Introducción |
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un trastorno del desarrollo neurológico caracterizado por síntomas de falta de atención, hiperactividad e impulsividad que afectan negativamente las actividades sociales, escolares y laborales. Su prevalencia se encuentra entre el 3% y el 7%, con una relación hombre-mujer que varía entre 1:1 y 3:1.
Los trastornos psiquiátricos comórbidos acompañan al 40-80% de los niños con TDAH. Mientras que los trastornos neuropsiquiátricos son más comunes en los niños, los trastornos internalizantes son más comunes en las niñas. Las condiciones psiquiátricas comórbidas más comunes son: trastorno negativista desafiante (TND), trastorno de conducta (TC), trastorno del espectro autista (TEA), depresión, trastorno de ansiedad (TA), trastorno bipolar (TB), trastorno de tics (TT) y trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).
La incidencia del TA es del 6,5% en niños y adolescentes, y la coexistencia de TA y TDAH varía entre el 10-40%. La prevalencia del TA en casos con TDAH aumenta después de la pubertad, especialmente en las niñas.
El TDAH aumenta el riesgo de bajo rendimiento académico y de funcionamiento social, emocional y adaptativo deficiente, lo que puede participar en el inicio de los síntomas de ansiedad. Los individuos con TDAH y TA pueden presentar una aparición más grave y temprana de los síntomas de ansiedad y otros trastornos psiquiátricos acompañantes.
La comorbilidad de ambos trastornos puede cambiar la presentación clínica, el pronóstico y el tratamiento del TDAH. Elegir la terapéutica más adecuada puede ser difícil, ya que el tratamiento de un trastorno puede complicar o alterar el tratamiento del otro. En estos casos, se obtiene una mejor respuesta cuando se utilizan conjuntamente tratamientos farmacológicos y terapéuticos.
Los síntomas somáticos son comunes en niños y adolescentes; se demostró que entre el 20% y el 30% de las adolescentes tenían fatiga matutina, dolor gástrico, cefalea y dolor de espalda más de una vez a la semana. Los pacientes con TDAH también tienen quejas somáticas que pueden ser ignoradas por los profesionales.
En el presente estudio se planteó como objetivo examinar la frecuencia y distribución de los síntomas somáticos y de ansiedad y el efecto del tratamiento con metilfenidato sobre los mismos en niños y adolescentes con TDAH.
Métodos |
Participaron 111 niños y adolescentes de entre 6 y 15 años, incluidos 37 con TDAH recién diagnosticado y sin tratamiento previo, 37 con diagnóstico de TDAH en tratamiento solo con metilfenidato por al menos seis meses, y 37 sin diagnóstico de TDAH como control. Un psiquiatra le realizó una entrevista basada en el DSM-5 a todos los participantes.
Los padres llenaron la Escala de detección y valoración de trastornos de conducta en niños y adolescentes basada en el DSM-IV para ayudar al diagnóstico de TDAH, así como un formulario de datos sociodemográficos. También completaron el formulario para padres de ansiedad infantil y trastornos relacionados (SCARED) y el formulario para padres de la escala de síntomas somáticos de nivel 2 del DSM-V. Un médico también evaluó los síntomas somáticos en todos los participantes. Se excluyeron los pacientes con CI inferior a 80, enfermedades neurológicas, genéticas y médicas crónicas, retraso mental, trastorno bipolar y psicosis.
Resultados |
La edad media fue de 9,1±1,7 en el grupo de recién diagnosticados con TDAH sin tratamiento, de 9,3± 2,1 en el grupo de tratamiento para TDAH y de 8,8±1,9 en el grupo sin TDAH. Los grupos fueron similares en edad y género. El nivel educativo materno fue menor en el grupo de recién diagnosticados sin tratamiento, sin diferencias entre los grupos para el nivel educativo paterno. La distribución de los niveles de ingresos de las familias fue similar en todos los grupos.
