Entre el chiste y la discriminación

De rubias y pelirrojas

Realidad social y variantes genéticas.

El rojo como blanco

Fideos con tuco, fosforito, ketchup, mufa... En la Argentina, las bromas contra los pelirrojos son típicas de la infancia o la adolescencia, pero en Inglaterra hasta los adultos aseguran ser maltratados.

Por Ana Florian. De la Redacción de Clarín.com

La mayoría de los pelirrojos alguna vez fue blanco de bromas por su color de pelo. Pero, ¿se trata de chistes inocentes o de actos discriminatorios? En la Argentina, en general, esta situación se limita a cargadas durante la infancia o la adolescencia; en Inglaterra, en cambio, parece ir más lejos. Allí, son muchas las personas -adultos incluidos- que aseguran ser víctimas de maltratos por esta condición. El debate acerca del Gingerism (palabra que se utiliza en inglés para nombrar este tipo de exclusión) se desató por la denuncia de una familia de Newcastle, que dijo haber tenido que mudarse tres veces debido al abuso que sufrían por su tipo cabello. El padre, Kevin Chapman, contó a los medios cómo su hijo de 11 años había intentado suicidarse por esta razón y su testimonio conmovió a la opinión pública, mientras que otro caso de discriminación mucho más grave había ocurrido en 2003, cuando un chico de 20 años fue apuñalado por la espalda, según la BBC.

Al parecer, soportar cargadas (que no siempre se hacen sin malicia) es parte de la vida cotidiana de los pelirrojos en Inglaterra. Fue así como la fotógrafa y periodista Charlotte Rushton, motivada por sus propias experiencias, decidió hacer el libro "Ginger Snaps". De las 300 personas que contactó para realizarlo, sólo dos dijeron no haber recibido burlas por este rasgo. "Sobre todo acá nos tratan muy mal, hay gente que te desprecia. No quiero ponerme a la defensiva, quiero celebrarlo. Quiero que se den cuenta de que es fenomenal, mágico, natural, como una flor. Quiero que Gran Bretaña piense en nosotros como un tesoro, más que como una tragedia", explica a Clarín.com. Es que ella también tuvo que pasar por varias situaciones incómodas. "Cuando iba a la escuela me agarraban seis chicos e intentaban bajarme la bombacha para ver si era una 'verdadera pelirroja'. Yo les pegaba y me iba, pero era humillante", cuenta. Sin embargo, asegura estar orgullosa de su color de pelo y dice que en otros lugares se sintió halagada por esta característica. Entonces, ¿por qué en su país natal existen estos prejuicios? Para ella, la respuesta es clara: "Los ingleses tienen la costumbre de menospreciar todo lo que es fuera de lo común".

En la Argentina, la situación parece ser diferente: aunque acá los pelirrojos también son blanco de chistes fáciles, no hay registro de casos graves de discriminación. El Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), según datos provistos por el mismo organismo, nunca recibió denuncias por este motivo. Sin embargo, son varios los que en algún momento de su vida sufrieron por tener cabello colorado, sobre todo en la infancia.

Lucas tiene 24 años y, aunque asegura que con el tiempo las bromas fueron disminuyendo, todavía recuerda cómo vivió su paso por la primaria: "Me sentía discriminado, solo. Después uno aprende a convivir con eso y se ríe. Ahora me gusta ser diferente, pero antes era peor: llegaban a no darte bola por ser así". Como él, son muchos los que guardan anécdotas sobre las cargadas que recibían por ser pelirrojos. "Cuando tenés entre 10 ó 12 años, mientras que para toda tu familia sos simpático, cuando estás con tus compañeros es muy fácil que te pongan apodos. Hay un punto en que te reís, pero después se te complica. Tenía un amigo que me perseguía y me decía 'ketchup' todo el tiempo. A veces sufrís porque te agarra uno de punto y te defendés hasta donde podés, pero sos chico y te duele", cuenta la socióloga María Galleano.

Otros, en cambio, a pesar de haber tenido que bancarse los típicos chistes, aseguran no haberse sentido mal. "Depende de cómo te lo tomes. A mí me han gastado, pero yo también lo hice. Si me decían 'fideos con tuco', yo decía 'callate, vos, fideo largo'. Siempre tenés algo para retrucar. Yo no lo viví como una discriminación. Si vos tenés un perfil de quedarte callado, vas a perder cualquier batalla. Hay que contestar porque nadie es perfecto, siempre hay una narigón o uno que es muy flaco", comenta Maximiliano Pieri, un odontólogo de 30 años.

Para la mayoría, las cargadas se terminan con el paso de los años, especialmente en el caso de las mujeres. Para ellas, este color de pelo deja de ser un aspecto gracioso, para convertirse en elemento de seducción. "Es verdad que a los hombres los siguen gastando y a nosotras nos quieren conocer sólo por ser coloradas. Llama mucho la atención, genera fantasías. Después hay que defenderlo en la realidad", dice María.

