No tenía los ojos del padre, ni el pelo de la madre, pero eso no fue lo extraño. Tampoco tenía el mismo color de piel que ellos. Gabriel nació hace un mes y medio, pesó 2,860 kilogramos, tiene ojos celestes, cabellos claros y la piel completamente blanca. Alexandra y su marido, por el contrario, son negros al igual que sus otros seis hijos. Este nacimiento ocurrió en Río de Janeiro, Brasil, donde ahora un estudio de ADN confirmó que Alexandra y su marido, Alex Santos Oliveira, son los padres biológicos del pequeño, según publicó el diario O'' Globo.
Durante casi dos meses, el hospital Estadual Azevedo Lima, donde dio a luz la mujer de 34 años fue objeto de especulaciones ante la posibilidad de que el bebé hubiera sido cambiado al nacer. La propia madre fue acusada de infidelidad por los familiares de su marido, una versión que negó terminantemente, informó el diario Folha de Sao Paulo.
"Existen posibilidades genéticas de que dos personas negras tengan un hijo blanco, siempre que en sus ancestros haya personas caucásicas", explicó a Clarín, la doctora Andrea Puppio, bioquímica de GenDX, laboratorio estadounidense dedicado al estudio de enfermedades genéticas raras.
"Los rasgos genéticos relacionados con el aspecto físico de una persona tienen que ver siempre con el de sus parientes", agregó Puppio. "De una generación a otra hay rasgos predominantes, y otros que no lo son tanto, pero que también pueden expresarse, como el color de la piel o de los ojos".
Si bien, por el momento, se desconoce si hay personas de raza blanca en la línea genealógica de Alexandra y su marido, ella asegura que la genética le jugó una mala pasada al poner en duda su fidelidad hacia su marido. Y se encargó de aclarar que tiene una sobrina, un tío y un bisabuelo de ojo claros, como los de Gabriel.