Aspectos destacados
o Esta es una actualización de la fisiología de la secreción gástrica donde se describen las interacciones entre las distintas vías hormonales y paracrinas y los avances sobre el conocimiento de nuevos receptores que pueden constituirse en futuros blancos terapéuticos
Las células de la mucosa gástrica
El ácido clorhídrico digiere las proteínas, facilita la absorción del hierro, del calcio y de la vitamina B12.
Además previene la proliferación bacteriana. Esta función es cuidadosamente regulada para evitar el daño de la mucosa gástrica. Dicha regulación involucra varias vías regulatorias que convergen en 4 tipos de células: las parietales (ácido clorhídrico), las enterocromafinas (histamina), las células G pilóricas (gastrina) y las células D que producen somatostatina. Durante la fase interdigestiva, la secreción ácida se mantiene en un bajo volumen por la somatostatina que ejerce un efecto inhbidor sobre las células G pilóricas y las enterocromafinas.
Las células parietales derivan de células precursoras del istmo de las glándulas oxinticas y se renuevan periódicamente. Estas células poseen formaciones vesiculo-tubulares donde se encuentra la bomba de protones H+K+-adenosina trifosfatasa (H+K+-ATPasa). Al ser estimuladas las formaciones vesiculo-tubulares se unen a la membrana y se activa la bomba de protones con producción de ácido clorhídrico. Los inhibidores de la bomba de protones (IBP) se unen a esta enzima y la inactivan, pero solamente cuando las formaciones vesiculo-tubulares están unidas a la membrana.
Mecanismos de la secreción ácida
Fase cefálica. La fase cefálica se activa por estímulos sensoriales provenientes de los sentidos y de la deglución. Esta fase contribuye en aproximadamente el 50% de la respuesta ácida ante una comida. El núcleo motor dorsal del vago en la médula y el núcleo paraventricular del hipotálamo, conectado a su vez con el núcleo arcuato, desempeñan funciones primordiales en la integración de la información aferente-eferente.
Mecanismos periféricos estimulantes
Las moléculas estimulantes son la gastrina, colecistoquinina, histamina, acetilcolina y ghrelina.
Gastrina. La gastrina es el principal mediador de la secreción ácida estimulada por los alimentos y es esencial para el crecimiento de la mucosa gástrica, particularmente de las células parietales y enterocromafinas. Sobre las primeras actúa en forma directa y sobre las segundas en forma indirecta y en ambos casos a través de los receptores CCQ2 presentes en las membranas de esas células (Figura).
La interrupción del tratamiento con IBP luego de 8 semanas se asocial con un efecto rebote de aumento de secreción de ácido gástrico en los pacientes que son Helicobacter pylori-negativos y, este efecto dura aproximadamente 2 meses. Dicho rebote explicaría porqué en algunos estudios, donde un cierto número de pacientes está también recibiendo IBP, la erradicación del H-pylori aumenta la incidencia del reflujo gastroesofágico
Histamina. La histamina es sintetizada por la enzima histidina decarboxilasa y se acumula en vesículas dentro de las células enterocromafinas. La histamina es liberada por la gastrina que actúa sobre los receptores CCQ2 de dichas células y estimula la secreción ácida al unirse con los receptores H2 de las células parietales (Figura).
Acetilcolina. La acetilcolina es liberada por las neuronas posganglionares del plexo entérico y estimula la secreción ácida mediante la activación de los receptores M-3 de las células parietales.
Ghrelina. Se trata de una hormona producida por las células oxínticas de la mucosa gástrica. En Ios seres humanos la infusión de ghrelina aumenta el apetito y la secreción ácida. La ghrelina se libera cuando el tubo digestivo superior está vacío de calorías y se inhibe con la incorporación de alimentos.
Mecanismos periféricos inhibidores
Somatostatina. La somatostatina se encuentra en las células oxinticas y las células pilóricas D. Esta proteína inhibe la secreción ácida actuando directamente sobre las células parietales o indirectamente a través de las células enterocromafinas y lo hace siempre como ligando de los receptores ST2 (Figura). En los pacientes con úlcera duodenal, la infección gástrica por H-pylori se asocia con disminución de la somatostatina y por lo tanto con un aumento de la secreción gástrica.
Colecistoquinina. La colecistoquinina se encuentra en los nervios entéricos y en las células I endocrinas de la mucosa duodenal y yeyunal y ejerce su acción inhibidora a través de los receptores CCQ1 de las células D. (Figura).
Leptina. Además del tejido adiposo, la fuente de leptina son las células principales del estómago. La leptina es segregada en respuesta a los alimentos, la insulina, la gastrina y la colecistoquinina.
Conclusiones
La comprensión de la secreción ácida recorrió un largo camino desde que Proust descubrió el ácido clorhídrico en 1823. Los conocimientos actuales señalan que la secreción gástrica está exquisitamente regulada por vías interrelacionadas que incluyen el sistema nervioso central, el plexo entérico, y una intrincada red de células, de receptores y de sustancias que actúan en forma paracrina y hormonal. Existen por lo tanto, numerosos blancos sobre los cuales se pueden desarrollar futuros agentes.
Figura. Esquema de la regulación de ácido clorhídrico enfocado sobre la función de los receptores 1 y 2 de la colecistoquinina (CCQ1 y CCQ2, respectivamente). Durante la etapa de reposo del estómago sin ingreso de alimentos, la colecistoquinina (CCQ) actúa sobre los receptores específicos (CCQ1) situados en la membrana de las células de somatostatina del antro (células D). Estas células liberan somatostatina que tiene una acción paracrínica inhibidora sobre las células liberadoras de gastrina (células G), el principal estimulante hormonal de ácido gástrico, y sobre las células enterocromafinas (células ECF) que producen histamina. Para ello la somatostatina actúa sobre los receptores específicos ST2 de dichas células.
El aumento de la secreción ácida producido por estímulos nerviosos y por la deglución, activa a las células G productoras de gastrina. La gastrina a su vez actúa sobre los receptores CCQ2 de las células parietales con activación de la bomba de protones de dichas células (vía directa:VD). La gastrina también actúa sobre los receptores CCQ2 de las células enterocromafinas produciendo la liberación de histamina (vía indirecta: VI). La histamina a su vez actúa sobre receptores específicos H2 de las células apriétales aumentado la producción de ácido gástrico