Las mujeres con niveles particularmente bajos de la dehidroepiandrosterona (DHEA) durante la menopausia son más propensas a padecer disfunción sexual, según sugirió un nuevo estudio de investigadores de la University of Pennsylvania (Estados Unidos), publicado en “Obstetrics and Gynecology”.
Los autores hallaron que entre más de 300 mujeres a las que habían estudiado durante tres años, la disfunción sexual se había vuelto más frecuente a medida que avanzaban en la menopausia. En tanto, las participantes posmenopáusicas eran dos veces más propensas que las premenopáusicas a mencionar problemas como la falta de interés sexual, el dolor o la imposibilidad de llegar al orgasmo. Pero los expertos también hallaron que otros factores favorecían en ellas la disfunción sexual, como el nivel de la hormona DHEA. Las mujeres con niveles relativamente bajos de esta hormona en la sangre eran un 59% más propensas a tener problemas sexuales que aquellas con altos niveles.
El estudio, dirigido por la Dra. Clarisa R. Gracia, incluyó a 311 mujeres que tenían entre 35 y 47 años al inicio. Una vez por año, los investigadores les tomaron muestras de sangre para medir las distintas concentraciones hormonales. Las mujeres respondieron además cuestionarios sobre su salud, los ciclos menstruales y la vida sexual.
El equipo halló que un tercio de las participantes tenían algún grado de disfunción sexual al final de los tres años del estudio.
Las mujeres con niveles relativamente bajos de DHEA tenían más riesgo, como así también aquellas con síntomas de ansiedad y sin una pareja sexual estable. Las mujeres con hijos menores de 18 años que convivían con ellas también eran más propensas a mencionar los problemas sexuales.
Los resultados, según los investigadores, confirman que la disfunción sexual se vuelve más frecuente a medida que las mujeres atraviesan la menopausia, y que las hormonas serían uno de varios factores influyentes.
Obstetrics and Gynecology 2007;109:831-840