Entrevista al Dr. Santiago Kweitel

“El deporte en los niños es clave para combatir la pandemia de sedentarismo, obesidad y abuso de la tecnología”

En diálogo con IntraMed, el médico especialista en Deportología pediátrica destacó, entre otros conceptos, los mandamientos de la actividad física infantojuvenil y los objetivos del examen físico precompetitivo.

Autor/a: Esteban Crosio

Fuente: IntraMed

En las últimas décadas ha aumentado en forma considerable el volumen y la intensidad del entrenamiento, como así también las exigencias competitivas en el deporte infantojuvenil. Esto ha alarmado a muchas sociedades científicas vinculadas a la salud y el deporte, ya que se han incrementado sensiblemente las patologías asociadas al mismo. Por otra parte, año a año aumentan la prevalencia del sedentarismo, el sobrepeso y la obesidad, a pesar de las recomendaciones de actividad física de las entidades más prestigiosas del mundo.

El Dr. Santiago Kweitel combina su actividad profesional asistencial con su vocación docente estando a cargo de la Diplomatura en Medicina Deportiva Pediátrica de la  Universidad Favaloro. La finalidad es formar profesionales de las Ciencias del Deporte, especializados en deportistas en crecimiento, para mejorar las intervenciones tanto a nivel recreativo, como de competencia. Teniendo como premisas promover y preservar la salud, y asegurar un normal crecimiento y desarrollo, disminuyendo el riesgo de lesiones por sobreuso y el burnout deportivo.

¿Por qué confluyeron en tu historia profesional la Pediatría y la Medicina del Deporte?

Por supuesto la vida profesional de todos está influenciada por la personal. Desde muy chico hice deportes de competencia como fútbol, vóley y judo. Y también varios de nivel recreativo. Siempre me gustó ir al gimnasio y entrenar la fuerza. Durante mi mis años de Facultad conocí la Deportología pero no había una residencia en la especialidad, entonces decidí ingresar a un sistema convencional de formación en Pediatría. Mientras estaba en una rotación en España me ofrecieron una beca en Nefrología y en el mismo momento reapareció la Deportología, por lo que hice el posgrado de la UBA con el Dr. Néstor Lentini.

 

El posgrado me apasionó y me abrió la puerta a un montón de cosas que yo no sabía y que quería aprender. Me formé en nutrición deportiva y en antropometría con Francis Holway. Hice muchos cursos de entrenamiento y empecé a trabajar en deporte. Durante esos años en distintas disciplinas me di cuenta que me gustaba mucho más focalizarme en niños y adolescentes que en adultos.

 

¿Cuáles son los motivos de consulta más frecuentes en la Deportología Pediátrica?

 

Los motivos más frecuentes de consulta son variables. Vienen chicos que no hacen ningún tipo de deporte y quieren iniciar alguna actividad, quieren mejorar su calidad de vida o los padres son los que quieren que mejoren su calidad en hábitos de alimentación y descanso. También están los que hacen deporte de alta competencia que necesitan potenciar su rendimiento deportivo y nosotros queremos lograr el objetivo de ellos, siempre en un marco de salud. Entonces las consultas están dirigidas a esto: cómo comer, cómo hidratarse, la aplicación de los conocimientos de mejorar las posibilidades estructurales y funcionales relacionando lo cognitivo y lo emocional para realizar deporte en forma segura y placentera. 

 

Y por otro lado también están las lesiones deportivas. Las más frecuentes, por mayoría, son las lesiones por sobreuso, que están vinculadas con diferentes estadios del crecimiento como las apofisitis por tracción en edades más tempranas y después ya en la adolescencia tardía, lesiones que son más parecidas a las de los adultos.

 

¿Se pierde el placer por el deporte en el alto rendimiento? ¿A qué niveles emocionales llegan las exigencias?

 

Nosotros en el deporte infanto juvenil tenemos tres preceptos, que yo llamo los tres mandamientos del deporte infanto juvenil: asegurar el normal crecimiento, maduración y desarrollo, minimizar las lesiones por sobreuso y evitar el burnout o síndrome del quemado. Buscamos todo el tiempo que los chicos disfruten lo que están haciendo. Eso pasa tanto a nivel del médico, psicólogo, entrenador y del preparador físico A veces son muchas horas y hay cuestiones que llevan a la fatiga, no solo corporal sino también mental. Y eso puede hacer que uno empiece a disfrutar menos y ahí hay que estar muy atentos porque nosotros lo último que deseamos es que un chico se pelee con el deporte que practica. Tenemos una filosofía que es el disfrute durante la práctica deportiva.

 

¿Cuál es la importancia del examen precompetitivo en la edad pediátrica y qué métodos de estudio debería incluir?

 

La evaluación precompetitiva pediátrica tiene dos grandes objetivos: por un lado preservar la salud y por otro lado potenciar el rendimiento. Buscamos llevar cualquier condición personal que pueda acarrear un riesgo para la salud de los chicos y no solamente cuando hablamos de riesgos la muerte súbita, sino cualquier caracteristica morfofuncional que pueda comprometer la salud. Y después por otro lado vemos qué podemos hacer desde el rendimiento deportivo con evaluaciones ortopédicas, funcionales, antropométricas.

 

Dentro de la certificación hay que hacer una buena anamnesis, tanto familiar como personal, examen físico completo y determinar los exámenes complementarios de los chicos.  Hay consenso de que con un electrocardiograma en la escuela  primaria y otro en la secundaria es suficiente para descartar la mayoría de las patologías que pueden poner en riesgo la salud cardiovascular.

