Desde su niñez, la vida de Teodoro Astudillo Molina ha estado involucrada con la Medicina, de la cual ni él ni sus hermanos pudieron escapar. Claro, de padre médico... hijos médicos: un cirujano, dos ginecólogos, un otorrinolaringólogo y una psicóloga clínica; además de unos cuantos tíos médicos.
En 1957, Rubén Astudillo Quintanilla —su padre— fundó el Hospital Latinoamericano, casa de salud que ya cumplió 50 años de servicio a la comunidad —acontecimiento que fue reconocido por el Municipio de Cuenca— en la cual se criaron sus hijos e influyó de forma determinante para el rumbo profesional que ellos tomarían.
En abril de 2007, Teodoro Astudillo Molina cumplió 25 años de médico, veintiuno de los cuales como ginecólogo y obstetra —especialidad en la cual es uno de los más destacados de la ciudad de Cuenca y del Ecuador, al punto que por sus logros profesionales la Sociedad Ecuatoriana de Ginecología capítulo Azuay lo reconoció como “El Padre de la Ginecología de Cuenca”—. Trabaja en el Hospital Latinoamericano.
Teodoro Astudillo Molina considera que el ejemplo de su padre, médico en cirugía general, fue determinante para que él haya seguido también esta profesión.
DEFINICIÓN DE LA PROFESIÓN MÉDICA
“Es una vocación de servicio a los demás”, afirma Teodoro Astudillo; y agrega: “En esta profesión la ética es fundamental, porque la Medicina puede prestarse para muchos desaciertos sino practicamos esos principios básicos del ser humano”.
Este médico ecuatoriano —que en 20 años ha atendido más de 890 partos—, admite que la Medicina es una carrera muy sacrificada que no reconoce ni fin de semana, ni noche, ni día, ni feriados en el servicio al cliente. “Justamente ese ejemplo seguimos de mi padre”, dice, porque para la profesión médica muchas veces el tiempo está por encima de la familia, “la parte económica pasa a segundo plano y más bien se vuelven logros ya de tipo personal”.
EXPERIENCIAS QUE MARCAN UNA VIDA
“El ejemplo de mi padre ha sido lo importante”, enfatiza el doctor Tedoro Astudillo, quien se remonta a la década de los setenta, y recuerda a su padre (cirujano general) realizando cirugías en amígdalas, apéndices, vesículas, e inclusive cesáreas, es decir hacía de todas las especialidades.
Otro recuerdo que marcó su vida sucedió hace 40 años, cuando su padre, en uno de sus viajes a Europa, “trajo unos testículos de silicona, para ponerle a un paciente que de niño había sido mordido y extirpado los testículos por un perro, y se sentía terriblemente acomplejado”.
Estos recuerdos imborrables —dice Teodoro Astudillo— “me reafirman en la idea de que la Medicina es una vocación de servicio; pensar siempre en el bienestar común; dedicándose a una clientela que hasta el día de ahora está con nosotros”.
FRACASO: MAESTRO INFLEXIBLE
“Lo que más huella nos deja indudablemente son los fracasos: cuando no podemos salvar una vida, cuando se complica una madre y un niño y nos vemos atados de manos y no podemos hacer nada, y todo el peso de la responsabilidad recae encima del médico tratante. Porque, como hemos conversado con muchos colegas, cuando usted hace una cirugía y tiene un problema anestésico, por ejemplo, los familiares van a reclamar al médico de cabecera no al anestesiólogo. Y a veces es una responsabilidad grande que uno tiene que llevar con todo el equipo.”
“Y justamente esos fracasos —continúa Teodoro Astudillo— nos permiten reflexionar, darnos cuenta que somos seres humanos, que tenemos que poner los pies sobre la tierra y saber que tenemos limitaciones, que hay cosas que se nos van de las manos. Son situaciones que no podemos solucionar y no es que hemos fallado, sino que la vida es así. Cuando pasan estas situaciones, y no podemos dormir hasta que se recupere el paciente, decimos: Somos seres humanos y todos los adelantos no valen para nada.”
A juicio del especialista, estas crisis son las que hacen ratificar al médico la profesión escogida, y una vez que las supera continúa la lucha con nuevas victorias o fracasos.
La Medicina es una de las profesiones con evidente vocación de servicio a los demás.
CUATRILLIZOS Y EL PARTO SIN DOLOR
En uno de los tratamientos de reproducción asistida, efectuado por Teodoro Astudillo, una paciente quedó embarazada de cuatrillizos. El proceso fue exitoso y el nacimiento se efectuó en junio de 1998. Al año 2007, los niños tienen nueve años de edad.
