La revista Nature y Los Simpsons

Los Simpsons y la ciencia

Una serie donde todo es posible, incluso el conocimiento científico de avanzada.

 

¿Qué otra serie televisiva cuenta entre sus personajes con Stephen Hawking o un padre regaña a su hija por ir en contra de las leyes de la termodinámica? Además de irreverentes, "Los Simpsons" han resultado tener unos conocimientos científicos nada desdeñables.

 
La ciencia en Springfield

"Los Simpsons" ya cumplieron veinte años. Los conocemos tanto que son como de la familia. Pero muchas alusiones se nos escapan. Sus referencias científicas, en cambio, están a nuestro alcance. Claves físicas y matemáticas para seguir disfrutando. 
 
Por Claudio Sánchez | Fotos: Alfredo Nardini y CEDOC | Producción: Leticia Rivas. Agradeciemiento: De y De Hobbies. www.deydehobbies.com.ar  
  
Es el personaje favorito de Matt Groening, el creador de la serie. “Lisa es la única que tal vez sea capaz de encontrar una salida... al menos de la ciudad de Springfield”, dijo. Esa nena con peinado de estrella de mar, que toca el saxo barítono como los dioses y se parece a la Pequeña Lulú, también se caracteriza por su inteligencia y sensibidad. Protagoniza un capítulo imperdible, Lisa, la escéptica. En el pueblo aparece un esqueleto alado. Todos creen que es el fósil de un ángel. Menos Lisa, que llama al paleontólogo Stephen Jay Gould para saber más. Homero, mientras, exhibe el ángel en el garage y cobra entrada para verlo. De pronto, el esqueleto se esfuma de la casa, reaparece en la cima de una montaña y el ángel lanza una voz apocalíptica: “El fin ha llegado”. ¿Una señal de Dios?, se pregunta el pueblo. Hasta Lisa, después de todo una chica de ocho años, tiembla de miedo. Pero el horror se desvanece cuando se revela que había llegado el final, sí, pero ¡de los precios altos! El ángel era un truco promocional de un nuevo shopping... “La religión no deberá acercarse a menos de 500 metros de la ciencia”, decreta el juez de Springfield.
 
Los Simpsons, la serie creada por Matt Groening en 1987, es considerada la mejor tira de dibujos animados de todos los tiempos. Por su humor, por su inteligencia, por los distintos niveles de lectura que ofrece, la familia Simpson es disfrutable para todo público. Pero, además, por ciertas referencias ocultas. Esos guiños no siempre se pescan. Por ejemplo, en El mal vecino, George Bush padre se muda a Springfield, justo enfrente de la familia Simpson. Bart irrita tanto al nuevo vecino que recibe una paliza del ex presidente. El abuelo comenta: “En mis tiempos los presidentes les pegaban a los chicos. El presidente Cleveland me pegó dos veces. No consecutivas.”

Este comentario no parece tener ningún significado especial... a menos que sepamos que Grover Cleveland se destacó por haber sido el único presidente de Estados Unidos que ocupó el cargo en dos períodos no consecutivos. Aunque esta referencia tiene que ver con la historia de los Estados Unidos, otros episodios presentan guiños más fáciles de compartir. Es el caso de las referencias científicas. Muchos disfrutan estas perlas, sean necesarias o no para entender el capítulo.

En La última carcajada de Bob Patiño, por ejemplo, el villano roba una bomba atómica y amenaza con hacerla estallar si no clausuran todas las emisoras de televisión. A Lisa le parece que la voz de Bob en el mensaje suena anormalmente aguda y así deduce dónde puede estar escondido: dentro de un dirigible lleno de helio. La resolución del episodio es irreal: nadie puede sobrevivir en una atmósfera de helio. Pero, en todo caso, ¿qué tiene que ver eso con la voz? El sonido de la voz humana se debe a la vibración del aire encerrado en la garganta, como ocurre con una flauta o el tubo de un órgano. La frecuencia del sonido producido por esa vibración depende, en primer lugar, del tamaño de la garganta: cuanto mayor es la garganta, más grave es el sonido. Por eso, en general, la voz de un adulto es más grave que la de un niño.

