El traumatismo abdominal contuso es causa de morbimortalidad en todos los grupos etarios. El diagnóstico de la patología intraabodminal grave resultante suele ser difícil. Muchas lesiones pueden no manifestarse durante la evaluación inicial y el período de tratamiento. Los mecanismos de lesión suelen ser la consecuencia de otras lesiones asociadas que pueden alejar la atención del médico de las patologías intraabodminales que ponen en riesgo la vida.
Fisiopatología
Las lesiones de las estructuras intraabdominales pueden ser clasificadas de acuerdo con dos mecanismos de producción principales: fuerzas de compresión y fuerzas de desaceleración.
Las fuerzas de compresión pueden provenir de golpes directos o compresiones externas contra un objeto fijo (cinturón, columna vertebral). Más comúnmente, estas fuerzas compresivas causan desgarros y hematomas subcapsulares en las vísceras sólidas. También pueden deformar los órganos huecos y aumentar en forma transitoria la presión intraluminal, provocando su ruptura. Este aumento transitorio de la presión es un mecanismo frecuente que interviene en el traumatismo cerrado del intestino delgado.
Las fuerzas de desaceleración causan estiramiento y cortes lineales que se hallan entre objetos libres y fijos. Estas fuerzas de corte longitudinales tienden a romper las estructuras de soporte en la unión entre los segmentos libres y los fijos. Las lesiones por desaceleración clásicas son el desgarro hepático, a lo largo del ligamento redondo y la lesión de la íntima de las arterias renales. Como las asas intestinales pasan por las uniones, como resultado de la lesión de los vasos esplácnicos pueden producirse trombosis y desgarros mesentéricos.
El hígado y el bazo son los órganos afectados con mayor frecuencia, aunque los informes varían. Le siguen en frecuencia los intestinos delgado y grueso. Estudios recientes muestran mayor número de lesiones hepáticas, lo que es atribuido por los autores la mayor cantidad de lesiones diagnosticadas por el uso de la tomografía computariza.
Su frecuencia y la mortalidad resultante varían según las fuentes consultadas.
Historia
-Comienza con la evaluación y la resucitación.
-En general, no se obtiene una historia detallada hasta que se ha recuperado al paciente de las lesiones que ponen en riesgo su vida. Sin embargo, dicen los autores, para hacer una mejor predicción del tipo de lesión y su peligro potencial es importante recabar el mecanismo lesional de los testigos, los paramédicos o la policía.
-La utilización de la regla nemotécnica AMPLE es útil para recordar los elementos clave de la historia.
A (del inglés Allergia)
M (del inglés: medicaments)
P (del inglés: past medical history)
L (de Last [último] comida u otra ingesta)
E (del inglés: Events, sucesos causantes)
-El antecedente de hipotensión fuera del hospital es un predictor de otras lesiones intraabdominales importantes. Aún si el paciente llega normotenso, se lo debe considerar como de mayor riesgo.
Examen físico
Inicia
l
-Al examen y resucitación iniciales le sigue el examen secundario del abdomen.
-Si hay lesiones que ponen en riesgo la vida, postergar el examen secundario hasta que el paciente esté estabilizado.
-También se presentan víctimas de traumas contusos con un abdomen sin signos importantes en la presentación inicial. Muchas lesiones están ocultas al principio y se manifiestan más tarde. El examen seriado frecuente, junto con los estudios diagnósticos apropiados (TC abdominal y ecografía a la cabecera del enfermo) son esenciales en cualquier paciente con un mecanismo de lesión significativo.
Inspección
-Examinar el abdomen para determinar la presencia de signos externos de lesión. Buscar abrasiones o zonas equimóticas.
-Detectar lesiones predictoras de trauma intraabdominal potencial (abrasiones por cinturón, contusiones por el volante). En muchos estudios, el cinturón está relacionado con la ruptura del intestino delgado y mayor incidencia de lesiones intraabdominales.
-Observar el tipo de respiración, dado que la respiración abdominal puede reflejar lesiones de la médula espinal. Buscar distensión y cualquier despigmentación.
