El dolor en la literatura

C.S. Lewis, un escritor contra el dolor

El escritor inglés C.S. Lewis escribió en 1940 su libro “El problema del dolor”. Su propósito era resolver el aspecto intelectual presentado al sufriente por el sufrimiento. El autor observa con agudeza que una filosofía del dolor nunca podrá llegar a ser un analgésico adecuado para obviar al sufrimiento.

Autor/a: José Antonio Trujillo Ruiz*

Fuente: El Médico Interactivo

Indice
1. El dolor como aprendizaje
2. Dolor y reflexión teológica

*Miembro de la Asociación Española de Médicos Escritores y Artistas.

En “El problema del dolor”, el escritor inglés C.S. Lewis plantea que el primer paso para comprender este enigma, consiste en entender que la posibilidad del sufrimiento está implicada por el orden de la naturaleza y por la existencia de voluntades libres. Una reflexión seria sobre estas dos condiciones de posibilidad de dolor tiene una consecuencia trascendental e inquietante: la convicción de que el intento de excluir de raíz la posibilidad del sufrimiento llevaría a hacer imposible la vida humana.

En el contexto que tiene el dolor en la salvación para los cristianos, Lewis escribe que el dolor actúa como despertador de que algo va mal en la vida humana: "El dolor no sólo es un mal inmediatamente reconocible, sino un mal imposible de ignorar". Lewis observa que el dolor es uno de los vehículos más eficaces para que se despierte en el hombre la conciencia de la existencia de Dios; porque "el dolor insiste en ser atendido. Dios nos susurra en nuestros placeres, también nos habla mediante nuestra conciencia, pero en cambio grita en nuestros dolores, que son el megáfono que Él usa para hacer despertar a un mundo sordo".

En este primer libro, Lewis todavía no ha sufrido en primera persona un dolor lacerante y desgarrador, y concluye que "cuando el dolor tiene que ser sufrido, un poco de valor ayuda más que mucho conocimiento; un poco de simpatía humana ayuda más que mucho valor, y el más leve rastro de amor de Dios es lo que ayuda más que cualquier otra cosa". La vida hace que posteriormente Lewis sufra en primera persona el zarpazo del dolor, y en 1961 publica “Una pena en observación”. El problema deja de ser un hecho intelectual y se transforma en el centro de su vida. La pérdida de su esposa se transforma en dolor hondo que invita a Lewis a escribir en las pocas páginas de este libro la reflexión de su desdicha, enfrentándose a todo lo que previamente había preconcebido, incluso a Dios, por su aparente ausencia en esos momentos tan difíciles.

Apuntes biográficos

C.S. Lewis es un autor enmarcado dentro de la rica tradición de apologistas cristianos del mundo anglosajón de los dos últimos siglos, junto con Chersterton, Belloc, Knox y Sayers, por citar algunos. Su obra fue muy popular, y como señala uno de sus mejores críticos, H. Hyslop, "a pesar de sus defectos, Lewis hizo más que otros muchos al esforzarse en explicar la herencia cristiana a una generación mal instruida y equivocada". Pocos escritores tienen el honor de ser citados habitualmente por pensadores de la talla de Josef Pieper, Robert Spaemann o el propio Cardenal Ratzinger, actual Santo Padre "Benedicto XVI". Sus escritos muestran una ortodoxia casi general, aunque queda patente su formación anglicana y sus prejuicios contra el catolicismo, como señalan los hermanos Odero, autores de uno de los mejores estudios completos y sistemáticos de Lewis.

No entenderíamos la vida de C.S. Lewis si no conociéramos su relación con la poetisa norteamericana de origen judío, Helen Joy Gresham. Ella se convirtió al cristianismo influida en gran medida por las obras de Lewis. Tras varios años de relación epistolar, Joy visitó por primera vez a Lewis en 1952.

Desde ese momento, el trato entre Joy y Lewis se intensificó, sin salirse inicialmente de una mera amistad entre escritores. En 1956 le diagnosticaron a Joy un grave cáncer óseo. Lewis aceptó entonces un singular matrimonio civil de conveniencia para que Joy pudiera obtener la nacionalidad británica. Poco a poco, se dio cuenta que estaba verdaderamente enamorado de la poetisa norteamericana. Así, el 21 de marzo de 1957 se casaron canónicamente en la habitación del hospital donde estaba ingresada Joy. Por aquel entonces, Lewis tenía 59 años y Joy 42.

Joy se recuperó momentáneamente gracias a la radioterapia, y vivió con sus dos hijos en la casa de Lewis en Oxford, e incluso hizo con él un viaje a Grecia en la primavera de 1960. Fueron años muy felices para ambos. Al poco tiempo de su regreso del país heleno, Joy volvió a recaer y, finalmente murió tres meses después. C.S. Lewis murió en su casa de Oxford el 22 de Noviembre de 1963, poco tiempo después de la partida de su amada.