Las puntuaciones de déficit de atención, hiperactividad-impulsividad, TND y TC de la Escala de detección y valoración de trastornos de conducta en niños y adolescentes fueron significativamente más altas en el grupo de diagnóstico reciente sin tratamiento y en el grupo de tratamiento para TDAH en comparación con el grupo sin TDAH. La puntuación total fue significativamente más alta para el grupo de diagnóstico reciente vs. el grupo de tratamiento.
La puntuación total de SCARED fue significativamente más alta en el grupo de reciente diagnóstico en comparación con el grupo de tratamiento para TDAH y el grupo sin TDAH. Cuando se compararon las puntuaciones de las subescalas, las puntuaciones de síntomas de pánico/somáticos, ansiedad generalizada y fobia escolar fueron más altas en el grupo de TDAH de reciente diagnóstico en comparación con el grupo de tratamiento para TDAH.
No hubo diferencias significativas en las puntuaciones de las subescalas de pánico/síntomas somáticos, ansiedad por separación, ansiedad generalizada y fobia escolar entre el grupo de tratamiento para TDAH y el grupo sin TDAH. La puntuación total de SCARED fue significativamente más alta en los niños que en las niñas en el grupo de TDAH de reciente diagnóstico, sin diferencias significativas en los grupos de tratamiento para TDAH y sin TDAH.
La puntuación total de la Escala de síntomas somáticos de nivel 2 fue de 3,09 ± 2,90 en el grupo de pacientes con diagnóstico reciente, de 2,06 ± 2,89 en el grupo con tratamiento para TDAH y de 1,37 ± 1,91 en el grupo sin TDAH. La puntuación total fue significativamente mayor en el grupo de pacientes con TDAH de reciente diagnóstico, sin diferencias significativas entre el grupo de tratamiento y el grupo sin TDAH. No se encontró ninguna diferencia significativa entre niñas y niños en la puntuación total de la escala en todos los grupos.
Se demostró una correlación significativa entre las puntuaciones totales de la escala de síntomas somáticos y la puntuación total de la escala de detección y calificación de trastornos de conducta en niños y adolescentes. También se halló una correlación significativa entre las puntuaciones totales de la escala de síntomas somáticos y la puntuación total de SCARED.
Discusión |
Se observó que los niños y adolescentes con TDAH tenían más ansiedad y síntomas somáticos en comparación con aquellos sin TDAH, lo cual es compatible con la literatura. Tanto la ansiedad como los síntomas somáticos fueron significativamente mayores en el grupo con TDAH recién diagnosticado en comparación con aquellos con TDAH en tratamiento con metilfenidato. Se observó además que la ansiedad y los síntomas somáticos aumentaron a medida que aumentaba la gravedad de los síntomas del TDAH. Las quejas somáticas fueron más comunes en los niños.
La puntuación total de SCARED fue significativamente mayor en el grupo de TDAH recién diagnosticado que en los otros dos grupos. Los síntomas de ansiedad generalizada, trastorno de pánico, fobia social, ansiedad por separación y fobia escolar demostraron ser mayores en el grupo con TDAH recién diagnosticado en comparación con el grupo sin TDAH.
Los síntomas de trastorno de pánico, ansiedad generalizada y fobia social se observaron más en el grupo de TDAH recién diagnosticado que en el grupo con TDAH bajo tratamiento. El grupo con TDAH bajo tratamiento tuvo más síntomas de fobia social que el grupo sin TDAH. Se suelen observar síntomas de ansiedad más graves, inicio más temprano y otros trastornos comórbidos y uso de sustancias más frecuentes en individuos con TDAH comórbido acompañado de trastorno de ansiedad en comparación con los individuos solo diagnosticados con TDAH.
En el presente estudio se demostró que los síntomas de ansiedad aumentaron a medida que aumentaba la gravedad de los síntomas del TDAH. Taurines y col. demostraron que la coexistencia de TDAH y trastornos de ansiedad se asocia con más problemas de atención, fobia escolar, trastorno del estado de ánimo y menor capacidad social en comparación con la ansiedad sola o el TDAH solo.