Pero la frecuencia de la voz también depende del gas que vibra en la garganta. Cuanto menor sea la densidad del gas, mayor será la frecuencia con que vibra, y más aguda la voz. Como el helio es mucho menos denso que el aire, una garganta llena de helio sonará anormalmente aguda.

Esta misma propiedad aparece en otro episodio: El bebé de mamá. Un fotógrafo trata de distraer a Maggie, la bebé, llenando sus pulmones con el gas de un globo de helio para luego hablar con voz aguda y divertida (o así le parece a él).

En Huelga de maestros, todos los niños de Springfield disfrutan de vacaciones inesperadas ante la ausencia de clases. Salvo Lisa, que trata de aprovechar el tiempo estudiando por su cuenta y con sus propios proyectos escolares. Uno de esos proyectos es una máquina de movimiento continuo que, dice Homero, no sirve: anda y anda sin parar.

Decidido a poner las cosas en su lugar, Homero le ordena a su hija: “¡Lisa, en esta casa respetamos las leyes de la termodinámica!” Y efectivamente, el problema con esas máquinas consiste en que violan el primer principio de la termodinámica, o de conservación de la energía, según el cual la energía no puede crearse de la nada.

En el Especial de Noche de Brujas VI, Homero se pierde en la tercera dimensión (no en la cuarta: en la tercera; él es un dibujo de dos dimensiones). Este mundo aparece representado con una retícula tridimensional recorrida por impulsos luminosos y poblado por fórmulas matemáticas. Entre ellas puede verse la fórmula de Euler: eip = -1. Esta fórmula reúne tres de los números más importantes de la matemática: e, base de los logaritmos naturales; i, número imaginario igual a la raíz cuadrada de menos uno; y p, relación entre la longitud de una circunferencia y su diámetro.

En ese episodio se ve una ecuación extraña: 178212 + 184112 = 192212. De ser cierta, esta ecuación violaría el último teorema de Fermat, que dice que las fórmulas de la forma an+bn=cn no tienen solución en los números enteros cuando “n” es mayor que 2. La validez de este teorema fue demostrada en 1997, tres siglos después de ser enunciado.

En realidad, la igualdad que aparece en el episodio sólo es aproximada. No hace falta hacer la cuenta para comprobarlo. Un número par, elevado a cualquier potencia, es igual a otro número par. Un número impar, elevado a cualquier potencia, es igual a otro número impar. La suma de las dos primeras potencias, una par y otra impar, debe ser igual a un número impar. Pero el segundo miembro de la ecuación es un número par.
Veamos lo que sucede en Bart contra Australia. En ese capítulo, Bart y Lisa se entretienen tirando líquidos en la pileta del baño, a ver cuál llega primero al desagüe. Bart se da cuenta de que Lisa gana siempre porque los líquidos giran en sentido contrario al de las agujas del reloj. Lo que necesita es que el giro sea en sentido horario. Pero Lisa le explica que eso nunca ocurre en el Hemisferio Norte, “por el efecto Coriolis”. Bart no le cree: “Eso es una tontería. El agua no obedece leyes. Va para donde se le da la gana. Como yo.” 

Contra lo que suele ocurrir, esta vez la equivocada es Lisa. El efecto Coriolis es un fenómeno de desviación que aparece cuando un cuerpo se mueve sobre otro en rotación. Como cuando el agua se mueve sobre la superficie de la tierra. Es el responsable del sentido de giro de las corrientes marinas y de los vientos pero es demasiado débil como para influir en el movimiento del agua de una pileta. Sin embargo, Lisa tiene razón cuando dice que el sentido de la desviación es distinto en cada hemisferio. Y esto se vincula con un hecho histórico poco conocido: en la Primera Guerra Mundial, hubo una batalla naval en las inmediaciones de las Islas Malvinas. Debido a las distancias y velocidades en juego, el efecto Coriolis hacía que los disparos de barco a barco erraran el blanco por más de cien metros. La desviación debía ser conocida por los artilleros, ya que la experimentaban habitualmente en sus prácticas. De hecho, suponemos que ellos usaban tablas y miras que tenían en cuenta la desviación y la compensaban. ¿Cómo puede ser, entonces, que de todos modos erraran sus tiros? Fácil: las prácticas se realizaban en el Hemisferio Norte, donde la desviación, como decía Lisa, es en sentido contrario al del Hemisferio Sur. No tenían experiencia en disparos al sur del ecuador.