-En un paciente con lesiones abdominales contusas, la bradicardia puede indicar la presencia de sangre libre en el peritoneo.
- El signo de Cullen (equimosis periumbilical) puede indicar hemorragia retroperitoneal; sin embargo, este síntoma suele aparecer luego de varias horas. La coloración y edema del flanco despierta la sospecha de lesión retroperitoneal.
-La inspección de los genitales y el periné permite descubrir lesiones de los tejidos blandos, sangrado y hematoma.
Palpación
-Palpar todo el abdomen mientras se evalúa la respuesta del paciente. Detectar tumoraciones anormales, dolor y deformaciones.
-Un tumor consistente puede indicar hemorragia intraabdominal. La crepitación y la inestabilidad de la parte inferior de la caja torácica indican posible lesiones esplénica o hepática por la fractura de las costillas inferiores.
-La inestabilidad de la pelvis indica lesión en el tracto urinario inferior como así hematoma pélvico y retroperitoneal. Las fracturas expuestas de la pelvis ocasionan una mortalidad superior al 50%.
- El tacto rectal y vaginal bimanual permite identificar lesiones y hemorragias.
-El examen de la sensibilidad toracoabdominal permite evaluar posibles lesiones de la médula espinal, las cuales pueden interferir con la evaluación correcta del abdomen por disminución o abolición del dolor.
- La distensión abdominal puede provenir de la dilatación gástrica secundaria a la ventilación asistida o la ingestión de aire.
- Los signos de peritonitis de aparición rápida luego del trauma indican pérdida del contenido intestinal. La peritonitis por hemorragia intraabdominal puede aparecer varias horas después.
Percusión
-El dolor a la percusión es un signo peritoneal.
-El dolor obliga a profundizar la evaluación y a la interconsulta con el cirujano.
Auscultación
-Los soplos abdominales pueden indicar lesión vascular o fístula arteriovenosa traumática.
-Durante la auscultación, palpar con suavidad el abdomen y observar las reacciones del paciente.
Causas
-Las causas más comunes de trauma abdominal contuso se deben a accidentes entre automotores y de automotores contra peatones.
-Otras etiologías comunes son las caídas y los accidentes industriales o por actividades recreativas.
Estudios de laboratorio
-En la actualidad, la evaluación de laboratorio de las víctimas de trauma es un tema de discusión muy importante. En general, se recomiendan análisis de glucemia, recuento de leucocitos, amilasa sérica, análisis de orina, coagulación, compatibilización sanguínea, gases arteriales, dosaje de etanol y drogas en sangre y, test de embarazo (para mujeres en edad fértil).
Hemograma completo
-La hemoglobina y el hematocrito normales no descartan una hemorragia importante. Los pacientes pierden sangre entera. Hasta que el volumen sanguíneo es reemplazado por la solución de cristaloides o aparecen los efectos hormonales (ACTH, aldosterona, hormona antidiurética) y el relleno capilar, la anemia no se hace evidente. No dejar de indicar la transfusión en pacientes con hematocritos relativamente normales (<30%) pero con signos clínicos de shock, lesiones graves (fractura expuesta de pelvis) o, pérdida de sangre significativa en curso.
-Hacer transfusión de plaquetas para los pacientes con trombocitopenia (plaquetas <50.000/mL) o hemorragia en curso.
-Realizar análisis diagnósticos rápidos a la cabecera del enfermo (hemoglobina, hematocrito), los que permiten identificar a los pacientes con pérdidas importantes de volumen y hemodilución. La anemia informada por los gases en sangre también permite hacer el diagnóstico de anemia.
-Algunos estudios han correlacionado hematocrito iniciales bajos (<30%) con lesiones graves.
Ionograma
-En la actualidad, se cuestiona la utilidad de este análisis. La mayoría de las víctimas de traumas son menores de 40 años y raramente están bajo tratamientos que puedan alterar los electrolitos (diuréticos, potasio).