Por otra parte, las bromas se deben en cierto punto a los mitos que se generan alrededor de este color de cabello. Uno de éstos tiene que ver con la creencia de que provocan mala suerte. En Yahoo! Respuestas, por ejemplo, ante la pregunta "¿Qué cosas traen mala suerte?", se puede leer: gatos negros, pasar por debajo de una escalera, romper un espejo, derramar sal, el número 13, abrir un paraguas bajo un techo y ¡cruzarse con un pelirrojo! "Hay veces que te tildan de mufa y eso molesta. ¿A quién no le molestaría?", se pregunta Lucas. Maximiliano, por su parte, aconseja: "Una vez alguien me dijo que había escuchado que insultar a un colorado era de buena suerte, y yo le contesté que era al revés. Entonces, ante la duda, no va a decir nada".

Fideos con tuco, fosforito, ketchup o mufa. Si son chistes inocentes o actos discriminatorios, probablemente varíe en cada caso. Lo cierto es que, al menos en la Argentina, hay algo seguro: la mayoría de los pelirrojos está destinado a perder su nombre. "Estás tan acostumbrado al 'Colo', que a veces no respondés si te dicen de otra manera", asegura Maximiliano. "A mí me pasa que hay gente que ni sabe cómo me llamo y me reconoce por 'Colo'. Tu identidad termina siendo que sos colorada", resume María. 
 

LA FASCINACION POR EL PELO CLARO TIENE RAZONES HISTORICAS Y ANTROPOLOGICAS

El fin de las rubias: dicen que en 200 años ya no existirá ese color de cabello natural

Para los científicos, desaparecerá por el mayor crecimiento de la población con genes morenos.

Alrededor de 2200 nacerá en Finlandia la última rubia del planeta. Esta afirmación fue transmitida desde 2002 por diferentes medios, desde The New York Times hasta la BBC. Como fuente del estudio que anuncia "la extinción del gen que caracteriza a las rubias auténticas" se citaba a la Organización Mundial de la Salud.

Aunque el organismo no lo confirmó, el pronóstico tiene fundamentos. En el planeta hay 6.500 millones de individuos. 1.000 millones se encuentran en Africa y 4.000 millones en Asia, según el Buró de Referencia Demográfica. En 2050, habrá 9.000 millones. Los 3.000 millones adicionales serán principalmente originarios de Africa, Asia y América del Sur.

La frecuencia de rubios, raros fuera de los países occidentales, disminuirá mecánicamente. Sobre todo si se tiene en cuenta que este color de pelo, al igual que los ojos azules, se debe a genes recesivos. "Para ser rubio, es necesario un gen que imponga ese carácter venido del padre y otro de la madre -señala el genetista Axel Kahn-. Si el número de genes rubios se mantiene constante pero aumenta el de morenos, habrá una probabilidad decreciente de que dos personas hereden dos genes rubios. Una hipótesis realista sería la aparición de un perfil de humano mestizado, como el brasileño".

La empresa de belleza L'Oréal ya se adelantó. Construyó en Francia un centro mundial dedicado a la investigación capilar, donde trabajará de aquí a 2010 en "una nueva forma de belleza, el cabello mestizado", explica Patricia Pineau, directora de comunicación del área de investigaciones. Según un estudio hecho en miles de cabelleras, L'Oréal ya enumeró ocho, en vez de tres, tipos de cabello: "Hasta ahora, se distinguía el caucásico, africano y asiático. Establecimos una clasificación más respetuosa de la geografía humana, basada en el rizado del cabello: desde muy lacio (Asia, México) hasta muy crespo (Ghana, Brasil)".

En las próximas décadas, la proporción de color rubio natural irá achicándose, pero el mito podría crecer. Ya en Europa una de cada tres mujeres se tiñe de un matiz de rubio cuando, en realidad, afirma Joanna Pitman -autora del libro "Las rubias"-, sólo "un adulto de cada 20 en EE.UU. y Europa tiene ese color auténtico". ¿Por qué tal fascinación? La historia se remonta, según la escritora, a Venus-Afrodita, diosa del amor de pálida cabellera. "Cada época le confirió al rubio valores que reflejaban sus preocupaciones. Vicio durante la Edad Media, obsesión en el Renacimiento, mística en la Inglaterra isabelina, ideología en los años '30, señal de incitación sexual en los '50". ¿Y hoy? Para la autora británica Marina Warner, especialista en mitos, "ser rubio es recordar el color de la infancia, buscar la eterna juventud".