 

Si uno tiene la posibilidad de hacer más estudios de considerarse necesario, lo puede hacer. El ecocardiograma es una buena herramienta y en chicos más grandes estudios de esfuerzo como una ergometría. Ni el ecocardiograma ni la ergometría son estudios esenciales para certificar la salud del deportista.

 

En deportistas de competencia hacemos estudios de analítica sanguínea para ver en qué lo podemos ayudar. Muchas veces nos encontramos con valores hematológicos bajos y eso  pueden comprometer el consumo máximo de oxígeno. Como por ejemplo el déficit de hemoglobina o de ferritina, también dosamos algunos micronutrientes, como puede ser la vitamina D o la B12, magnesio, calcio. Además evaluamos algunas enzimas relacionadas con la salud muscular como la CPK. Entonces esto nos permite tener un abordaje integral del deportista y de esta forma determinar en qué podemos intervenir para potenciar el rendimiento.

 

Desde ya no se hacen estudios en pediatría como en los adultos. Pero en los deportistas de elite muchas veces nos sirve tener un valor basal de todo en un momento en el que no está entrenando y después ante circunstancias específicas que puedan ir apareciendo durante el año deportivo tenemos ese registro y lo comparamos con el actual de acuerdo a nuestras sospechas diagnósticas.

 

¿Se sigue estigmatizando el entrenamiento de la fuerza? Sabemos que en el adulto tiene números beneficios cardiovasculares o previene la sarcopenia.

 

Discutir el entrenamiento de la fuerza es una antigüedad. Esto viene de un estudio japonés en donde comparaban niños que trabajaban en el puerto, que cargaban bolsas, tenían trabajo esclavo y vieron que no alcanzaban su talla objetivo genético. A partir de ahí se extrapoló que el entrenamiento de la fuerza puede comprometer el normal crecimiento. Seguramente estos chicos sin cargar las bolsas en el puerto también hubiesen tenido ese compromiso de su TOG (talla objetivo genética). 

 

Después años más tardes se decía que no se podía hacer en niños porque no daba resultado, porque como no había hormonas sexuales no se podía lograr mejorías y con el tiempo vimos que también eso era un concepto erróneo. Porque el entrenamiento de la fuerza tiene dos componentes: el componente neural y el componente muscular, y desde edades tempranas se puede entrenar la fuerza desde el componente neural y obtener mejorías.

 

El entrenamiento de la fuerza no solo es útil y beneficioso para la performance deportiva sino que también para la salud general porque mejora la calidad de los músculos y los huesos, mejora la composición corporal porque mejora la insulino resistencia y la diabetes tipo dos porque mejora la autoestima, porque empodera a los chicos que por tal vez no tienen las posibilidades de destacarse en algún deporte a través del entrenamiento de la fuerza vincularse con la actividad física y la salud, con lo cual es algo que recomendamos y utilizamos para tratar de combatir esta pandemia de sedentarismo, obesidad, malas conductas alimentarias y abuso de la tecnología.

 

¿En qué situaciones se debe considerar la suplementación ergogénica?

 

Una ayuda ergogénica es cualquier acción o recurso que puede utilizar el médico, el nutricionista, el preparador físico, el psicólogo o el entrenador para mejorar la performance, ¿no? Con lo cual ayudas ergogénicas usamos siempre. Desde enseñarles a comer, a hidratarse, a descansar, la preparación mental. Entonces siempre se están buscando ayudas ergogénicas. Ahora otra tema es el de los suplementos en el deporte infantojuvenil,  que por el consenso del Comité Olímpico Internacional no deberían usarse en menores de 18 años para mejorar el rendimiento.

 

Nosotros tenemos que pensar que tenemos que formar una pirámide. Inicialmente en la base de la pirámide tenemos la cantidad de calorías que el chico o la chica necesita. Después la distribución de los macronutrientes. Después los micronutrientes. Más arriba el timming de los las intervenciones nutricionales. Y arriba de todo el uso de suplementos deportivos. Los usamos a partir de los 16, 18 años. En general a los chicos que están muy ansiosos por consumir algún tipo de suplemento les decimos que este elemento es como el adorno que se pone en la punta del arbolito de navidad ¿Bien? Si no hay árbol de navidad, ese adorno no se puede poner en ningún lado. 

 

Lo importante es desde el lugar nuestro de formadores es que haya una muy sólida pirámide, “un muy lindo arbolito” y después ya en el deporte de adultos o de alta competencia se podrán empezar a utilizar más ayudas ergogénicas en cuanto a suplementos deportivos como creatina, proteína, etcétera. Es muy importante la transmisión de hábitos saludables.

 

En algunos casos se entrenan con volúmenes de entrenamiento muy grandes. Y por ahí entrenan a veces en doble o incluso en triple turno y hay veces que por una cuestión de practicidad utilizamos algunos suplementos para tratar de completar el déficit que tienen por estar en viaje de un lugar a otro o porque no tiene lugar de hacer una merienda adecuada. Bueno, entonces ahí en esos casos pasa a ser una herramienta porque tenemos que suplir una imposibilidad.


Dr. Santiago Kweitel. Médico pediatra y deportólogo. Director de la Diplomatura en Medicina Deportiva Pediátrica de la Universidad Favaloro.