Los anticonceptivos orales (ACO) es el método de contracepción reversible más comúnmente utilizado en Estados Unidos. Entre las usuarias de ACO, la adherencia al régimen de dosificación y la frecuencia de las relaciones sexuales, son los determinantes mayores de un embarazo no deseado. El propósito de este estudio es primero, analizar las características demográficas y estilos de vida asociados con el uso de contraceptivos y su discontinuación, y segundo, determinar si el índice de masa corporal (IMC) está asociado con la adherencia o la frecuencia de relaciones sexuales entre las usuarias de ACO. Se definió adherencia como al no olvido de ninguna píldora durante una semana.
Los resultados que se observaron entre las mujeres que fueron inicialmente inscriptas en este estudio, es que la mayoría eran entre 26 y 35 años, solteras, y con buen nivel educacional. La mayoría de las participantes eran de raza blanca (48,8%) y negra (40,9%), y cerca de la mitad presentaban un IMC en el rango de sobrepeso o obesas (IMC medio 27,2). El método de anticoncepción más popular eran los ACO (39,6%), seguidos de los preservativos masculinos (21,4%), y ligadura tubaria (7,6%). La mayoría de las mujeres no suelen ser usuarias de dos métodos anticonceptivos simultáneos; sin embargo, entre aquellas mujeres que sí usaban un segundo método adicional, el preservativo masculino era el más empleado.
El 91% de las mujeres nunca había usado un método anticonceptivo antes de comenzar con su método actual. Muchas de estas mujeres eligieron métodos efectivos para protegerse de un embarazo no deseado: ACO, preservativos masculinos, inyectables, parches transdérmicos, anillos vaginales, dispositivos intrauterinos, diafragmas, coito interrumpido u otros métodos inespecíficos.
Entre las mujeres que declararon usar condones antes de comenzar con su método actual de anticoncepción, las razones por las que discontinuaron su uso fueron: no tener sexo, desear un embarazo, entre otras. La mayoría de ellas indicaron que querían cambiar a un método más fácil y satisfactorio que el condón, otras tenían una pareja estable, y un pequeño porcentaje pensaba que el condón era incómodo e interfería con su vida sexual. Otras razones para discontinuar su uso incluyeron irritación vaginal y alergia al látex. La vasta mayoría de estas mujeres indicaron que ahora estaban usando un método de control prenatal más efectivo.
Dos tercios de las mujeres experimentaron con los ACO. Las razones para discontinuar su uso fueron: haberse realizado ellas o su pareja esterilización quirúrgica, otras experimentaron náuseas, episodios de depresión, desear un “descanso de hormonas”, haber aumentado de peso, cefaleas, y quedar embarazadas mientras tomaban ACO. Otras razones que manifestaron fueron infecciones micóticas, problemas de adherencia, desarrollo de hipertensión y sangrado intermenstrual. La mayoría de las mujeres cambiaron a otro método anticonceptivo satisfactorio luego de discontinuar los ACO. Sin embargo, el 10,2% empezó a usar el método de coito interrumpido como su método contraceptivo primario.
La mayoría de las usuarias de los ACO actuales eran mayores de 26 años, con buen nivel educacional, solteras y blancas. Cerca del 60% de ellas tenían un IMC menor a 25 y la mayoría no usaba otro método adicional a los ACO. La mayoría de las usuarias de condones eran negras y tenían un IMC en el rango de sobrepeso u obesas.
No hubo una clara asociación entre el IMC y la adherencia. No se encontró una asociación entre el modelo multivariable de IMC y adherencia luego de ajustarlo según raza/etnicidad, estado marital, educación, paridad, ingresos, y uso de ACO para regular los ciclos menstruales. Tampoco se observó asociación entre el IMC y las relaciones sexuales.
En promedio, las mujeres tenían relaciones sexuales 1,5 veces a la semana. Un 26,4% tenía relaciones sexuales los días en que se habían olvidado de tomar la píldora justo una semana antes o después de la semana de placebo. En estos casos se podría reanudar el desarrollo folicular normal y estarían en riesgo de embarazarse.
