Un antiveneno contra la picadura de alacrán desarrollado en México por Alejandro Alagón Cano, del Instituto de Biotecnología, fue probado con éxito en un grupo de niños estadunidenses.
El medicamento, ampliamente utilizado en México y en algunos países de Centroamérica, se aplicó a un grupo de 15 niños de Tucson, Arizona, que habían sido picados por alacranes.
En el estudio, ocho de los pacientes (casi todos menores de seis años) fueron atendidos con el antiveneno mexicano, mientras que a los otros siete se les aplicó un placebo sin medicación alguna.
En los casos en que usamos nuestro antiveneno, los síntomas de toxicidad causados por la ponzoña desaparecieron en un periodo de dos a cuatro horas, mientras que en los pacientes que recibieron un placebo requirieron una mayor cantidad de sedantes y más horas de hospitalización para ser atendidos, explicó Alagón Cano.
La toxicidad del veneno de alacrán produce movimientos involuntarios de ojos, brazos y piernas, excesiva sudoración o resequedad en la piel, salivación exagerada o resequedad en la boca, así como dificultades respiratorias severas.
A consecuencia del daño respiratorio, los pacientes con picadura de alacrán que no son atendidos pueden morir por asfixia en periodos de apenas 45 minutos si son niños y en menos de dos horas si se trata de adultos.
Diferencia en la sintomatología
Es difícil saber cuales son las causas de que algunas personas tengan síntomas muy graves mientras otras manifiesta apenas una reacción local en el sitio de la picadura. Creo que depende de la cantidad de tósigo que el alacrán logra introducir al cuerpo humano, y de una mayor reacción de algunas personas a esta sustancia tóxica. Por ello, lo recomendable es contar con el antiveneno, sugirió el médico y doctor en Ciencias Biomédicas, distinguido con los premios Nacional de Ciencias y Artes 2005 y Universidad Nacional 2004.
Los resultados del trabajo de Alagón Cano fueron publicados hace unos días en un artículo en la revista científica The New England Journal of Medicine, una de las más importantes del mundo en su especialidad.
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Los resultados del estudio realizado en Arizona, en el que todos los pacientes atendidos con el medicamento se recuperaron rápidamente, abre un camino interesante para este producto, porque en aquella región, así como en algunas partes de Nuevo México, y el sur de Estados Unidos, no hay medicamentos antialacránicos como el desarrollado en la UNAM.
El artículo destaca que en Arizona cada año se registran ocho mil picaduras de alacrán, de las cuales unas 200 derivan en envenenamiento severo y requiere tratamiento médico. En los pequeños poblados de ese estado no hay unidades pediátricas de cuidado intensivo.
El compuesto es una opción eficiente para atender la toxicidad de forma inmediata porque inhibe el efecto de las toxinas, que son secuestradas por un grupo de anticuerpos que se activan con el antídoto.
El antiveneno es de amplio espectro y sirve para inhibir la toxicidad de todas las especies de alacranes mexicanos, algunos de los cuales se encuentran en el sur de Estados Unidos.
Alagón consideró que la publicación del artículo científico puede promover el escenario adecuado para que el fármaco Alacramyn sea autorizado por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
Desde hace varios años, el antiveneno que desarrolla la UNAM ha sido evaluado por la FDA, aunque aún no se cuenta con la autorización para su venta en la Unión Americana, aclaró Alagón Cano.
De lograrse esa aprobación, que podría concretarse entre este año y 2010, el antiveneno sería el primer fármaco mexicano autorizado para su venta en Estados Unidos.