El psicoanalista Samuel Lepastier afirma que el mito está ligado a la historia europea. El continente, invadido por pueblos rubios (dorios, francos) asoció el color al vencedor. "Es un mito fundador de la desigualdad de las razas humanas. Su versión más delirante fue el racismo hitlerista", señala.

Pero hay otras explicaciones, más allá del fenómeno sociológico. El antropólogo canadiense Peter Frost sostiene que está ligado a la "selección sexual que privilegia los matices intensos pero también los colores raros. La atracción sexual se orienta hacia las variantes menos frecuentes. Así se instala un equilibrio dinámico que lleva a una diversidad de la especie".

Para Lepastier, la fuerza simbólica del rubio es fruto de 200 años de supremacía de occidente. Y, con el vuelco del planeta hacia Asia y otras culturas dominantes, nada dice que el mito rubio no pueda ser reemplazado por otro. Los genetistas están seguros de algo: el fenotipo rubio no se apagará. "Podrá resurgir, como lo hacen actualmente las enfermedades raras", dice Axel Kahn.

TRADUCCION: Cristina Sardoy

Las platinadas divas de Hollywood

"Los caballeros las prefieren rubias" no sólo era el título de una obra teatral llevada al cine en 1953 por Howard Hawks sino, casi, la definición de un concepto que primaba en el Hollywood de entonces. No por nada la película lanzó a la fama a Marilyn Monroe -una rubia que no era natural- e hizo del rubio casi platinado una moda que pasó del cine a la vida cotidiana.

Hollywood tenía muchos antecedentes al respecto (el más impactante, el de Veronica Lake, rubísima más allá del blanco y negro de las películas), pero el rubio entonces triunfó y, parecía, era para siempre. Vean a Kim Basinger en Los Angeles: al desnudo: el modelo era ése. O Grace Kelly o Ingrid Bergman, o todas las rubias que perturbaban a Alfred Hitchcock.

Pero los parámetros fueron cambiando y las estrellas de las décadas posteriores lograron esquivar la dictadura de lo rubio. En los años '60 pareció que las rubias ocupaban el segmento sexy del mercado del cine (con las chicas Bond como Ursula Andress, o Anita Ekberg tirándose a la Fontana de Trevi en La dolce vita), dejando a morochas y castañas el espacio del refinamiento y la elegancia.

De los '80 en adelante pelearon la citada Basinger, Meg Ryan, Melanie Griffith o Uma Thurman con las morenas Demi Moore o Julia Roberts; y últimamente parecen más cerca del cetro sexy chicas de tez y pelo oscuro como Angelina Jolie o Catherine Zeta-Jones mientras que las blondas más famosas -que antes rondaban las playas de Baywatch, como Pamela Anderson- hoy no se caracterizan por explotar su costado sexy, como Gwyneth Paltrow, Renee Zellweger y laLegalmente rubia Reese Whiterspoon (salvo Scarlett Johansson, que parece un fantasma de los '50). También está Paris Hilton, claro, pero eso tiene poco que ver con el cine.

Diego Lerer

Primeras en la web

Las rubias famosas encabezan siempre las búsquedas en Internet. Un vistazo a los rankings de 2006 de dos de los buscadores más famosos comprueba la fascinación que ejercen en todo el planeta las mujeres de cabello dorado.

El año pasado, Paris Hilton estuvo primera en las búsquedas de noticias de Google, dejando detrás al Katrina, el fútbol americano y el programa Gran Hermano. En Yahoo!, otra rubia subió a lo más alto del podio: Britney Spears ocupó el primer lugar. Paris Hilton se ubicó 5ª y otra rubia, Pamela Anderson, rankeó 9ª.

El aspecto es lo menos importante
Ingrid Grudke*

La Naturaleza sabe por qué se producen estos cambios en la humanidad. La Tierra tiene miles de millones de años y la vida se ha desenvuelto con los matices que nos condujeron hasta hoy.

¿Si las rubias son tontas? No me molesta que lo digan, pero en mi caso -pese a que trabajo en este mundo de la imagen- lo más importante sigue siendo la persona, no su aspecto, ni sus posesiones. La propia naturaleza nos enseña esto y será quien nos conduzca a una etapa donde no importen la raza, el color, las ideas y creencias.

Ojalá vayamos hacia una sociedad con menos prejuicios, que es uno de los errores que cometemos en la Argentina, donde nos fijamos más en lo que hace el otro y no en los propios errores. A pesar de estar en un medio al que se podría tildar de frívolo, para mí es esencial el respeto al ser humano. Todos, mujeres y hombres, son inteligentes y actúan y se desarrollan según su capacidad. Este ideal se lo agradezco a la educación que recibí en mi familia y acabo de comprobar en Europa cuánto tienen para enseñarnos en respeto y solidaridad. Menos prejuicios y más respeto: ésa es la clave.

* Modelo, actriz y conductora de TV