Por: Clarín.com
Otra vez una cirugía estética terminó de la peor manera. Una mujer de 29 años murió ayer luego de haberse sometido a un implante mamario de siliconas en una clínica privada de la ciudad de Córdoba. "Nunca se recuperó de la anestesia", denunció el marido de la joven.
El viernes, Paola Vera se internó en la Clínica del Prado -ubicada en Dean Funes al 1100, Córdoba capital- para someterse a una cirugía para agrandar su busto. Allí la operaron médicos de la Compañía dermoestética que -según explicó el esposo de la paciente- habrían alquilado el quirófano de ese centro de salud privado. Pero algo salió mal y dos días después falleció.
Fernando Garbino, el marido de Paola, está desconsolado. Según contó en una entrevista en el canal TN, ya durante la intervención, presintió que algo no estaba bien. "Me llamó la atención que me habían dicho que la operación iba a durar dos horas, pero duró casi tres", señaló.
De todos modos, prosiguió, el mismo día "le dieron el alta" y él la llevó a su casa. Allí, sus sospechas se hicieron más fuertes porque Paola "nunca se recuperó de la anestesia" . Preocupado, el sábado Fernando volvió con su mujer a la Clínica del Prado para que la controlaran y le dijeron que la joven "estaba bien".
La pareja regresó a su casa, pero la mujer no mejoraba. Al contrario, cada vez estaba peor : "El domingo se despertó, no se podía mover, ya no hablaba y casi no podía respirar", detalló Fernando.
El hombre, llamó a la médica y describió el estado de su mujer. Una vez más, recibió una respuesta que no lo convenció. La especialista le dijo que se quedara "tranquilo" y que "esperara" y le explicó que su mujer no hablaba y estaba como dormida por los sedantes que le habían suministrado para soportar los dolores propios del postoperatorio. También le aseguró que Paola no podía respirar "por los vendajes" que le habían puesto.
Horas más tarde, la situación se agravó tanto que Fernando decidió llevar nuevamente a su mujer a la clínica. Bajó de su auto con Paola en brazos, desvanecida y se acercó a la recepción. "Llego a la mesa de entrada y pido que por favor venga alguien de la guardia, que mi mujer estaba muy mal –relató-. Pero como veo que (los empleados) estaban muy tranquilos y no reaccionaban, tomé la decisión de ir a la primer sala que vi".
"Ahí la empiezan a revisar los médicos, en una sala común. Lo que alcancé a ver era que la estaban reviviendo. Después la llevaron a terapia intensiva", recordó. Ahí, poco después, Fernando recibió la noticia de que la joven había muerto. "No me dieron la razón, dijeron que no le encontraban una explicación", se lamentó.
Por su parte, uno de los directivos de la Clínica Del Prado, Adalberto Robles, aseguró que ese centro médico "tiene todos los elementos para resolver cualquier problema o complicación" y "tiene todas las acreditaciones" como centro médico de "alta complejidad".
De todas maneras, agregó que hicieron "la denuncia policial y pidieron la autopsia judicial", tal como sucede en los casos de "muerte dudosa". En tanto, el ministro de Salud de Córdoba, Oscar González, confirmó que la Clínica del Prado "está habilitada para intervenciones de complejidad".
El de Paola no es el único caso en que una intervención de este tipo termina mal. El 11 de octubre, una argentina que vivía en España se hizo en Córdoba una cirugía para agrandar sus pechos, pero murió. Cuatro profesionales de un centro privado de cirugía estética fueron imputados por homicidio culposo.
En tanto, el 20 de octubre, se supo que una joven de 22 años quedó cuadripléjica luego de someterse a una cirugía estética para corregir una desviación en su tabique nasal, en una clínica privada de la capital cordobesa.
Otra mujer murió después de una cirugía estética de mamas
El riesgo de los implantes
Ocurrió otra vez en Córdoba. Una mujer se sometió a un implante de siliconas mamario y falleció a los dos días. La Justicia imputó por homicidio culposo a la médica y al anestesista. El caso anterior sucedió el 10 de octubre.
