(Foto: José Aymá) / NURIA BAENA
Recientemente, la Administración Federal de Aviación (FAA, según sus siglas en inglés), la máxima autoridad aérea en EEUU, sorprendía a los pilotos del país norteamericano con la noticia de que podrán volar aunque se estén medicando con antidepresivos, anulando así una prohibición que ha estado vigente durante años y que también vetaba a los tripulantes que sufrían depresión.
Según fuentes de la FAA, con esta decisión, que sólo afectará a los tripulantes que padezcan las formas más moderadas de la enfermedad, se pretende conseguir un tratamiento más abierto de este trastorno, reduciendo el estigma de la enfermedad en el colectivo y la ocultación del diagnóstico, lo que redundará en una mayor seguridad a bordo de los aviones.
Esta medida no se ha tomado a la ligera, ya que llega tras una década de reflexión, estudios y debates y después de que las autoridades aéreas considerasen que la anterior prohibición estaba basada en los efectos secundarios (como somnolencia) que podían producir los antiguos antidepresivos y que los actuales medicamentos ya no implican estos riesgos para todos los usuarios.
No obstante, los pilotos que se mediquen con estos fármacos no volarán hasta que puedan demostrar que llevan un año de tratamiento bajo supervisión médica y a partir de ahora la FAA expedirá certificados médicos especiales caso por caso para los pilotos que estén tomando sustancias como fluoxetina (comercializada como Prozac), sertralina (Zoloft), o citalopram (comercializado como Celexa en EEUU y Calton en España).
La nueva norma ha concedido una moratoria de seis meses a los pilotos que ya estuvieran medicándose para notificar su situación sin temor a sanciones. De esta forma, la FAA reconoce que la anterior prohibición aumentaba el riesgo de que muchos pilotos se automedicasen o no acudiesen a un especialista ante el temor de ser apartados de sus funciones y considera que su revocación permitirá que estos profesionales puedan recibir un tratamiento adecuado en caso de necesidad y ser sometidos a un seguimiento médico que les permitirá ejercer su trabajo de forma más segura.
La situación actual en España y en la UE
Por el momento está situación aun no se ha dado en España ni en el resto de países pertenecientes a la Joint Aviation Authorities (JAA), que ha sido durante años el máximo organismo regulador aéreo de la Unión Europea y de otros muchos países, aunque actualmente la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA en sus siglas en inglés) está asumiendo paulatinamente sus funciones. Tanto la JAA como la EASA buscan una armonización de requisitos y procedimientos con otras autoridades aéreas y en especial con la FAA.
Por ahora, los miembros de la JAA y entre ellos los países de la UE están regidos en materia médica por una norma muy estricta, la JAR-FCL parte 3, que entre sus requisitos exige que los pilotos no tengan historial alguno o diagnóstico médico de cualquier enfermedad o incapacidad psiquiátrica, incluyendo los trastornos del estado de ánimo. Además, los pilotos no pueden tomar ningún medicamento (prescrito o no) que pueda influir en la seguridad con la que desempeñan su labor y en el caso de tomar un fármaco de forma regular están obligados a consultar con la sección de medicina aeronáutica, los centros médico-aeronáuticos o con un médico examinador autorizado.
Para asegurar el cumplimiento de esta normativa los pilotos deben someterse a una rigurosa revisión médica antes de recibir su licencia de piloto, que se renueva en el caso de quienes ejercen como profesionales cada 60 meses hasta los 40 años, anualmente a partir de esta edad y semestralmente desde los 60, y que en el caso de arrojar resultados poco favorables puede provocar que el piloto pierda la licencia.
Como explica Carmen Reguant, médico examinador autorizado por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) del Hospital Quirón Barcelona, la revisión inicial es la más importante, ya que es la que va a determinar el futuro profesional del aspirante y consiste en comprobar que no existe ninguna dolencia que pueda incapacitarlo en vuelo.
"También se hace un poco de prevención, ya que si vemos que pueda aparecer algún problema en un futuro hay que establecer las recomendaciones y los consejos necesarios", explica Reguant. Entre las muchas pruebas médicas que forman parte de este examen destacan las pruebas psicológicas para valorar las aptitudes y el perfil de los tripulantes y la exploración psiquiátrica, así como una analítica muy completa de sangre y de orina con drogas, que se va a ir repitiendo en todas las revisiones médicas. Además, como expone esta especialista actualmente "en España no se pueden tomar antidepresivos y según la normativa JAR cualquier historial de trastorno psiquiátrico o de depresión descalifica".
Un cambio que puede llegar en breve a Europa
Un factor a tener en cuenta de cara al futuro es que la asunción de poderes por parte de EASA está introduciendo un nuevo marco legal en la UE por el cual las leyes JAR se están transponiendo progresivamente a Directivas Europeas. Así, la ley JAR-FCL 3, que en el ámbito comunitario pasará a llamarse Parte MED, introducirá modificaciones a los requisitos vigentes.
La EASA acaba de publicar estas propuestas que podrían incorporarse a la nueva normativa y que incluyen, por ejemplo, cambios importantes respecto a los trastornos de ánimo de los pilotos y su tratamiento. Si bien el diagnóstico de un trastorno del estado de ánimo así como la toma de medicación para tratarlo es para la ley vigente una 'circunstancia absolutamente incapacitante', la nueva propuesta contempla que tras una completa recuperación y un estudio exhaustivo de cada caso se pueda considerar que el piloto vuelva a ejercer. También, en el caso de que se confirme la estabilidad de un tratamiento con fármacos psicotrópicos podría autorizarse que el piloto siga volando, aunque con limitaciones (como que no pueda hacerlo solo).