-La conducta más prudente, teniendo en cuenta los costos, es su indicación en forma selectiva (pacientes medicados, con náuseas o vómitos, disritmias o antecedentes de insuficiencia renal u otras enfermedades crónicas asociadas con desequilibrio electrolítico).
- Si no se analizan los gases en forma sistemática pueden determinarse la glucemia y el nivel de dióxido de carbono.
- La glucemia a la cabecera del enfermo con tiras reactivas está indicada en pacientes con alteración del estado mental o del conciencia.
Estudios de función hepática
-Los estudios de función hepática pueden ser útiles aunque pueden estar alterados por otras razones, como el abuso de alcohol.
-Un estudio demostró que el aumento de la aspartato aminotransferasa (AST) o la alanino aminotransferasa (ALT) por encima de las 130 U corresponde a una lesión hepática importante.
-La LDH y la bilirrubinemia no son indicadores específicos de trauma hepático.
Amilasa
- No hay acuerdo sobre su importancia en el trauma abdominal cerrado.
- Muchos estudios han comprobado que el aumento inicial de la amilasa no es sensible ni específico en la lesión pancreática; sin embargo, su elevación a las 3-6 horas del trauma tiene más relación con la lesión del páncreas.
-Aunque ciertas lesiones pancreáticas pueden pasar desapercibidas en la TC realizada inmediatamente después del trauma, aparecen en las TC de las 36-48 horas.
Análisis de orina
-El análisis de orina está indicado en los traumatismos de abdomen y/o flanco, hematuria macroscópica, hematuria microscópica acompañada de hipotensión, y un mecanismos de desaceleración importante.
- Realizare un urograma excretor por pielografía intravenosa o TC con contraste intravenoso.
- La hematuria macroscópica es indicación de cistografía y pielografía intravenosa o TC abdominal con contraste.
-Test de embarazo a todas las mujeres en edad fértil.
Coagulograma
-El costo efectividad de hacer el tiempo de protrombina y el tiempo parcial de tromboplastina al ingreso, en forma sistemática, es cuestionable.
-Hacer estos estudios en pacientes con discrasias sanguíneas, problemas de síntesis como la cirrosis o anticoagulados.
Determinación del tipo de sangre y pruebas de compatibilidad sanguínea
-Determinar el tipo de sangre al ingreso ahorra tiempo en las pruebas de compatibilidad.
- Realizar un set de pruebas de compatibilidad mínimo (4-6 unidades) en los pacientes con evidencia de lesión abdominal e inestabilidad hemodinámica.
- Hasta la obtención de las pruebas de compatibilidad, utilizar sangre O-Rh negativo el tipo específico.
Análisis de gases en sangre
-Puede brindar información importante en las víctimas de traumas graves. Además de la información sobre oxigenación (PO2, SaO2) y ventilación, este análisis
-Realizado al ingresar al hospital permite detectar la acidosis metabólica secundaria a la acidosis láctica que acompaña al shock.
-Un déficit moderado de bases (más de 5 mEq) indica la necesidad de una resucitación intensiva y la determinación de la etiología.
-Mejorar la oxigenación asegurando una SaO2 adecuada (>90%) y un buen relleno capilar con soluciones de cristaloides y, en algunos casos, sangre. El análisis de gases en sangre informa la hemoglobina total más rápido que el hemograma.
Dosaje de drogas y alcohol
-Especialmente en pacientes con trastornos de la conciencia.
-Análisis del aliento o sangre para cuantificar la alcoholemia.
Estudios por imágenes
-Sonograma abdominal focalizado en el trauma (FAST)
-La ecografía a la cabecera del enfermo en forma de FAST, un método no invasivo utilizado en Europa durante más de 10 años y con gran aceptación actual en Estados Unidos. Su certeza diagnóstica es igual a la del lavado peritoneal diagnóstico (LPD) y permite la evaluación rápida del hemoperitoneo. Es operador dependiente pero algunos estudio demostraron que aún los ecografistas noveles pueden identificar líquido intraabdominal libre, especialmente si supera los 500 mL.
