Ana Carolina Reston Macan estaba internada en San Pablo.Una modelo brasileña de 21 años murió en San Pablo el martes último a causa de un cuadro agudo de anorexia. Ana Carolina Reston Macan estaba internada en San Pablo por una infección urinaria que se transformó en insuficiencia renal y, más tarde, evolucionó a una infección generalizada. La muerte de la joven reabrió la discusión sobre la anorexia y las causas que la producen, que ya no sólo se asocian a los imperativos de belleza mundiales.
La tía de Ana Carolina, Mirthes Reston, le dijo al diario O Globo que su sobrina “comía muy poco, sólo manzanas y tomates. Apenas una vez cada tres o cuatro meses comía el plato que más le gustaba: la feijoada”. Era una huelga de hambre, como define a la anorexia la psicoanalista Haydeé Heinrich, miembro de la Escuela Freudiana de Buenos Aires. Para la psicoanalista, la anorexia es “un llamado de atención a otro que se está comportando de un modo que a la mujer la hiere”. Y agrega que detrás de una muerte por anorexia “hay algo más que seguir un modelo de belleza. No sabemos qué es, pero en la mayoría de los casos hay algo que pasa en los lugares donde la mujer transcurre, que está profundamente alterado”, afirma Haydeé.
Ana Carolina tenía previsto hacer un viaje a París para realizar fotografías, pero debió ser hospitalizada el 25 de octubre, debilitada por anorexia nerviosa, baja súbita de presión y dificultades para respirar. La chica era modelo desde los 13 años y realizó temporadas de desfiles y sesiones fotográficas para catálogos en países como China, Turquía, México, Japón e Italia. La modelo había sido atendida por especialistas y realizó un tratamiento para vencer la enfermedad, aunque negaba estar enferma.
Una de sus primas, Gise Strauss, contó que “a ella no le gustaba que le pidiéramos que comiera. Cuando comía, siempre era poco y, enseguida, entraba al baño y lo vomitaba”. Prácticas como ésa son algunos de los síntomas más comunes en las mujeres anoréxicas. Las causas pueden ser muchas, sin embargo “hay una tendencia a atribuir los casos de anorexia a los imperativos culturales de delgadez, y me parece una atribución simplista”, afirma Irene Meler, coordinadora de Psicoanálisis y Género de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires. Meler dice que “muchas mujeres dejan de comer para evitar crear cuerpos femeninos con curvas, y así mantener una imagen infantil y asexuada”. En el caso del modelaje, es evidente para muchos que las mujeres se abstienen de comer con el fin contrario: tener un cuerpo delgado para cumplir un ideal, “pero hay que ver si esos cuerpos, supuestamente hiperfemeninos, responden a una sexualidad formal y no se trata de cuerpos hechos para mostrar y no disfrutar”, agrega Irene.
El caso de la anorexia en la modelo brasileña, que medía 1,74 metros y pesaba tan sólo 40 kilos, despertó alertas por las fatales consecuencias de la enfermedad. Para la psicoanalista Heinrich, “una cosa es que muchas modelos y bailarinas sean anoréxicas y otra es llegar hasta el límite de morirse”. Para ella, “la delgadez mortal” de Ana Carolina encarna un ideal de belleza que al ser llevado al extremo “lo está denunciando en su vertiente más absurda: la muerte”.
En septiembre pasado, el gobierno español y empresarios de la moda decidieron no aceptar modelos extremadamente flacas en la pasarela Cibeles, el desfile más importante del diseño de moda español. La medida indicaba que las chicas debían tener, por lo menos, el índice de masa corporal en un 18 por ciento, que en el caso de Ana Carolina Reston Macan era de 13,21. La decisión se produjo un mes después de que la modelo Luisel Ramos (22) falleciera durante un desfile en la Semana de la Moda Uruguaya. Al principio se encendieron las alarmas por la posibilidad de que Luisel sufriera algún trastorno alimentario, pero los médicos descartaron esa posibilidad y aseguraron que se trató de una muerte súbita por un paro cardíaco, producido al parecer por un pico de estrés. Haydeé Heinrich concluye que “si bien en el mundo de la moda hay una coerción para que las chicas no superen cierto peso, también es cierto que no cualquier mujer está dispuesta a consagrarse a semejante ejercicio de privación”.
Informe: Katalina Vásquez.
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Brasil: una modelo murió por anorexia y se reaviva el debate
Ana Carolina Reston tenía 21 años, medía 1,74 metro de altura y apenas pesaba 40 kilos.
Eleonora Gosman
Una modelo brasileña de 21 años murió antes de ayer por anorexia. Ana Carolina Reston, cuya historia causó enorme impacto en Brasil, había nacido en el interior de San Pablo. Estaba internada desde el 25 de octubre por causa de una infección urinaria que, por su extrema delgadez, se transformó rápidamente en un cuadro de insuficiencia renal y luego derivó en una infección generalizada. La joven, de 1,74 metro de altura, pesaba apenas 40 kilos.
La modelo trabajaba para L'Equipe. Pero sus cabellos castaños, ojos verdes y sus medidas ya le habían conquistado un lugar entre las agencias internacionales como Ford y Elite.
