TARANTO. ANSA Y DPA
Ocho pacientes murieron en las últimas dos semanas en un hospital del sur de Italia después de que se les suministrara gas venenoso por error. Es que hubo una confusión en la conexión de tubos de oxígeno de la sala de cuidados intensivos, según una denuncia que investiga la fiscalía italiana.
El caso trascendió el viernes tras la muerte de una mujer de 73 años, hospitalizada en la unidad de terapia intensiva coronaria, un pabellón inaugurado el 20 de abril, donde había 21 personas. La mujer, cuyo estado no era grave, murió, según parece, luego de que le dieron protóxido de nitrógeno —un gas que se usa como anestésico— a través de los tubos de oxígeno cuando era intervenida quirúrgicamente.
El director sanitario de la unidad médica local de la ciudad de Táranto, Marco Urago, dijo ayer que "la presencia de protóxido de ázote (nitrógeno) fue causada por un error de conexión" en la línea de oxígeno a otra de distribución de ese gas.
El jefe del gobierno italiano, Romano Prodi, pidió hacer un análisis puntual de las responsabilidades: "Es necesario examinar seriamente lo que ocurrió y tomar las medidas consecuentes", agregó. "Tenemos que trabajar para que episodios como estos no tapen lo bueno que hay en un sistema de salud como el italiano", dijo Prodi.
La alarma sobre la situación en el hospital del sur del país fue lanzada por Urago, mientras que la hipótesis de delito sobre la cual investiga la justicia es la de homicidio culposo múltiple contra desconocidos.
***
EL PAÍS - Sociedad - 07-05-2007
Italia investigará a decenas de médicos tras ocho muertes por un error sanitario
E. G. - Roma
Cosima Ancona, de 73 años, murió el viernes en el hospital de Castellaneta (Puglia) porque en lugar de inhalar oxígeno inhaló protóxido de nitrógeno, un gas anestésico. La máquina que dispensaba los gases tenía los tubos cambiados, y se sospecha que otras siete personas murieron por la misma causa en esa unidad hospitalaria desde el 20 de abril, la fecha en que se inauguró. El por ahora inexplicable fallo ha permitido descubrir que la máquina de gases fue verificada en 2005, pero no entró en funcionamiento hasta abril de este año. Durante ese tiempo, nadie volvió a revisarla. La tragedia de Castellaneta constituye un ejemplo de lo que no funciona en la sanidad italiana.
El hospital de Castellaneta solía tener pocos pacientes, porque daba miedo: en 1988 fue clasificado como uno de los peores centros sanitarios del país. Las autoridades regionales decidieron modernizarlo y construyeron un nuevo edificio, concluido en 2000. Pero, por falta de personal, el hospital nuevo no fue inaugurado hasta 2005. Durante todo ese tiempo, los aparatos permanecieron cubiertos por plásticos. La máquina con los tubos cambiados fue verificada poco antes de la inauguración, en 2005, pero pasó otros dos años bajo la funda.
La empresa que instaló la máquina en cuestión se llama Ossitalia. La policía ha descubierto, sin embargo, que la instalación había sido adjudicada por contrato público a una constructora, Matarrese, que subcontrató el trabajo a otra sociedad, Sapio, que a su vez subcontrató los servicios de Ossitalia. La Fiscalía de Taranto pedirá hoy el secuestro preventivo de los 70 aparatos dispensadores de gases que Ossitalia tiene en hospitales de toda Italia, e incluirá en el registro de investigados, bajo la hipótesis de homicidio, a decenas de médicos y técnicos. La máquina no fue revisada hasta el octavo fallecimiento.
Esta semana empezarán las autopsias. "Si los indicios se confirman, será el error sanitario más gigantesco del que he tenido noticia en toda mi carrera", declaró Aldo Petrucci, fiscal jefe de la provincia de Taranto.