Otro hecho destacable, llevado adelante en el Hospital Latinoamericano de Cuenca durante ya 21 años, es el parto sin dolor con anestesia. El origen de esta práctica en dicha casa de salud, comenzó cuando en 1986 el doctor Astudillo regresó al Ecuador una vez que se especializó en Ginecología y Obstetricia en Barcelona, España.
El “parto sin dolor” es un parto con una analgesia que se utiliza por vía peridural, en el cual participan un ginecólogo y un anestesiólogo, además del empleo de equipos tecnológicos para el control, por ejemplo, de monitoreo fetal. La constitución española, dice Astudillo, señala que la mujer tiene derecho a un parto sin dolor, lo que se aplica en todas las casas de salud de ese país.
RESISTENCIA A LOS CAMBIOS
En 1992, el Hospital Latinoamericano de Cuenca inició con la cirugía endoscópica. Y en notas periodísticas de diario El Mercurio, uno de los más importantes de esa ciudad, se presentaban opiniones de médicos opuestos a esa técnica médica. La consideraban una “locura” que no podía aplicarse en su medio.
El tiempo transcurrió y algunos médicos que en un inicio manifestaron su desacuerdo, ofrecieron disculpas y ahora realizan ese tipo de cirugía.
Algo parecido sucedió cuando en dicha casa de salud, realizaron la primera histeroscopia (año 1986) o la primera histeroctomia laparoscópica (1992).
En 1990, efectuaron el primer tratamiento con semen de donante, de cuyo resultado hoy existe una joven de 17 años.
HACIA UNA MEDICINA SOCIALIZADA
El hiperdesarrollo científico y tecnológico puede ser peligroso para la humanidad, si no va acompañado de ética. A este respecto, Teodoro Astudillo piensa que debe existir una legislación acerca de los adelantos de la ciencia y tecnología en Medicina para evitar llegar a extremos dañinos.
Él está convencido de que la manipulación genética es el futuro de la Medicina. Además, cree en una “medicina socializada” a la cual tengan acceso todas las personas y no sea sólo privilegio de unos pocos. Para ello, sostiene, hacen falta políticas estatales y conciencia de los médicos que contribuyan a mejorar la calidad de vida.
EL HOGAR
Al igual como sucedió con él, su esposa e hijas (dos) comparten los momentos que la profesión médica deja libre. Sin embargo, Teodoro Astudillo confiesa no haber tenido problemas en este sentido, puesto que siempre ha tenido el apoyo y compresión de su familia.
El estudio universitario de sus hijas también está relacionado con la Medicina. Una de ellas escogió la biotecnología, y trabajará en el laboratorio de reproducción asistida del Hospital de la familia. Mientras tanto, su otra hija se decidió por la cosmetología, área que todavía no dispone la institución familiar, y que será creada a la llegada de la nueva profesional.
EL TRABAJO Y LA EQUITACIÓN
Una semana normal de trabajo, para Teodoro Astudillo, transcurre de la siguiente forma: el día comienza a las seis de la mañana, puesto que generalmente las cirugías están programadas a las siete, luego de lo cual atiende la consulta hasta la una de la tarde. Regresa a su casa a almorzar. Después vuelve al consultorio, pasa visita a los pacientes y nuevamente a la consulta de cuatro a siete de la noche. La mayoría de los partos son en la noche.
Su principal entretenimiento es la equitación, a la que dedica tiempo los fines de semana.
En el año 2003, mientras cabalgaba sufrió una caída del caballo y se fracturó el fémur. La recuperación fue larga, demasiado larga (tres años), debido a que como dice un proverbio popular: “En casa de herrero, cuchillo de palo”.
La primera cirugía resultó mal, y debió volver al quirófano cuatro veces más. Ahí, le tocó estar de paciente, sufrió el dolor, vio limitado su trabajo y sintió miedo. “Uno piensa que tiene la salud de hierro y que nunca le va a pasar nada, que nunca se va a enfermar, y no es así”, reflexiona.
HOJA DE VIDA
Teodoro Astudillo Molina
Nacionalidad: Ecuatoriana
Edad: 50 años
Ginecólogo - Obstetra
Laparoscopia y Esterilidad
Especialista por la Universidad Autónoma
y el Instituto DEXEUS de Barcelona, España
Miembro FIGO, AAGL y ALACE
Consultorio: Hospital Latinoamericano
Teléfonos: (593 7) 837-114 / 827-074
Fax: (593 7) 844-548
e-mail: toastudillo@etapaonline.net.ec
Cuenca - Ecuador