-En el paciente con trauma abdominal cerrado aislado y lesiones multisistémicas, la ecografía a la cabecera del enfermo realizada por un sonografista experimentado puede identificar rápidamente el líquido peritoneal libre. La sensibilidad para las lesiones órganos sólidos es moderada en la mayoría de los estudios. No es útil para lesiones de vísceras huecas pero, en estos casos, puede identificar el líquido libre. La FAST está indicado en pacientes con dolor persistente o signos peritoneales, como complemento de la TC, el LPD o la exploración.
- FAST consiste en la visualización del pericardio (desde una vista subxifoidea), los espacios esplenorrenal o hepatorrenal (bolsa de Morison o receso hepatorrenal), las goteras paracólicas y el fondo de saco de Douglas. La primera vista es la más sensible, independientemente de la etiología del líquido.
-El líquido libre, que en el contexto de un trauma abdominal suele considerarse sangre, aparece como una banda negra. El líquido libre en un paciente hemodinámicamente inestable indica la necesidad de una laparotomía de emergencia. En el paciente estable, es útil la TC.
-La sensibilidad y especificidad de estos estudios oscila entre el 85% y el 95%.
Tomografía computarizada
-Aunque la TC es cara y tarda un tiempo en realizarse, en general brinda imágenes más detalladas de la patología traumática y ayuda a elegir la intervención quirúrgica.
- Hacer la TC solo en pacientes con estabilidad hemodinámica. Durante la realización de la TC, deben monitorearse los signos vitales para la detección inmediata de la descompensación.
- La TC puede pasar por alto lesiones del diafragma y perforaciones gastrointestinales, en especial cuando se realiza inmediatamente después de producida la lesión. Es posible que la TC no detecte las lesiones pancreáticas pero sí lo hace en las sucesivas TC realizadas en los pacientes de alto riesgo. Para algunos pacientes, la colangiopancreatografía retrógrada puede complementar la TC para descartar lesiones de los conductos.
-La ventaja principal de la TC es su gran especificidad y aplicación como guía en el manejo no quirúrgico de las lesiones de órganos sólidos.
- Las desventajas de la TC están relacionadas con el alejamiento del paciente del área de resucitación y el tiempo requerido para realizar la TC, comparado con la FAST o el LPD. Para obtener las mejores imágenes tomográficas es necesario el contraste oral e intravenoso.
- En la actualidad, han surgido algunas controversias sobre la utilidad del contraste oral y si la información que brinda compensa el inconveniente de esperar un tiempo para su administración, con riesgo de aspiración. El valor del contraste oral en el diagnóstico de la lesión intestinal es tema de debate, pero todavía no hay respuestas definitivas al respecto.
Procedimientos
Lavado peritoneal diagnóstico
- El LPD es un método de detección rápida de sangre intraperitoneal. Es muy útil para pacientes en quienes no se puede obtener la historia del trauma abdominal (lesiones craneanas, intoxicación alcohólica o por drogas) o no se puede hacer el examen abdominal, o el mismo es dudoso (fracturas de costillas inferiores o pélvicas, examen clínico difícil) y que presentan inestabilidad hemodinámica y lesiones multisistémicas. El LPD también es útil en pacientes en quienes no se puede realizar un examen abdominal seriado (pacientes que permanecen en salas en angiografía o quirófanos por procedimiento ortopédicos o neuroquirúrgicos de emergencia).
- El método de preferencia comprende una técnica abierta o semiabierta realizada por debajo del ombligo. En las embarazadas o en pacientes con un riesgo particular de hematoma pélvico, la punción para el LVP se hace por encima del ombligo.
- Luego de la inserción del catéter en el peritoneo, se intenta aspirar la sangre libre en el peritoneo (al menos 15-20 mL). Si en un paciente inestable se aspiran >10 mL de sangre por encima de la inserción del catéter peritoneal (positivo franco), siempre está indicada la exploración abdominal. Si la punción es negativa, se perfunde 1 litro de solución de cristaloide (por ej., lactato de Ringer) en el peritoneo. Luego, se deja drenar dicho líquido por gravedad y se envía para análisis de laboratorio.