Resumiendo
En este estudio, encontramos que entre las mujeres usuarias de métodos anticonceptivos de 18 a 44 años, el método más común fueron los ACO, preservativos masculinos, y ligadura tubaria. La mayoría de las mujeres que dejaron de usar los ACO como su principal método anticonceptivo fue a causa de los efectos colaterales; mientras que la mayoría de las mujeres que discontinuaron el uso de los condones fue por desear un método más efectivo y satisfactorio.
Estudios realizados en Estados Unidos y Europa para investigar las razones de la interrupción de los ACO, encontraron que la mayoría de las mujeres lo hacían a causa de los efectos colaterales. Algunos de estos efectos incluyeron náuseas, sangrado intermenstrual, ganancia de peso, cefaleas y cambios de humor. En el estudio realizado en Estados Unidos, las mujeres también citaron dificultades en la adherencia, preocupación sobre la seguridad, y el costo como razones adicionales para discontinuar el uso.
Algunos estudios recientes sugirieron que la obesidad aumenta el riesgo de fracasar con los ACO.
A pesar que un número de mujeres utiliza un método de anticoncepción efectivo como los ACO, muchas mujeres aprovechan otro método efectivo como los parches transdérmicos y el DIU. Pensar que es prometedor que la mayoría de las mujeres que discontinúan el uso de los condones o inician el uso de contraceptivos por primera vez eligen métodos eficaces, es alarmante el dato que la vasta mayoría de las mujeres que discontinúan el uso de ACO eligen un método menos efectivo. En nuestro estudio, aproximadamente el 10% de las usuarias de ACO cambiaron al coito interrumpido como su método anticonceptivo primario. Tal vez los médicos necesitan comprometer a sus pacientes discutiendo más por qué dejan de utilizar un método anticonceptivo efectivo como son los ACO. Por muchas de las razones indicadas, una dosis diferente podría aliviar los efectos adversos o preocupaciones mientras continúan siendo efectivos contra un embarazo no deseado.
Contrariamente, los médicos podrían discutir las ventajas de otros métodos efectivos como los parches dérmicos, DIU, anillos vaginales, o inyectables para que las mujeres no tengan que elegir un método anticonceptivo menos eficaz y se pongan en riesgo de un embarazo no deseado. Si una paciente aún expresa interés en usar un método menos efectivo como el coito interrumpido, los médicos pueden usar esta oportunidad para educar no solo a la paciente, sino también a su pareja, cómo usar este método correctamente.
Sin importar el tipo de contraceptivo que una mujer elija utilizar, los médicos también deberían discutir cómo usar y obtener anticoncepción de emergencia, dado que hasta el método más efectivo no puede prevenir un embarazo no deseado si no se lo usa correcta y constantemente. El conocimiento expandido de la interrupción de métodos anticonceptivos, así como la adherencia a un régimen contraceptivo y frecuencia de las relaciones sexuales, puede ayudar al embarazo, a la efectividad contraceptiva y a las infecciones transmitidas sexualmente.
Aspectos Destacados:
¿A qué pregunta responde este trabajo?
Este trabajo nos muestra la importancia de la correcta elección del método anticonceptivo para que la paciente se sienta segura y cómoda utilizándolo, asegurando se este modo la continuidad en el tiempo.
¿Qué aporta a lo que ya se conocía del tema?
Es alta la tasa de mujeres que abandonan un método eficaz y optan por el coito interrumpido, logrando así un alto índice de embarazos no deseados, aun en mujeres adultas y con un buen nivel educacional.
¿Cómo influye en mi práctica cotidiana?
Debemos tener un excelente diálogo con nuestras pacientes para darle a conocer todos los métodos a su disposición, cómo emplear correctamente cada uno de ellos e instruirla sobre la anticoncepción de emergencia.