Por Pedro Lipcovich
Paola, madre de una nena, se operó el viernes en la clínica Del Prado, de la capital cordobesa.“Yo le dije que ella me gustaba como era, le pedí que no se operara, pero me convenció y acepté”, lloraba ayer Fernando Garbino, esposo de Paola Vera, la mujer de 29 años que, en Córdoba, murió dos días después de someterse a un implante de mamas. Un fiscal imputó por homicidio culposo a la médica y al anestesista que participaron en la intervención; esta acusación podrá mantenerse o no en función de los resultados de la autopsia, que ya fue solicitada. Una destacada especialista en cirugía plástica advirtió que “la búsqueda de una supuesta perfección corporal lleva a que muchas mujeres jóvenes no tomen en cuenta los peligros que siempre conllevan estas operaciones”. La empresa de cirugía estética que operó a Paola trabaja bajo el lema: “Traé el cuerpo que tenés, llevate el que querés”.
Paola, madre de una nena de dos años y medio, se operó el viernes pasado en la clínica Del Prado, de la capital cordobesa. Se le dio el alta esa misma noche. El domingo fue llevada de urgencia a la misma clínica, donde murió por un paro cardiorrespiratorio. El fiscal de instrucción Rubén Caro ordenó la autopsia y, en principio, formuló imputación por homicidio culposo contra la cirujana Analía Riutort y contra el anestesista, de apellido Guzmán, que intervino en la operación. Las imputaciones “corresponden a una primera instancia de la investigación y podrán ser modificadas a partir de los resultados de la autopsia”, aclaró a este diario una fuente judicial de Córdoba.
Ayer, el marido y la madre de la fallecida hicieron declaraciones en medios radiales: “Ya el sábado volvimos a la clínica porque ella no mejoraba –dijo Garbino–. La doctora me dijo que me quedara tranquilo, que era por los medicamentos que estaba tomando, pero ayer domingo ya no podía respirar y la volvimos a llevar”. La madre, Graciela Borda, dijo que “a Paola no se la atendió como correspondía porque se les terminaba el tiempo de alquiler de la clínica”. La cirujana Riutort se desempeña en la compañía Dermoestética, cuyo lema –según puede leerse en su página de Internet– es: “Traé el cuerpo que tenés. Llevate el que querés”. La empresa tiene sedes en Buenos Aires, Santiago de Chile, México y Miami, además de Córdoba.
Según Garbino, el precio de la intervención les había sido rebajado de 9000 a 7000 pesos. “No sé cómo le voy a explicar a mi hija la falta de su mamá, que era una mujer sana –dijo–. Ella no me hizo caso cuando le dije que no se operara, que a mí me gustaba como era, pero me convenció y lo acepté.” Gustavo Ana, abogado de Dermoestética, pidió “ser cautelosos y esperar los resultados de la autopsia”.
El director de la clínica Del Prado, Adalberto Robles, admitió que Dermoestética “realiza los procedimientos en nuestra clínica, que tiene todas las acreditaciones y donde ya se han efectuado más de 500 cirugías mamarias”. Robles dijo que “la paciente fue dada de alta el sábado y el domingo ingresó traída por un servicio de emergencias, prácticamente en paro cardíaco, y no se la pudo reanimar”. El ministro de Salud de Córdoba, Oscar González, confirmó que esa clínica está habilitada para efectuar esas operaciones, pero observó: “Hay que ponerles un freno a las cirugías plásticas. No hay que operarse porque sí, ya que existen riesgos”. El 10 de octubre, murió otra mujer luego de una operación similar en Córdoba.
Consultado por este diario, Ignacio Maglio –jefe de riesgo médico legal del Hospital Muñiz– explicó que “muchas veces, equipos que no cuentan con quirófano propio alquilan el servicio de quirófano a una institución: tanto el equipo como la clínica están civilmente obligados en cuanto a la seguridad del paciente. En lo penal la responsabilidad, que incluye el seguimiento postoperatorio, es de los profesionales que intervinieron”.