- La presencia de más de 100.000 hematíes/mm3 o más de 500 leucocitos/mm3 se considera un signo positivo.
- Otros resultados del LPD que indican la necesidad de exploración son: la presencia de bilis o una amilasa elevada (indicativa de perforación intestinal), restos alimentarios o bacterias en el examen microscópico.
- En ciertos casos, el LPD puede complementar la TC si el paciente tiene un resultado positivo pero se estabiliza.
- La única contraindicación absoluta del LPD es la necesidad de realizar una laparotomía de emergencia, sin tener en cuenta los hallazgos.
- Las complicaciones del LPD incluyen el sangrado de la incisión y el lugar de la inserción del catéter, infección (herida, peritoneal) y lesión de las estructuras intraabdominales (vejiga, intestino delgado, útero). Estas complicaciones pueden aumentar la posibilidad de estudios positivos falsos. Por otra parte, puede producirse la infección de la incisión, la peritonitis en el lugar del catéter, la laceración de la vejiga o la lesión de otros órganos intraabdominales.
- El sangrado de la incisión, la disección o la inserción del catéter puede provocar resultados positivos falsos que pueden motivar una laparotomía innecesaria. Es necesario lograr una hemostasia apropiada antes de entrar en la cavidad peritoneal y colocar el catéter.
Atención prehospitalaria
-Evaluación inmediata de problemas que pongan en riesgo la vida, iniciando las medidas de resucitación y el pronto transporte al hospital apropiado más cercano, de preferencia un centro de trauma.
- Intubación endotraqueal para asegurar la permeabilidad de la vía aérea. Inmovilización cervical en cualquier paciente que pudo haber sufrido trauma en esa zona. Ventilación artificial en pacientes con compromiso respiratorio, con una fracción elevada de O2 inspirado (FIO2). Mantener la oxigenación a más del 90-92% de saturación.
- La hemorragia externa no suele asociarse con trauma abdominal cerrado. Si está presente, controlar la hemorragia con presión directa. Buscar signos de perfusión sistémica inadecuada. Considerar la hemorragia intraperitoneal ante cualquier evidencia de shock hemorrágico, en ausencia de hemorragia externa. Perfusión de soluciones de cristaloide para la recomposición de volumen; sin embargo, no dilatar nunca el transporte del paciente mientras se coloca la vía para la hidratación parenteral. Durante el trayecto, a los pacientes con signos de shock, administrar solución de Ringer lactato o fisiológica en bolo.
- Evaluar la respuesta clínica del paciente ante el tratamiento con líquidos intravenosos. Como la sobrecarga de volumen puede provocar la recurrencia de la hemorragia, guiarse por la presión arterial sistólica, hasta llegar a 90-100 mm Hg, con la cual se garantiza la perfusión de los órganos vitales.
- Inmovilización inmediata y eficaz del paciente con lesiones multisistémicas y en los pacientes con un mecanismos de lesión que pueda haber afectado la médula espinal. En las zonas rurales, la indumentaria antishock neumática puede ser muy importante para el tratamiento del shock resultante de una fractura pélvica grave.
- Transportar a los pacientes con criterios fisiológicos o anatómicos a un centro de trauma cercano. Informar de inmediato el destino del paciente para que el equipo de trauma esté preparado a su llegada.
Atención en el Departamento de Emergencia
- Realizar una historia rápida para identificar los problemas que ponen en riesgo la vida. Controlar la permeabilidad de la vía aérea.
- Intubación orotraqueal, realizada al mismo tiempo que la inmovilización de la columna cervical. Si se requiere intubación, registrar un examen neurológico breve, si es posible, antes de hacer el bloqueo neuromuscular y la intubación.
- Los pacientes con apnea o hipoventilación requieren soporte respiratorio, como así los pacientes con taquipnea. Oxigenación con un dispositivo con liberación de un FIO2 elevad. La disminución o ausencia de murmullo vesicular aumenta la posibilidad de hemotórax o neumotórax. Por lo tanto, considerar la descompresión por aguja o tubo de toracotomía, aún antes de realizar la radiografía de tórax.
