En EEUU

Un brazo robótico rehabilita a pacientes con derrame cerebral

A aquellos que perdieron la movilidad de los miembros, les permite recuperar funciones mínimas. Se activa con electrodos.

Amanda Schaffer

El año pasado, la norteamericana Mary O Regan, de 40 años, que en 1986 cayó de una bicicleta, golpeó su cabeza contra el pavimento y sufrió un derrame cerebral que le dejó un brazo inmóvil, se anotó en una prueba clínica para un nuevo dispositivo robótico llamado Myomo e100. Fue creado para ayudar a quienes sufrieron derrames cerebrales a recuperar el movimiento en sus brazos.

Mary O Regan había logrado con la rehabilitación volver a hablar y a caminar. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos no había conseguido recuperar el movimiento de su brazo izquierdo.

Este dispositivo, que se usa como una prótesis para el brazo, funciona de la siguiente manera: detecta la débil actividad eléctrica en los músculos de los brazos de los pacientes y ofrece la asistencia necesaria de modo de que la persona pueda completar ejercicios simples, como levantar una caja o activar una llave de luz. Mediante la práctica de estas tareas, los pacientes están en condiciones de volver a aprender cómo extender y flexionar el brazo, con lo que reconstruyen y fortalecen redes neurológicas.

"Este dispositivo está destinado a ayudar a los pacientes a vencer un obstáculo operativo de modo de que puedan volver a mover el brazo debilitado", explicó John McBean, ingeniero mecánico que fue el creador de esta tecnología junto con Kailas Narendran, ingeniero eléctrico y analista de sistemas. Ambos iniciaron este proyecto en 2002, durante una clase de robótica para graduados en el M.I.T, el Massachusetts Institute of Technology.

"Y cuanto más pueden usar su brazo más mejoras pueden ver. Es un círculo positivo", agregó McBean.

Son muchas las pruebas que sugieren que la práctica diaria de tareas cotidianas con una extremidad atrofiada puede ayudar a los pacientes de derrames cerebrales a recuperar alguna función. Por otro lado, cada vez proliferan más los dispositivos creados para ayudar a los pacientes a realizar tareas cotidianas.

"Se trata de un segmento que avanza a pasos agigantados", observó Hermano Igo Krebs, investigador del M.I.T. y uno de los primeros científicos en vislumbrar la terapia de la robótica para pacientes de derrames cerebrales y otros con lesiones cerebrales o trastornos neurológicos.

"Hay en estos momentos en el mundo cien grupos que están trabajando en esto. Dentro de 5 a 10 años creo que vamos a ver este tipo de dispositivos en todas las clínicas y hospitales de rehabilitación importantes del mundo desarrollado. Hasta en las casas de los pacientes", agregó Krebs.

Cuando Mary O Regan probó por primera vez el dispositivo Myomo, en octubre del año pasado, su brazo fue ubicado en el interior del aparato de metal y plástico y se colocaron luego electrodos en su bíceps y tríceps de modo de detectar la actividad eléctrica.

En un comienzo, su brazo estaba doblado en un ángulo de 90 grados. Cuando intentó extenderlo, el dispositivo se activó y su brazo se extendió inmediatamente.

"Al principio la sensación es rara y desconocida. Uno ve despertar a todos esos pequeños músculos por primera vez en 20 años", contó O Regan.

Con el dispositivo pudo hacer tareas como doblar toallas, abrir cajones y levantar una alfombrita.

Un estudio sobre el dispositivo Myomo, realizado junto con el Hospital de Rehabilitación Spaulding de Massachusetts y publicado en el mes de abril pasado en el American Journal of Physical Medicine and Rehabilitation, descubrió que los pacientes que habían hecho ejercicios con el dispositivo durante un total de 18 horas, durante seis semanas, habían experimentado una mejora de un 23 por ciento en la función de sus extremidades superiores.

El Myomo ya fue aprobado por la FDA (Administración de Alimentos y Fármacos) de Estados Unidos y llegará al mercado en los próximos meses.

El doctor Krebs y el doctor Neville Hogan, neurólogo e ingeniero mecánico del M.I.T., también crearon otros dispositivos más pequeños, capaces de ser colocados en la muñeca, la mano o el tobillo para asistir en sus movimientos. La Administración de Veteranos de Guerra de EE.UU. también patrocina una importante prueba sobre este tipo de prótesis robóticas para el codo, el hombro, la muñeca y las manos.

Por el momento se ignora si estas prótesis pueden ayudar también a aquellos pacientes que sufrieron lesiones en la médula y otras zonas.

TRADUCCION: Silvia S. Simonetti