Según un estudio realizado por la Universidad de Pittsburgh

La paternidad reduce la práctica de actividad física

Los más afectados son los hombres, que dejan de hacer ejercicio ni bien se convierten en padres. En las mujeres, este fenómeno es menos significativo.

NUEVA YORK (The New York Times).– En sus filas se encuentran ex maratonistas y fisiculturistas, practicantes de surf y buceadores. Ellos también dejaron la carne roja y las grasas trans. Están al día con sus controles anuales de salud y toman los medicamentos como lo indica el médico. Y, sin embargo, este grupo que alguna vez estuvo en buen estado físico se encuentra en riesgo de tener problemas de salud y engordar, debido a una amenaza: los hijos.

Los padres durante mucho tiempo supieron que tener hijos los desviaría de sus mejores planes para ejercitarse. Ahora tienen la evidencia. Un primer estudio sobre el tema dado a conocer en mayo por la Universidad de Pittsburgh concluyó que la paternidad reduce de manera demostrable la actividad física, mientras que el matrimonio sólo tiene efectos insignificantes.

¿Pero hasta qué punto los padres activos se ven afectados por esto? Alrededor de 525 participantes fueron estudiados durante dos años como parte de un estudio de 17 años llamado Estudio de la Actividad Física de la Universidad de Pittsburg. Los que no tenían niños habían perdido sólo media hora de actividad por semana, mientras que los que los habían tenido perdieron alrededor de tres horas y media.

Los hombres, en particular, fueron los más afectados. Las mujeres, que se ejercitaba en promedio cuatro horas antes de tener hijos, perdieron 90 minutos por semana al convertirse en madres. Los nuevos padres, que acostumbraban realizar menos de ocho horas de actividad semanal, la recortaron en cuatro horas y media.

En el estudio tomaron parte sólo los padres de recién nacidos o bebes de manera que los investigadores no tienen datos que sugieran que lo mismo podría aplicarse a los padres de adolescentes. Pero el resultado del estudio puede ayudar a los futuros padres a estar conscientes de los escollos, aseguró Ethan Hull, uno de los investigadores que lidera el estudio.

Sin tiempo

Antes de la llegada de sus hijos, John Corcoran, director operativo de Conception Technologies de San Diego, acostumbraba a realizar de 8 a 12 horas de aikido. Su esposa Michelle, fanática del spinnig y del aerobismo, pasaba por lo menos seis horas en movimiento. "Casarnos no modificó nada de eso", dijo Corcoran.

Pero luego los Corcoran tuvieron una hija, Kate, en 2003. Cuando llegó su hijo Charlie en septiembre pasado, la actividad física como la conocían hacía rato que era cosa del pasado. En su garaje, los juguetes de los niños ocupan todo el espacio en el que antes estaban las bicicletas manchadas de barro y las polvorientas tablas de surf que no fueron utilizadas durante años.

"Ahora la única manera en que realmente hago verdaderamente ejercicio, y con ello significa por lo menos 20 minutos de cardioactividad, es yendo a correr", afirmó Corcoran de 36 años. "Y para hacerlo debo levantarme a las 4.45 AM para poder correr 30 minutos."

Las finanzas también pueden tener algo que ver. "No puedo afrontar los gastos mensuales de lo que acostumbraba a hacer" aseguró Cocoran. "Aikido cuesta 100 dólares por mes". No hay dudas de que al tener menos tiempo libre como padres y más obligaciones (financieras y logísticas) lleva a los que practicaban regularmente, a mucha menos actividad física.

Pero los expertos también señalan muchas otras sorprendentes razones que explican esta declinación. Demasiados son los que tienen una mentalidad de hacer todo o directamente nada, respecto del ejercicio físico, dijo el doctor Harvey B. Simon, profesor adjunto de la Escuela de Medicina de Harvard. Si no pueden encontrar 45 minutos para andar en bicicleta, no lo sustituyen por un paseo con el cochecito del bebe.