Por lo demás, “las intervenciones estéticas, incluso una aplicación de bótox, implican siempre un riesgo –destacó María Luisa Rijana, subdirectora del Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca y de la especialización en clínica estética de la Facultad de Medicina de la UBA–. Hoy la búsqueda de una supuesta perfección está exacerbada: muchas mujeres, sobre todo, no consideran los riesgos, y a veces el entorno familiar tampoco los toma en cuenta”.
03.12.08
Clarín.com
Muerte después de una cirugía: la joven se ahogó en su propio vómito
Según denunció la familia, desde que salió de la operación regurgitaba sangre.
Por: Gustavo Molina
Un informe preliminar de la autopsia realizada al cuerpo de Paola Vera -la joven cordobesa de 29 años que murió el domingo luego de un implante de siliconas- reveló que la posible causa de la muerte fue una broncoaspiración. O sea, Paola murió, presuntamente, por aspirar su propio vómito, que le ingresó a los pulmones y la ahogó. Ahora la Justicia busca determinar por qué no tuvo reacción.
El marido y la mamá de la joven habían asegurado que, tras la operación, Paola había sufrido vómitos de sangre y que la médica cirujana, Analía Riutort (imputada en la causa por homicidio culposo), le había dado el alta, asegurando que "es normal que esto pase en el post operatorio".
Uno de los médicos que participó de la autopsia le dijo a Clarín que "la broncoaspiración ocurre cuando el contenido gástrico vuelve a la boca y se va a las vías respiratorias al respirar. La broncoaspiración puede darse en personas inconscientes y que no tengan plena conciencias, como en el caso de un paciente postquirúrgico".
El especialista agregó que "los signos de una broncoaspiración son dificultad o ruido al respirar, sonrojamiento de la piel, e incluso pérdida del conocimiento". Justamente, la familia de Paola dijo que llamó varias veces a la médica luego de la operación porque Paola tenía dificultades para respirar.
El fiscal del caso, Rubén Caro, no quiso adelantar opinión "hasta dentro de una semana", cuando cuente con el resultado final de los estudios anatomopatológicos realizados al cadáver de, que incluyen exámenes toxicológicos y de laboratorio. Además de la cirujana, el fiscal Caro imputó por el presunto delito de homicidio culposo al anestesista, Germán Guzmán.
Con el resultado preliminar de la autopsia, el abogado Marcelo Brito, que defiende a la médica Riutort, señaló: "En principio, se puede decir que la cirugía no ha sido materia de observancia, porque no hay relación entre el acto quirúrgico y la causa de la muerte de la paciente Vera". Brito agregó que "la última vez que la doctora Riutort tuvo contacto con la paciente fue el domingo a la mañana, cuando llegó a la clínica y no presentaba signos vitales".
Susana Monasterolo -abogada del viudo Fernando Garbino- asegura que "hubo un abandono de persona el domingo, porque la clínica dice que la paciente llegó sin signos vitales, mientras que mi cliente asegura que llegaron a las 9, que Paola estaba viva pero muy débil y quedó sin atención hasta las 10. Recién a esa hora la llevaron a terapia intensiva y a las 11 le dijeron que había fallecido". Además quiere que se investigue si los vómitos fueron consecuencia de un mal entubamiento y su falta de reacción posterior un resultado de la anestesia o de los calmantes que, según la familia, la médica le recetó a Paola por los dolores.
Ayer circuló una versión de que en el cuerpo de la joven habría sido detectado Alplazolam, una droga que actúa como tranquilizante.
El viernes a la tarde, Paola ingresó a la clínica "Del Prado" de barrio Alberdi de Córdoba para someterse a un implante de siliconas. La cirugía estuvo a cargo de Riutort, quien trabaja para la Compañía Dermoestética. Tras la operación, la joven sufrió "vómitos de sangre", denunció su marido. . Pero igual le dieron el alta médica. Como la chica empeoró su salud, con dificultades para respirar y dolor, su esposo habló por teléfono con la médica y por la tarde del sábado la llevó nuevamente a la clínica. La médica la volvió a mandar a su casa. Paola se despertó muy mal el domingo, su marido la llevó a la clínica, donde murió. Ayer fue sepultada. Este fue el segundo caso fatal en la provincia luego de una cirugía estética en menos de dos meses. Antes, otra mujer había quedado cuadriplégica.