NUEVA YORK.- Un hombre de 38 años que pasó más de cinco años mudo, en un estado de mínima conciencia resultado de una gravísima lesión cerebral, ahora se comunica con sus familiares y ha recuperado la capacidad de moverse después de haber recibido un implante cerebral, afirma un reciente estudio.
"Todavía lloro cada vez que lo veo, pero ahora es con lágrimas de alegría -dijo ayer su madre en conferencia telefónica; su nombre no fue revelado para proteger la privacidad del paciente-. El puede hablar, puede mirar películas sin quedarse dormido, puede decir «mamá» y «papá», y «te amo, mami»."
El estudio, que se publica esta semana en la revista Nature , provee la primera evidencia rigurosa de que un procedimiento pueda dar lugar a una recuperación sostenida en una persona tan discapacitada, años después de ocurrida la lesión. Se estima que sólo en los Estados Unidos entre 100.000 y 300.000 personas subsisten en estado de mínima conciencia, y la mayoría es considerada intratable.
Los médicos dijeron que no está claro cuántos de esos pacientes podrían beneficiarse con este tratamiento en el que dos electrodos son implantados en las profundidades del cerebro. El procedimiento también suscita dilemas éticos sobre su aplicación en pacientes que no pueden expresar su consentimiento, dijeron.
"Realmente lo consideramos un primer paso, pero debería abrir puertas que no estaban abiertas para pacientes como éste", dijo el doctor Joseph T. Giacino, director de neuropsicología del Instituto de Rehabilitación JFK Johnson de Nueva Jersey, Estados Unidos. Giacino realizó el estudio en colaboración con médicos de la Escuela de Medicina Weil Cornell y de la Cleveland Clinic.
Otros expertos familiarizados con el caso han advertido que el estudio está basado en un solo paciente y dijeron que el procedimiento debe ser considerado experimental. Los investigadores planean probar el procedimiento en otros 11 pacientes como parte de un estudio más amplio.
Los médicos han utilizado durante mucho tiempo este implante, conocido como estimulación cerebral profunda, para tratar la enfermedad de Parkinson. Durante las últimas dos décadas también lo han empleado en un puñado de pacientes con lesiones cerebrales, entre las que se cuenta Terry Schiavo, la mujer que murió en 2005 después de que se le suprimiera la alimentación artificial.
Pero en la mayoría de estos casos, como en el de Schiavo, el cerebro estaba tan dañado que la operación no daba ningún resultado. En el nuevo estudio, seleccionaron a un paciente que respondía a las instrucciones, al menos en forma ocasional.
Reconectando circuitos
Después de haber recibido numerosas patadas en la cabeza durante un asalto, en 1999, el paciente tratado no era capaz de hacer mucho más que mover su pulgar de vez en cuando ante preguntas cuya respuesta era "sí" o "no". Aun así, los estudios mostraban que los circuitos neuronales del lenguaje, alojados en su hemisferio cerebral izquierdo y conectados al córtex prefrontal -las áreas de la conciencia y de lo racional-, se encontraban intactos. Las lesiones cerebrales producidas por golpes en la cabeza frecuentemente cortan las conexiones nerviosas a lo largo del cerebro, pero dejan intactos algunos circuitos.
Los cirujanos de la Cleveland Clinic insertaron dos cables a través del cráneo del paciente, haciéndolos llegar a un área subcortical llamada tálamo. Los cables fueron conectados a un dispositivo que se asemeja a un marcapasos que fue implantado debajo de la clavícula del paciente.
La región central del tálamo se proyecta hacia áreas del cerebro conocidas por participar del sostén de la conciencia, dijo el doctor Nicholas Schiff, neurólogo de Cornell que participó en el estudio. "Una de las claves del procedimiento es estimular el nivel de activación neuronal de esta área, lo que quizás esté impulsando sistemas del córtex cerebral que participan del despertar", dijo Schiff.
Poco tiempo después de que el dispositivo comenzara a funcionar, el paciente comenzó a mostrar mejorías. Sus ojos se abrieron. Se mostró más receptivo. Durante meses, los integrantes del equipo de investigación evaluaron sus habilidades durante los momentos en que el dispositivo estaba encendido y en los momentos en que estaba apagado, sin saber si estaba o no activado.
Observaron una gradual, pero consistente mejoría en su lenguaje y movimiento cuando el dispositivo estaba encendido y una pérdida de los avances cuando estaba apagado. El paciente comenzó a comer sin las asistencia de un tubo de alimentación. Recuperó algo de movilidad en sus brazos. Comenzó a hablar, usualmente con una o dos palabras, pero compenetrado en la conversación. Recientemente recitó las primeras 16 palabras del Juramento de Fidelidad a los Estados Unidos.
"Ha vuelto a ser una persona", dijo el doctor Joseph Fins, jefe de ética médica de Cornell y coautor del estudio. El paciente sufre de amnesia y no puede todavía expresar completamente sus intereses, agregó Fins. "Pero ahora tiene intereses que expresar."