Para comprobar la afirmación de su hermana, Bart investiga y llama a lugares tan exóticos como Burkina Faso, la Antártida (donde el agua no gira porque está congelada) y Chile, concluyendo con una larga llamada a pagar a Australia, desatando un incidente que lo obliga a viajar a ese país para disculparse. Al llegar, es alojado en la embajada de EE.UU. y se mete en el baño para comprobar el sentido de giro del agua. Pero el inodoro tiene un dispositivo que obliga al agua a comportarse como en el Hemisferio Norte, para evitar la nostalgia del personal.
En El ómnibus, el vehículo que conduce a los alumnos de la Escuela Primaria de Springfield cae al agua y los niños terminan en una isla desierta. El capítulo es una parodia a El señor de las moscas, novela de William Golding. Esta novela es conocida por los físicos por un error: un chico le quita los anteojos a otro, que es gordito, miope y centro de todas las burlas y los usa como lupa para encender una fogata con los rayos del sol. El incidente parece un homenaje a las novelas de Julio Verne, donde también se encienden fogatas con la ayuda de una lupa. ¿El problema? Los anteojos de los miopes tienen lentes divergentes, es decir, no concentran los rayos del sol...

Hay otras referencias científicas: viajes en el tiempo, ingravidez, investigadores famosos. Ahora tenemos otra excusa para disfrutarlos como la primera vez. 
 

Lisa Simpson, la escéptica   
Por Alejandro Agostinelli

Es el personaje favorito de Matt Groening, el creador de la serie. “Lisa es la única que tal vez sea capaz de encontrar una salida... al menos de la ciudad de Springfield”, dijo. Esa nena con peinado de estrella de mar, que toca el saxo barítono como los dioses y se parece a la Pequeña Lulú, también se caracteriza por su inteligencia y sensibidad. Protagoniza un capítulo imperdible, Lisa, la escéptica. En el pueblo aparece un esqueleto alado. Todos creen que es el fósil de un ángel. Menos Lisa, que llama al paleontólogo Stephen Jay Gould para saber más. Homero, mientras, exhibe el ángel en el garage y cobra entrada para verlo. De pronto, el esqueleto se esfuma de la casa, reaparece en la cima de una montaña y el ángel lanza una voz apocalíptica: “El fin ha llegado”. ¿Una señal de Dios?, se pregunta el pueblo. Hasta Lisa, después de todo una chica de ocho años, tiembla de miedo. Pero el horror se desvanece cuando se revela que había llegado el final, sí, pero ¡de los precios altos! El ángel era un truco promocional de un nuevo shopping... “La religión no deberá acercarse a menos de 500 metros de la ciencia”, decreta el juez de Springfield.
 

Los cerebros anónimos 
 
Si conocemos los antecedentes de sus libretistas, no sorprende que en Los Simpsons abunden los guiños científicos.

David Cohen, guionista de la serie entre 1994 y 1999, tiene un título en Física de la Universidad de Harvard.

J. Stewart Burns
se graduó en matemática en Harvard con una tesis sobre estructura de grupos. Tiene otro título por la universidad de Berkeley. Trabajó en Futurama hasta 2002 y luego pasó a Los Simpsons.

Ken Keeler
tiene un doctorado en matemática aplicada de la universidad de Harvard. Fue guionista de Los Simpsons entre 1994 y 1998. 
 