"Hay una mala concepción muy difundida que comparten tanto los médicos como el público en general, y es que el ejercicio requiere una determinada cantidad de tiempo y un programa formal", afirmó Simon, que tiene dos hijas grandes. "A mí me gusta decir que el ejercicio aeróbico atrae a pocos y desalienta a muchos."

Retomar el camino perdido

La ejercitación sana para el corazón puede adoptar muchas formas (realizar jardinería, lavar el auto, subir escaleras) y no necesita ser realizada en forma continua para ser beneficiosa, aseguró Simon, autor del libro Plan de ejercicios sin esfuerzo.

El poder realizar tres horas y medio de ejercicio pone a los participantes del estudio por encima de la norma, aseguró Janet Fulton, epidemióloga de la división de nutrición y actividad física del Centro de Control de Enfermedades.

Pero reducir el ejercicio al ser padre tiene costos desconocidos. "Reducir la actividad en este importante período probablemente no va a ayudarlos a adaptarse al hecho de que hay una nueva persona en su casa", manifestó la doctora Fulton. "La reducción del riesgo de enfermedad crónica a largo plazo es grandioso, pero en lo inmediato no obtienen beneficio desde el punto de vista de la salud mental."

Para aquellos padres que no soportan realizar ejercicios, los niños sirven como una excusa a prueba de balas. Cuando un soltero o alguien sin hijos dice que no tiene tiempo para el ejercicio, puede sonar falso. Pero ¿una madre de tres hijos? Miren cómo asienten con la cabeza. Los enemigos del ejercicio utilizan la paternidad como "una excusa para no hacer nada", dijo Dana Wood, que es madre y directora de salud y belleza de Cookie, una revista para padres.

En el otro extremo del espectro, los atletas más duros, que llevan a sus cuerpos al límite antes de tener hijos, aseguran que la paternidad es una larga negociación para lograr igualdad. "Hasta el punto que ahora sigo ejercitándome porque negocié con mi mujer", afirmó Cameron Stracher, autor de Cenando con Papá y corredor de competencias en la universidad.

"La fuente del conflicto es siempre algo así como: «Bueno tú te ejercitaste ayer y yo no tuve la posibilidad, así que hoy me toca a mí»." En estos casos, realizar ejercicios puede alimentar discusiones tan fácilmente como el tema de los platos sucios, dijo Geraldine Kerr, terapeuta matrimonial.

"Sin dudas el tema apareció en consultas de parejas", agregó, especialmente cuando los cónyuges piensan que son los únicos que siempre se quedan en casa.

Sentimiento de culpa

Por otro lado, la culpa desalienta a muchos padres a pasar un precioso tiempo afuera, alejados de sus hijos.Tracy Elmer que ahora tiene 37 años, dijo que luego de su primer embarazo le costó mucho volver a la actividad física. "Puedo recordar que iba a la pileta y sabía que podía estar allí sólo media o una hora, pero había niños ahí y yo me sentía muy mal", admitió.

Otras veces, los sedentarios reconsideran su forma de actuar al convertirse en padres. Neal Pollack, autor del libro Alternadad, dijo que antes de tener a su hijo, que hoy tiene 5 años y se llama Elijah él se ejercitaba lo menos posible. Pero cuando advirtió que los compañeros del jardín de su hijo lo alcanzaban al correr, finalmente recapacitó.

"Yo trataba de alcanzar a mi hijo y a su amigo alrededor del parque la semana pasada y advertí: "Oh, Dios, estos niños están comenzando realmente a ser más rápidos", relató Pollack. Para mantenerse, Pollack corrió una vez este mes. También comenzó a dejar a Elijah en la guardería de su gimnasio y cada tanto lo controlaba mientras tomaba su clase de gimnasia o Yoga.

Algunos padres se erizan ante esa idea y aseguran que ya están demasiado tiempo fuera por su trabajo, pero Pollack bromea. "Si uno no puede dejar a su hijo por una hora en una habitación pintada de colores brillantes con unas chicas bonitas –dijo–, uno tiene un problema."

Por Brad Melekian