La mayoría de los casos de TDAH y los trastornos comórbidos tienen una etiología heterogénea que incluye factores de riesgo genéticos y ambientales. Se debe investigar si la presencia del trastorno de ansiedad es consecuencia de los síntomas del TDAH. Tener TDAH se asocia con bajo rendimiento académico y mayor riesgo de funcionalidad social y emocional deficiente, lo que contribuye a la aparición de síntomas de ansiedad.
En preadolescentes con síntomas de TDAH de tipo combinado y síntomas de ansiedad y depresión que viven bajo estrés crónico, se puede observar la persistencia del TDAH y la exacerbación de los trastornos de ansiedad y depresión en el futuro. Se observaron más síntomas de ansiedad social, separación/pánico y físicos en adolescentes con TDAH, siendo más significativos en los adolescentes más jóvenes que en los adolescentes mayores.
En el estudio actual, se observó que las quejas somáticas eran significativamente mayores en los niños y adolescentes con TDAH recién diagnosticados, y menores en el grupo con TDAH bajo tratamiento. Ahmann y col. demostraron que la irritabilidad, la mirada fija, la ensoñación, y la ansiedad se redujeron con el tratamiento con metilfenidato de acción corta, pero la alteración del apetito, el dolor gástrico, el insomnio, las cefaleas y los mareos aumentaron.
Barkley y col. demostraron que la disminución del apetito, el insomnio, las cefaleas y los dolores de estómago aumentaron significativamente en los niños y adolescentes con TDAH bajo tratamiento con metilfenidato vs. placebo según las calificaciones de los padres. Shih y col. hallaron que el metilfenidato y la atomoxetina fueron eficaces para mejorar los problemas emocionales y de comportamiento en adolescentes con TDAH después de 24 semanas de tratamiento, con mejoría más sustancial de los síntomas somáticos en el grupo de metilfenidato.
Kim y col. descubrieron que el metilfenidato aumentaba la conectividad funcional cerebral dentro de la red neuronal por defecto anterior y posterior, con mejoría de los síntomas somáticos. Los resultados del presente estudio indican que los médicos deben considerar la evaluación de los síntomas somáticos antes de iniciar el tratamiento para el TDAH y también durante el proceso terapéutico, ya que las quejas somáticas se observan más en el grupo de TDAH de reciente diagnóstico sin tratamiento farmacológico previo. La presencia de trastorno de ansiedad es un factor que determina la respuesta al tratamiento del TDAH. También se considera un efecto secundario del tratamiento con metilfenidato.
Conclusiones |
El pequeño muestreo de este estudio afectó la generalidad de los resultados. Los datos se obtuvieron solo de los padres, siendo la segunda limitación. Las comparaciones entre grupos fue la fortaleza del estudio.
En conclusión, se demostró que los niños y adolescentes con TDAH tenían más ansiedad y síntomas somáticos que los niños y adolescentes sin TDAH, y que aquellos con TDAH recién diagnosticado y sin tratamiento tuvieron más ansiedad y síntomas somáticos. Menos ansiedad y síntomas somáticos en niños con TDAH que reciben tratamiento con metilfenidato pueden mostrar el efecto protector del tratamiento contra condiciones comórbidas. Aunque pueden observarse efectos secundarios somáticos con el tratamiento psicoestimulante, se debe tener en cuenta que estos síntomas también pueden estar presentes antes del inicio del tratamiento.
En base a estos hallazgos, los médicos deben evaluar y considerar la ansiedad y los síntomas somáticos en niños y adolescentes con TDAH al planificar y monitorear el tratamiento con metilfenidato. Se necesitan estudios futuros con muestras más grandes para investigar la ansiedad y los síntomas somáticos en niños y adolescentes con TDAH y el efecto del tratamiento con metilfenidato en estos síntomas debido a las limitaciones mencionadas de este estudio.
Traducción y resumen objetivo: Dra. María Eugenia Noguerol