En pacientes hospitalizados de alto riesgo

Infecciones fúngicas

Según especialistas reunidos en Gijón, los hongos más frecuentes, Candida y Aspergillus, son cada vez menos sensibles a los fármacos antifúngicos.

El 20% de los pacientes hospitalizados de alto riesgo -por ejemplo los que reciben quimioterapia para el cáncer, trasplantados o receptores de tratamientos inmunoterápicos con anticuerpos monoclonales- sufren cada año infecciones fúngicas invasivas, una de las enfermedades hospitalarias más graves, ya que se sitúa entre el 50% y el 90% de los casos. En estos casos la terapia antifúngica preventiva es la indicada para reducir la mortalidad, informaron los expertos que participan en la reunión "Actualización en el manejo de la infección fúngica invasora" en Gijón.

"Cada vez existe un número mayor de hongos que no suelen ser patógenos, pero que en los pacientes en tratamiento con quimioterapia o en aquellos que han recibido un trasplante de células madre hematopoyéticas, pueden llegar a ser mortales, debido a la escasez de defensas en el organismo que presentan estos pacientes", explicó la Dra. Consuelo Rayón, jefa de la Sección de Hematología Clítica del Hospital Universitario Central de Asturias.

Los hongos más frecuentes, Candida y Aspergillus, son cada vez menos sensibles a los fármacos antifúngicos. Por ello es importante emplear una óptima profilaxis antes de que se produzca la infección, ya que es difícil realizar un diagnóstico precoz y un tratamiento eficaz de la infección fúngica. Según la Dra. Rayón, "para este tipo de prevención seguimos las pautas incluidas en las Guías Americanas y Europeas de Oncología o de Enfermedades Infecciosas". 

En lo que se refiere a las infecciones por Aspergillus, en determinados pacientes de alto riesgo, la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas (IDSA) ha otorgado una recomendación positiva de grado A-1 -la máxima que puede entregar- al antifúngico posaconazol para su uso en la prevención de estas infecciones.

Por otro lado, este fármaco está considerado un tratamiento de amplio espectro. Comercializado con el nombre de Noxafil, por Schering-Plough, es el primer antifúngico de la familia de los azoles de nueva generación capaz de prevenir la infección por Aspergillus.