En el momento de morir su índice de masa corporal era de 13,21, cuando para la Organización Mundial de la Salud debería variar entre 18,5 y 24,9. Su peso tendría que haber sido de 57 kilos. Una tía, Mirthes Reston, relató: "Las piernas eran del grosor de un brazo de una persona normal".
Su prima, Geise Strauss, con quien vivía la joven cuando regresaba a la capital paulista, contó que Ana Carolina apenas se permitía disfrutar de un poco de tomate o alguna manzana. Y después de una refección más completa, solía ir al baño para vomitar lo ingerido.
La familia sólo comprendió que estaba frente a un cuadro complicado cuando la joven fue internada. Nacida en una familia de clase media, la vida no le había sido fácil. Soñaba con ser modelo desde niña y de hecho comenzó a trabajar a los 13 años. Según contó la madre, Miriam Reston, había dejado de viajar con ella cuando tenía 17 años. "No tenía dinero para mi pasaje", relató la señora, que cayó de la categoría de orfebre a la de vendedora ambulante.
Ana Carolina pasaba largas temporadas en el exterior: viajó a China, Turquía, México y Japón. Sus amigos contaron que en la capital mexicana, la chica se quedó sin trabajo al ser abandonada por la agencia, que no le pagó el pasaje de vuelta a Brasil. Fue en ese momento que otra agencia, L'Equipe, la tomó para enviarla a Japón. Ana Carolina llegó a realizar un catálogo para Armani, pero sus contratantes advirtieron que estaba muy flaca y los de L'Equipe decidieron traerla de vuelta. Con todo, y en víspera de la muerte, la agencia le programó un viaje a París.
Los especialistas señalan que el peso muy por debajo del normal puede generar enfermedades como anemias, desequilibrio de sales y agua, e infecciones. La piel se vuelve seca, las uñas se tornan quebradizas y se pierde cabello. Ante la falta de potasio, pueden sobrevenir arritmias cardíacas e incluso convulsiones. Cuando Ana Carolina fue internada, su presión cayó a niveles ínfimos y tuvo que ser trasladada a una unidad de terapia intensiva. Una bacteria atacó su riñón y luego un hongo cubriría sus pulmones.
La necesidad de bajar de peso puede transformarse en un comportamiento autodestructivo. Y lo peor es que la enfermedad se detecta en edades cada vez más precoces, de entre 6 y 10 años. La franja de riesgo está entre los 13 y los 20 años, donde se concentra el 85% de los casos. Este disturbio alimenticio suele abundar en el mundo de la moda y la imagen, entre modelos y actrices, explicó el endocrinólogo Ricardo Botticini Peres, del hospital Albert Einstein.
En setiembre último, en un desfile de Madrid se prohibió participar a modelos que estuvieran excesivamente delgadas. Se abrió allí una polémica internacional. Y varios gobiernos recomiendan desde entonces rechazar a las modelos muy delgadas para evitar que las jóvenes tiendan a imitarlas.
Según la psicóloga María Beatriz Meirelles Leite, citada por los medios brasileños, que trabaja para varias agencias, éstas exigen un patrón estético pero no necesariamente como para comprometer la salud de las jóvenes. Para esta experta fue extraño que L'Equipe no se diera cuenta del problema".
Muchas jóvenes argentinas, con trastornos alimenticios
Hace un par de años, en una entrevista que Clarín le hizo a Julieta Ortega, la actriz declaró que tanto para el cine como para la TV "si no sos flaca no existís". Una frase aniquiladora que grafica la presión que la delgadez ejerce sobre los personajes mediáticos. Cuerpos que definitivamente ejercen influencia en los espectadores. Al igual que las imágenes de modelos escuálidas de argentina y el mundo.
La anorexia y la bulimia son dos de los trastornos alimenticios más frecuentes. En nuestro país las padecen el 15% de los adolescentes. De ellos, el 90% son mujeres y el 10%, varones. Eso es lo que surge de un relevamiento realizado por BACE, un centro especializado en estos trastornos.
La belleza y la delgadez —como sinónimos de éxito— son un signo de estos tiempos de globalización y consumo irrefrenable. En la Argentina es tanto más fácil encontrar ropa chica que talles para gente común que, en diciembre de 2005, la legislatura bonaerense debió aprobar la Ley de Talles, que obliga a los comercios a ofrecer todas las medidas. Y por estos días, la diputada porteña Silvia Majdalani presentó un proyecto de ley para que los maniquíes muestren un cuerpo no menor a una talla 38.
La muerte de la modelo brasileña no tiene muchos antecedentes. En setiembre se pensó que la muerte de la modelo uruguaya, Luisel Ramos, era una de las primeras por anorexia o bulimia en el mundo del modelaje. Pero la autopsia confirmó que había sido por estrés. No obstante, la bulimia y la anorexia existen y muere mucha gente a causa de ellas. Razón que explica por qué Crystal Renn, la diva de Jean Paul Gaultier (que llegó a pesar 44 kilos) hoy menea sus 75 kilos sobre las pasarelas del mundo. O por qué en setiembre de este año la Pasarela Cibeles, un encuentro de moda español de trascendencia mundial, prohibió al 30% de las modelos desfilar. Sus cuerpos no se ajustaban a los parámetros de salud aconsejados.
PILAR FERREYRA