- La presencia de hipovolemia y shock requiere maniobras intensivas de resucitación y la rápida identificación del origen de la hemorragia. Colocar al menos 2 vías periféricas con aguja 18. Usar líneas centrales (de preferencia femoral, con un catéter Cordis) y venostomía (safena, braquial) para pacientes en los que nos se hallan accesos periféricos percutáneos. Administrar un bolo rápido de cristaloide.
- Completar el examen físico completo. Antes de colocar la SNG y la sonda de Foley, realizar el examen completo de la cabeza, el cuello, la pelvis, el periné y el recto.
- Solicitar las primeras radiografías de acuerdo con los hallazgo de la historia. En general, son radiografías cervicales lateral, de tórax de frente y de pelvis. La inmovilización de la columna debe continuar hasta que se haya descartado la existencia de lesiones. Luego de la segunda evaluación se solicitarán las radiografías correspondientes.
- Luego de haber comenzado la evaluación y la resucitación iniciales, se hace la evaluación secundaria para identificar todas las lesiones potenciales y presentes. Rotar al paciente para examinar el dorso y palpar toda la columna vertebral. Investigar cualquier signo de lesión. Realizar tacto rectal.
- Si luego de 2-3 litros de infusión de cristaloides iniciales continúan los signos de shock, administrar derivados de la sangre. Las mujeres en edad fértil pueden ser transfundidas con sangre 0 Rh negativo. La sangre 0 Rh positiva puede ser administrada en forma segura a todos los demás pacientes, incluyendo hombres y mujeres posmenopáusicas. Tan pronto como sea posible, hacer las reacciones cruzadas.
- Para determinar la presencia de hemorragia intraperitoneal se puede hacer la ecografía a la cabecera del enfermo mediante el protocolo de examen de trauma (por ej., FAST). Si los hallazgos son negativos o dudosos, se puede hacer un LPD, en los pacientes con inestabilidad hemodinámica.
- Para los pacientes estable luego de la evaluación inicial y la resucitación, y que presentan una ecografía a la cabecera de la cama o de LPD negativos o dudosos, se harán otros estudios sobre la base de la estabilidad, el mecanismo y la sospecha de lesiones intraabdominales. Se puede continuar con TC con contraste del abdomen y pelvis o exámenes seriados y ecografías.
Interconsultas
- Los mejores resultados en el tratamiento del trauma se obtienen con la participación de especialistas, quienes poseen experiencia y entrenamiento específicos para el manejo de los traumatizados. Los pacientes con trauma abdominal cerrado deben ser evaluados por el cirujano de trauma. Los pacientes con inestabilidad hemodinámica o anormalidad significativas en el examen físico y los procedimientos diagnósticos requieren la participación del cirujano de trauma.
- Los signos específicos del examen físico que indican la intervención del cirujano son los siguientes:
Antecedentes de trauma abdominal, shock o signos vitales anormales (taquicardia, hipotensión)
Evidencia de shock sin hemorragia externa obvia.
Evidencia de peritonitis (dolor, defensa, dolor a la percusión)
Signos que coinciden con lesión intraabdominal potencial (por ej., marcas del cinturón, fracturas de las costillas inferiores, fracturas de la columna lumbar)
Alteración de la conciencia o sensibilidad, por alcohol, drogas o lesión de la cabeza
Pacientes que requieren otras cirugías prolongadas (procedimientos ortopédicos)
Los signos específicos en los estudios diagnósticos, como líquido libre o lesión de órganos sólido en los sonogramas o TC indican la consulta con el cirujano especializado. Aunque se puede hacer un manejo no quirúrgico de las lesiones hepática, esplénica o renal en los pacientes con estabilidad hemodinámica, el paciente debe estar vigilado por un cirujano de trauma entrenado.
