Recientemente comenzaron a cobrar enorme importancia los diferentes mecanismos bioquímicos que se encuentran trabajando en nuestro organismo sin cesar, y es evidente que lo que hoy lo ataca con mayor rigor son las fallas que generan dichos mecanismos. Nuestro cuerpo es una máquina que actúa en equipo y se desempeña a grandes distancias en un espacio físico bien delimitado, por lo que resulta catastrófico que se alteren la función y la estructura de algún órgano. Al suceder esto automáticamente los procesos bioquímicos contiguos y los órganos anatómicamente relacionados se verán sometidos a las mismas o peores alteraciones que donde se generó el problema.
Las interleucinas son citocinas que se desarrollan de manera natural en el cuerpo, aunque se pueden producir en el laboratorio. Hasta ahora se han identificado muchas interleucinas; la interleucina-2 (IL- 2 o aldesleucina) ha sido la más estudiada en el tratamiento del cáncer. La IL-2 estimula el crecimiento y la actividad de muchas células inmunes, como los linfocitos, que pueden destruir células cancerosas. La FDA (Food and Drug Administration) ha aprobado la IL-2 para combatir el cáncer de riñón metastásico y melanoma metastásico.
Por su parte, los investigadores siguen estudiando los beneficios de las interleucinas para tratar otros cánceres, como el cáncer colorrectal, de ovario, de pulmón, de cerebro, de seno, de próstata y algunas leucemias y linfomas. En la actualidad poco conoce la clínica acerca de la gran trascendencia de la función de este tipo de citocinas, por lo que nos permitimos ejemplificar: el sistema de reproducción femenino funciona mediante la acción coordinada de hormonas, interleucinas y células que interactúan y se retroalimentan; es así como el estrógeno y la progesterona influyen sobre las células presentadoras de antígenos (macrófagos), estimulando laç producción de interleucinas, especialmente la IL1 (interleucina 1) y el FNT (factor de necrosis tumoral).
Es conveniente aclarar que las interleucinas (citocinas) son mensajeros humorales intercelulares que pueden operar en la proximidad o a distancia, ejerciendo funciones que van desde el efecto interno en la célula que la produce, hasta el externo sobre las células proximales y endocrinos sobre diferentes estructuras y sistemas proximales o distales.
Se debe destacar que las interleucinas actúan en lo que podría llamarse una cascada de respuesta humoral, donde unas estimulan o inducen la producción de otras hasta lograrse el objetivo deseado. La interleucina 1(IL1), el factor de necrosis tumoral (FNT) y el interferón gamma (INFd) son muy importantes en el inicio de la cascada hormonal hipofisiaria, con la producción de las hormonas TSH, GH, PRL, LH y FSH.
El embrión permanece en una continua transformación, por tanto, antigénicamente visto es un muestreo permanente de nuevos y diferentes antígenos que, como tales, van despertando inmunidad variable sobre diversas estructuras que luego desaparecen, dando origen a otra estructura e impidiendo así la acción del sistema inmunitario.
De esta manera se han detectado anticuerpos específicos contra órganos, tejidos embrionario-oncofetales, antígenos HLA clase 1 del padre modificados y que se hallan presentes en algunas subpoblaciones celulares que están en contacto con la decidua materna. Durante mucho tiempo se pensó que esta transformación constante del embrión era la razón de ser de la no intervención del sistema inmunitario contra el feto.
Interleucinas que intervienen en la implantación del huevo
Las citocinas producidas por linfocitos T son muy importantes en el momento de la implantación. La interleucina 3 (IL3), factor estimulante de colonias granulomonocítico (GM-CSF) y la interleucina 2 (IL2) han demostrado ser fundamentales en la proliferación e implantación del trofoblasto. Existen trabajos experimentales muy destacados en este sentido en los cuales al suministrar estas interleucinas a murinos gestantes se ha acelerado el nivel de proliferación trofoblástico en forma considerable, siendo este efecto dosis dependiente. El GM-CSF elevó por encima de diez veces la velocidad normal de crecimiento del trofoblasto al ser inyectado en murinos gestantes; esta hemopoyetina es producida por las células deciduales. En un útero gestante murino se ha encontrado elevado el GM-CSF hasta en 1000 veces su título normal.
Existe una retroalimentación entre este factor de crecimiento y las hormonas esteroideas ováricas, como el estrógeno, la progesterona y la gonadotropina coriónica humana. Actualmente se sabe que hay receptores de membrana para GM-CSF en las células placentaria y decidual. Se debe aclarar que parece que las interleucinas IL3 y GM-CSF se retroalimentan en su producción a nivel placentario. Las citocinas pueden dividirse en función de su origen, estímulo y efectos biológicos en cinco grupos: interleucinas, factores de necrosis tumoral, factores estimuladores de colonias, interferones y quimiocinas.
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* Médica algóloga adscrita al Centro Nacional de Capacitación en Terapia del Dolor y presidenta de la Asociación Mexicana de Algología “Dr. Vicente García Olivera”.