas: son proteínas que regulan la respuesta inmunitaria. Ayudan a modular la respuesta inmune del bebé, protegiéndolo de infecciones y ayudando a prevenir enfermedades autoinmunes. 

La lactancia materna es, efectivamente, una fuente clave de Neuronutrientes e inmunonutrientes, que son esenciales para el desarrollo cerebral y del sistema inmunológico del bebé. Estos nutrientes desempeñan un papel crucial en el desarrollo temprano del bebé y proporcionan una protección inmunológica vital en un momento en que su sistema inmunológico aún se está desarrollando. La lactancia no solo proporciona alimento, sino que también actúa como una herramienta integral para un crecimiento y salud óptimos en los primeros meses de vida. 

En situaciones muy puntuales es posible reemplazar la leche materna por formulas infantiles. Un concepto relevante para el Pediatra:  
Sabemos que la leche humana es el mejor alimento que podemos ofrecer al bebe en los primeros años de vida, sin duda y algo que no podemos negar es que se nos presentan situaciones en nuestros consultorios a diario en donde por diferentes motivos la LM no es posible.  Para ello sabemos que existen fórmulas infantiles enriquecidas con diversos compuestos bioactivos presentes en la leche materna, principalmente DHA y ARA, componentes de la membrana del glóbulo graso de la leche, gangliósidos, nucleótidos, Oligosacáridos de la leche humana (HMOs), así como la presencia de Neuro e inmunonutrientes, ya descriptos. También sabemos hoy día, que la leche de vaca no debe ser una opción antes del año de vida. Su composición está adaptada para el ternero y no el ser humano, pudiendo aumentar el riesgo a futuro de obesidad, riesgo cardiovascular aumentado, diabetes mellitus tipo 2 o esclerosis renal en edades más avanzadas. 
La composición de las fórmulas infantiles hace especial énfasis en ajustar su aporte de energía, grasas y proteínas, para brindar una mejor nutrición y aunque muy alejado, algo más cercano a la leche humana. 
Es nuestra misión como pediatras acompañar, asesorar y sostener una crecimiento saludable en todos sus aspectos, y queda claro que uno de los mayores pilares científicamente demostrados en estas ultimas décadas, es que la alimentación es uno de ellos, pero como una planta que crece en un bosque, no alcanza solo con plantarla, requiere de un ecosistema que la cuide, que reciba sol, agua, humedad, por ello y valga la comparación el entorno (ecosistema) además de las características inherentes a la planta (genética ) son fundamentales y deben coexistir de manera equilibrada.  

Bibliografía: 

  1. Koletzko B, Bhutta ZA, Cai W, Cruchet S, El Guindi M, Fuchs GJ, et al. Compositional requirements of follow-up formula for use in infancy: recommendations of an international expert group coordinated by the Early Nutrition Academy. Ann Nutr Metab. 2013; 62 (Suppl 1): 44-54 
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  6. Subcomisión DOHaD de la Sociedad Argentina de Pediatría. Declaración de la Sociedad Argentina de Pediatría sobre la prevención de enfermedades no transmisibles: la necesidad de fortalecer conocimientos y reforzar estrategias. Arch Argent Pediatr 2023;121(5):e202310070.