Otras indicaciones de la consulta a dicho cirujano son:
Hallazgos positivos en el LPD
Evidencia de contraste extravasado o de aire extraluminal en las seriadas gastrointestinales superiores (por ej., ruptura de duodeno), radiografía simple de abdomen o cistografía.
Fracturas pélvicas graves.
Ruptura de vejiga en la cistografía contrastada o hematuria macroscópica.
Elevación de los valores del hepatograma
Atención posterior del paciente internado
Exámenes seriados
-Las ecografías seriadas pueden ser importantes para identificar lesiones ocultas.
-Cualquier cambio en el examen físico que indique irritación peritoneal es indicación de estudios adicionales, laparotomía, o ambos.
Atención ambulatoria posterior
Antes del alta médica, instruir al paciente sobre signos de lesiones no diagnosticadas.
- El aumento del dolor o distensión abdominal, náuseas, vómitos, debilidad, fotofobia, palidez, nueva hematuria o melena o proctorragia obligan a un retorno inmediato y nueva evaluación.
- Facilitar un seguimiento cercano y repetido.
Tratamiento farmacológico para pacientes internados y ambulatorios
Prescribir con precaución los analgésicos en pacientes dados de alta.
- Para evitar enmascarar o retrasar las presentaciones, asegurarse un seguimiento cuidados para reevaluar a los pacientes bajo tratamiento analgésico.
- La prescripción inicial se podría ser el paracetamol solo o con pequeñas cantidades de analgésicos narcóticos suaves.
- Disminuir al mínimo el uso de analgésicos en pacientes internados para observación.
Los pacientes con indicación de laparotomía pueden requerir antibióticos perioperatorios en forma sistemática.
Los pacientes con reparación de lesiones en víscera hueca pueden requerir adicionalmente antibióticos.
Traslado
Si no se cuenta con la consulta de un especialista en traumas abdominales cerrados, el paciente debe ser trasladado al centro de trauma más cercano, tan pronto como se haya hecho el diagnóstico.
-La prolongación de la etapa diagnóstica es contraproducente, ya que se ha establecido que un paciente no puede ser tratado en el servicio inicial.
-La interconsulta médica debe hacerse antes del transporte para asegurarse que el servicio que va a recibir al paciente cuenta con los recursos necesarios para su tratamiento.
Complicaciones
Complicaciones que pueden surgir de lesiones diagnosticadas y no diagnosticadas.
Puede producirse hemorragia intraabdominal, infección, sepsis y muerte.
Se ha descrito la ruptura o la hemorragia retardadas de órganos sólidos, en particular el bazo.
En los pacientes que van a ser sometidos a laparotomía y reparación, las complicaciones son similares a otras enfermedades que requieren intervención quirúrgica.
Pronóstico
El pronóstico general de los pacientes con trauma abdominal cerrado es favorable.
-Sin estadísticas que indiquen el número de muertes extrahospitalarias y el número total de pacientes con trauma abdominal cerrado, la descripción del pronóstico específico de pacientes con lesiones intraabdominales es difícil.
-Las tasas de mortalidad en pacientes hospitalizados son del 5 al 10%.
Educación del paciente
Mantener en posición correcta el apoyacabezas del vehículo.
Utilizar el cinturón de seguridad.
La cinta del cinturón debe cruzar el abdomen inferior y por debajo de la cresta iliaca.
Usar el apoyacabeza aun si el vehículo tiene otro dispositivo como el “airbag”.
Ajustar los asientos y el volante para maximizar la distancia entre la pared abdominal y el volante, mientras se tiene el control del vehículo.
Aconsejar al paciente la práctica de las medidas de seguridad en el tránsito.
Consecuencias médicas y legales
Imposibilidad de sospechar lesión intraabdominal de mecanismos apropiados
Imposibilidad de evaluar el dolor abdominal, del flanco o del reborde costal luego de la lesión abdominal contusa.
Imposibilidad de realizar la interconsulta y la intervención quirúrgicas en el momento apropiado.
Imposibilidad de reconocer la hemorragia intraabdominal y postergar la operación para hacer pruebas diagnósticas adicionales ante signos de compromiso hemodinámico