La American Society of Anesthesiologists (ASA) difundió la revisión de las guías para el uso de anestesia en las mujeres durante el trabajo de parto y el alumbramiento, sea natural o quirúrgico, y para el control del dolor posparto.
Las nuevas directrices, publicadas en la revista “Anesthesiology”, actualizan a las difundidas en 1998 e incluyen recomendaciones sobre una mayor variedad de técnicas. Las guías también proporcionan información para que las mujeres decidan antes de recibir anestesia durante el parto.
"No todas las mujeres necesitan anestesia durante el trabajo de parto y el alumbramiento", declaró la Dra. Joy L. Hawkins, de la University of Colorado, en Denver, quien presidió el grupo de ASA que elaboró las nuevas guías.
Si una mujer solicita alivio del dolor durante el trabajo de parto y el nacimiento de su hijo, existen varias opciones disponibles según su condición clínica, el trabajo de parto y los recursos disponibles en el centro médico, explicó la Dra. Hawkins.
"Las guías revisadas no garantizan resultados específicos, pero proporcionan recomendaciones básicas según una síntesis de investigaciones y consejos", agregó la Dra. Hawkins.
Esas recomendaciones indican que a las mujeres en trabajo de parto prematuro se les debería ofrecer la opción de recibir la anestesia epidural y que se les debería confirman que ese procedimiento no aumenta la probabilidad de necesitar una cesárea.
Las guías establecen la preferencia del uso de la epidural sobre la anestesia general que se aplica en la mayoría de las cesáreas.
Otro punto es que beber líquidos claros en cantidades limitadas demostró llevar alivio a las mujeres durante el trabajo de parto y no aumentar sus complicaciones.
Las mujeres con trabajo de parto sin problemas podrían beber pequeñas cantidades de líquidos transparentes, mientras que aquellas con una cesárea programada, no de emergencia, podrían consumir pequeñas cantidades de líquido claro hasta dos horas antes de recibir la anestesia.
No obstante, indican las guías, las mujeres deben evitar los alimentos sólidos durante el trabajo de parto.
Las pacientes con una cesárea electiva o una ligadura de trompas programada no deben comer seis a ocho horas antes de recibir la anestesia.
Anesthesiology 2007;106:843-863