Por Benedict Carey
De The New York Times
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El Mundo, España
Despertar el cerebro mediante electrodos
Una técnica consigue que un hombre que llevaba seis años 'dormido' responda y coma
ISABEL ESPIÑO
MADRID.- Cuentan las leyendas judaicas que los rabinos eran capaces de crear vida. Uno de los modos de activar a aquellos seres nacidos del barro (los golem) era escribir sobre su frente el nombre de Dios u otra palabra sagrada. El último número de la revista 'Nature' describe un despertar muy distinto: científicos estadounidenses han logrado que un hombre con una grave lesión cerebral recupere cierta consciencia mediante electrodos implantados en el cerebro.
"Los resultados fueron espectaculares. A las 48 horas de la cirugía para colocar los electrodos, el paciente desmostró un aumento de la consciencia, mantenía los ojos abiertos y, además, giraba la cabeza ante las voces", relata el comentario que acompaña al trabajo, firmado por dos especialistas del Departamento de Fisiología, Biofísicas y Neurología de la Universidad de Washington (Seattle, EEUU). Actualmente, es capaz de comer y de expresarse.
El paciente en cuestión, de 38 años, había quedado en un estado mínimamente consciente tras sufrir una lesión cerebral durante un atraco, en 1999. Se trata de un letargo algo diferente al del coma o al del estado vegetativo. Aunque la mayor parte del tiempo existe un gran déficit de consciencia, el paciente no parece constantemente dormido y muestra algunos signos de consciencia o de pensamiento organizado. El del presente estudio, por ejemplo, respondía ocasionalmente moviendo el pulgar. "Había sufrido daños irreparables en parte gran parte de la corteza cerebral, aunque muchas zonas esenciales se habían preservado", aclara el comentario. Sin embargo, en este tipo de estados son muy raros los despertares repentinos.
La técnica empleada para 'recuperar' al paciente fue la llamada estimulación cerebral profunda. Aunque es la primera vez que se utiliza para una persona en estado de mínima consciencia, ya se emplea habitualmente en otros trastornos neurológicos (como el Parkinson y la epilepsia). Consiste en implantar pequeños electrodos en ciertas regiones cerebrales que activan las zonas-diana. En el presente estudio, los investigadores (neurólogos de varios centros estadounidenses) 'escogieron' como objetivo el tálamo, una región cerebral en la que se han identificado unas neuronas que activan redes de la corteza cerebral.
"Nuestra teoría era que los impulsos eléctricos dirigidos a esta área ayudarían a amplificar los niveles de actividad [cerebral] existentes", ha declarado Joseph T. Giacino, uno de los autores del trabajo y el neuropsicólogo que dirigió la neurorrehabilitación del paciente, durante una rueda de prensa para presentar la investigación. "Asumimos que las señales que ayudan a dirigir el discurso y los movimientos todavía están presentes en el cerebro. Nosotros sólo las 'azuzamos', para ayudarles a que funcionen mejor".
Avances
Tras las mejoras inmediatas a la intervención, los investigadores esperaron 50 días antes de volver a activar los electrodos. Así comprobaban si la recuperación se debía realmente a los electrodos.
"Durante esta fase, el paciente, que anteriormente no se comunicaba, fue capaz de nombrar objetos y coger cosas con la mano, por ejemplo, acercar una taza a su boca. Es más, podía tragar comida y tomar alimentos por la boca. Ya no dependía más de un tubo de gastrotomía", escriben los autores del comentario.
El seguimiento duró seis meses: cuando se activaban los electrodos el paciente mostraba una mayor mejoría, si bien la mayor parte de su recuperación se mantenía en el tiempo. Paulatinamente, fue ganando facultades, tanto en el lenguaje como en el movimiento. Aunque debido a los años de inmovilidad puede que no vuelva a caminar, actualmente se peina, mastica, juega a las cartas, avisa si le duele algo e, incluso, ha sido capaz de recitar las primeras 16 palabras del juramento de fidelidad a EEUU. Los autores usaron este texto, aprendido en la escuela, porque el paciente tiene menos dificultad para recordar cosas antiguas.
"Mi hijo disfruta de una calidad de vida que nunca pensamos que sería posible", ha dicho la madre en la misma rueda de prensa. Según los autores, esta investigación podría cambiar el modo en que se aborda a este tipo de pacientes, que suelen permanecer en residencias, sin ningún tipo de rehabilitación.
Advertencias
Sin embargo, estos investigadores prefieren ser cautos ante las expectativas que podría despertar este estudio. Aunque, efectivamente, su trabajo supone una esperanza para los pacientes con lesiones cerebrales, este artículo describe un único caso y con una lesión cerebral concreta. "No todos los pacientes con trastornos de consciencia se beneficiarán de la estimulación talámica", advierte, por su parte, el comentario de 'Nature'.
Ahora, los autores quieren estudiar a más personas. Su proyecto piloto planea incluir 12 pacientes. "Realmente tenemos que replicar estos hallazgos antes de que podamos estar seguros de que su efecto es real", dice Giacino.
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