 Revista Neo
    

La revolución de Los Simpson

Filosofía, negocio y marketing del mayor éxito de la posmodernidad. Por qué fascinan a los argentinos.
Por Nicolás Mavrakis
 
AMARILLO. El autor, Matt Groening, bocetó a Los Simpson en 15 minutos. La franquicia vale U$S 2.500 millones. Podría pasar a formar parte de la historia universal reciente que Los Simpson –Els, Os, Die o The Simpsons, según algunos de los 60 países donde se emite– aparecieron por primera vez hace 20 años como un breve segmento animado del "Tracy Ullman Show". Matt Groening, el hombre que nació en Portland, EE. UU. hace 53 años hizo un primer boceto de la familia amarilla mientras esperaba que lo recibiera el productor James L. Brooks. En quince minutos había inventado una excusa para no arriesgarse al fracaso que hubiera podido esperarle a los dibujos animados de "Life in Hell", una historieta que publicaba desde principios de los ´80 y que sólo a finales de la década empezaba a tener éxito en algunos diarios californianos. Pero Groening tenía que presentarle a Brooks algo más que un dibujo. En el apuro bautizó a sus personajes uno por uno: Homero fue el nombre de su propio padre. Marge, con un peinado en homenaje a la novia de Frankenstein, una derivación de Margaret, el nombre de su madre. Lisa y Maggie, los nombres de sus dos hermanas. El nombre de Bart se resolvió en un juego de palabras: el anagrama de "brat", que significa "mocoso". Los quince minutos de espera se escurrían y necesitaba algo más, un apellido: Simpson, que no significa más que "el hijo de un simple". Dieciocho años y 400 capítulos después de que la serie debutara de manera independiente en la Fox, por entonces un canal en ascenso que buscaba con desesperación algo nuevo que lo sacara del gris pálido con el que se perdía en la grilla de canales norteamericanos, la serie se convirtió en una franquicia amarilla que le retribuyó más de U$S 2.500 millones desde su creación, y en la serie animada de televisión más longeva y famosa del mundo, además de en un ícono consolidado de la cultura occidental.

Revista Noticias 

Con motivo del estreno mundial de "The Simpsons Movie", la prestigiosa revista científica "Nature" ha entrevistado esta semana al productor ejecutivo de la película, Al Jean, y ha seleccionado los diez momentos "más científicos" de la serie televisiva protagonizada por Homer, Marge, Bart, Lisa y Maggie Simpson.

Como en otros asuntos, cuando "Los Simpsons" analizan una cuestión científica tratan de "mostrar las dos partes" para "permitir a los telespectadores formarse su propia opinión", explicó a "Nature" Jean, que también es el guionista jefe de la serie.

Y para ello cuentan con un equipo de guionistas con una amplia formación científica, capaces de aderezar el programa con chistes sobre matemáticas o física.

Entre los momentos "más científicos de la serie", la revista destaca uno de los episodios especiales emitidos por Halloween, en el que el Premio Nobel de Química Dudley Herschbach entrega un Nobel al Profesor Frink, el científico excéntrico de Springfield, el pueblo ficticio donde vive la familia Simpsons.

Su mérito: devolver a la vida a su padre muerto.

O cuando Lisa, aburrida por la falta de estudios, construye una máquina de movimiento continuo. La idea no agrada a Homer, que le advierte: "Lisa, en esta casa nosotros obedecemos las leyes de la termodinámica".

Ese interés por las cuestiones científicas se mantiene en la película.

"La crisis que precipita el argumento es medioambiental. Lisa está intentando advertir al pueblo sobre ello y da una conferencia titulada "Una verdad molesta"", explica Jean en la entrevista.

El productor destaca como Lisa, pese a tener sólo ocho años de edad, es a menudo "la voz de los guionistas" y muchos miembros del equipo se identifican con ella.

"Pero también es caracterizada como un personaje socialmente impopular y que no siempre se la escucha", añade.

Jean recuerda cómo tanto el público como él mismo estuvieron "encantados" con la aparición en la serie de Hawking, el científico que ha profundizado en el conocimiento sobre el origen del universo y la existencia de los agujeros negros.

Destaca, no obstante, cómo "una broma que refleja la actitud de los ciudadanos hacia la ciencia es cuando (el prestigioso científico) aparece frente a los habitantes de Springfield y les dice lo que deberían hacer. Y Homer dice: "Sí, Larry Flynt tiene razón".

Y si le preguntan por qué científico, de todos los tiempos, le gustaría tener como invitado en el programa no lo duda: Isaac Newton.

"Pero si tiene que estar vivo, es una pregunta difícil. Hace 50 años, Albert Einstein era la personificación de un científico y era considerado un héroe. Pero no hay ninguna figura comparable en la actualidad".

Diario El País