SEGURIDAD AÉREA
La salud de los pilotos aprueba el examen
Para recibir y conservar su licencia, los pilotos deben pasar rigurosos controles médicos
Los profesionales consideran que las pruebas les protegen y mejoran la seguridad
(Foto: José Aymá) / NURIA BAENA
MADRID.- Las revisiones de salud que debe pasar un piloto para obtener su licencia y conservarla son muy estrictas. Por ello, la ley es igualmente exigente con los médicos y centros examinadores autorizados, encargados de asegurarse de que estos profesionales tienen una salud de hierro que no les dejará 'colgados' en el momento más inoportuno.
Como explica Carmen Reguant, médico examinador autorizado por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) del Hospital Quirón de la Ciudad Condal, "sólo hay cinco centros en España, localizados en Madrid, Barcelona, Sevilla y Valencia, autorizados para realizar revisiones iniciales de clase 1, las que permiten a los pilotos profesionales de transporte aéreo comercial obtener su licencia". Precisamente el Quirón de Barcelona fue el primer centro de exámenes autorizado por Aviación Civil fuera del ámbito militar, "ya que antes solamente los hacían en el Centro de Instrucción de Medicina Aeroespacial en Madrid (CIMA)".
"Para lograr esta capacitación, pasamos unas acreditaciones que hay que renovar a través del Ministerio de Fomento cada tres años, que también nos inspecciona anualmente para que podamos mantenerlas en vigor. Es decir, que es algo muy exclusivo y que no puede hacer cualquier hospital ni todos los médicos, sino que todo está muy bien estipulado por ley", continúa Reguant.
Como explica esta experta en Medicina Aeronáutica, entre los especialistas que examinan a un futuro piloto hay otorrinos, oftalmólogos, cardiólogos y neumólogos. Por otra parte, los pilotos "no pueden tomar ningún tipo de fármaco, a no ser, por ejemplo, medicaciones para el colesterol o para la tensión arterial y siempre además con unas limitaciones y unas revisiones muy exhaustivas".
Para que lo entendamos pone un ejemplo: "Cuando se establece un tratamiento para la tensión arterial para un piloto profesional, se le mantiene tres meses sin volar a la espera de que esa medicación que le ha mandado su médico de cabecera o cardiólogo no le vaya a ocasionar ningún problema secundario. Si pasado ese tiempo se ve que la tolera bien, no hay ningún problema y el piloto, previa autorización del Ministerio, puede mantener su licencia de vuelo".
En opinión de Reguant, el examen inicial es el más exahustivo y en las revisiones todo depende del médico examinador aéreo que valora semestral o anualmente al piloto y que es quien decide si hay que hacerle más o menos exámenes, como una prueba de esfuerzo si el indice de masa corporal es elevado o una ecografía renal, si se encuentra 'arenilla' en la orina para descartar una piedra y, en el caso de que la haya, comprobar el tamaño y si se puede eliminar. "Si le puede dar un cólico nefrítico, de momento ese piloto no vuela", afirma rotunda. "Lo que más valoramos es que no tenga una incapacitación súbita, es decir, que no pierda el conocimiento o que sufra un dolor muy fuerte en una cabina presurizada, por ejemplo porque tenga una sinusitis o una otitis".
Una visión perfecta con corrección
Respecto a la idea de que los pilotos tienen una visión óptima, Reguant especifica que debe ser perfecta con corrección (es decir, con lentes graduadas) y reconoce que antes sí había límites muy restrictivos y no se aceptaba la cirugía oftálmica para reducir dioptrías. Actualmente se acepta la cirugía, "siempre y cuando no tengan más de cinco dioptrías de miopía o hipermetropía antes de la operación, e incluso en las renovaciones pueden tener hasta ocho de miopía". Sin embargo, Reguant afirma que la operación de miopía no es muy recomendable porque "uno de sus efectos secundarios es que aumenta el deslumbramiento de noche y aparecen halos, por lo que es preferible que lleven gafas a que se hayan operado".
No obstante, los pilotos que pasan la revisión inicial pueden respirar tranquilos, ya que, como afirma Reguant, "el porcentaje de gente que pierde la licencia es muy pequeño, porque están muy controlados en las revisiones y, además, son muy conscientes y profesionales en ese sentido y se cuidan. Volando dentro del espacio JAR, yo estaría muy tranquila", asegura. Por su parte, Eduardo Gavilán, Vocal del Colegio Oficial de Pilotos de Aviación Comercial, afirma que las revisiones periódicas "exigen que estemos en perfecto estado. Se nos hace una analítica muy compleja, que incluye practicamente de todo. No sólo niveles de colesterol, sino también control sobre opiaceos, alcohol... Los controles son muy rigurosos y no pasar una revisión médica implica una retirada de la licencia, lo que nos obliga a tener unos hábitos saludables en nuestra vida diaria, además de que estamos muy regulados en nuestra actividad diaria como profesionales", expone.
A pesar de lo estricto de las normas, los pilotos parecen contentos de estar tan vigilados en lo que a temas de salud se refiere. " La visión que tenemos los profesionales es que estas revisiones son necesarias y además suponen una forma de protegernos y de llevar un control de nuestras condiciones, tanto físicas como psicológicas", concluye Gavilán.