Acné

Tratamiento antibiótico del acné e infecciones de las vías respiratorias superiores

Relaciones entre el uso prolongado de ATB para tratamiento del acné y las infecciones respiratorias altas.

Autor/a: Dres. Margolis DJ, Bowe WP, Hoffstad O, et al.

Fuente: Arch Dermatol. 2005;141:1132-1136

Introducción

Es sabido que el abuso de antibióticos está asociado con la aparición de cepas de microorganismos resistentes y subsiguiente aumento de infecciones. Esto se observa particularmente en los tratamientos prolongados con antibióticos. El acné vulgar, especialmente en las formas moderadas y severas, constituye un modelo ideal de enfermedad para evaluar los efectos de estos tratamientos (figura). En esta patología es frecuente el uso tópico de eritromicina y clindamicina o la administración oral de minociclina, doxiciclina y tetraciclinas.  



Figura: Acné severo con lesiones nódulo-quísticas. Estos casos son habitualmente tratados con antibióticos en forma prolongada.

Las infecciones de las vías aéreas superiores (IVAS) como la faringitis son extraordinariamente frecuentes en una población y los autores de este trabajo ya habían demostrado que cerca del 35% de los pacientes con acné bajo tratamiento antibiótico tenían estreptococos del grupo A, de los cuales el 85% eran resistentes a las tetraciclinas.
En este trabajo, los autores, realizaron un estudio retrospectivo para establecer si la administración prolongada de antibióticos para el tratamiento del acné aumenta la incidencia de IVAS.

Métodos

Se utilizó la base de datos del General Practice Research Database (GPRD), que recopila información sobre más de 9 millones de pacientes del Reino Unido y con más de 35 millones de personas-año de seguimiento a cargo de un total de 1500 clínicos generales.

Resultados

Durante 1987 y 2002, se identificaron 118.496 individuos con acné entre 15 y 35 años de edad y que fueron tratados con un antibiótico. El 6,1% recibió agentes tópicos solamente, el 1,3% recibió agentes por vía oral y el 92,6% recibió una combinación de agentes orales y tópicos. Dentro del primer año de estudio, 18.281 pacientes (15,4%) tuvieron al menos un episodio de IVAS y 4270 pacientes (3.6%), desarrollaron infecciones de las vías urinarias. El odds ratio para IVAS de los pacientes que recibieron antibióticos comparados con los que no recibieron fue de 2,15 (95% intervalo de confianza [IC], 2,05-2,23; P<0,001). El OR para infecciones de las vías urinarias, haciendo la misma comparación fue de 1,11 (95% IC, 1,03-1,19; P=0,002).

Discusión

Los antibióticos empleados para tratar el acné, esencialmente la eritromicina, las tetraciclinas y la clindamicina, ya casi no se emplean para las IVAS. Sin embargo, las IVAS fueron unas de las infecciones más frecuentes en los pacientes evaluados en este relevamiento. Las posibilidades de adquirir IVAS en un paciente con acné son el doble de las de una persona sin acné y este hallazgo persistió independientemente de la vía de administración.

Estudios previos demostraron que los antibióticos de aplicación local empleados para el acné, afectan la flora cutánea distante del sitio de la aplicación así como la colonización de las fosas nasales, un reservorio habitual para los gram positivos.

A semejanza de otros estudios retrospectivos obtenidos de bases de datos, esta información tiene ciertas limitaciones y una de ellas sería la certeza del diagnóstico de IVAS. Además, el empleo de antibióticos está reservado para los pacientes con acné de grado moderado a grave y por lo tanto el tratamiento suele ser prolongado.

En resumen, el acné es una afección característica de los adolescentes y de los adultos jóvenes. Según estadísticas de los Estados Unidos, el acné afecta a 2 millones de personas por año y equivale a cerca de 6 millones de consultas. Es frecuente que los tratamientos se prolonguen más allá de los 6 meses y en estos casos el riesgo de adquirir una IVAS se duplica.
Además de estos aspectos, los pacientes con acné constituyen un grupo de estudio interesante para determinar el efecto que produce sobre otros sistemas, el tratamiento prolongado con antibióticos, así como el riesgo de desarrollar otros agentes patógenos con resistencia antibacteriana.

Aspectos destacados

٭ ¿Qué se conocía del tema?

El abuso de antibióticos está asociado con la aparición de cepas de microorganismos resistentes y subsiguiente aumento de infecciones.

٭¿Qué aporta el estudio?

Los pacientes con acné que son tratados durante un tiempo prolongado con los antibióticos habituales para esta dermatopatía, aumentan en forma significativa las posibilidades de desarrollar IVAS e infecciones de las vías urinarias.
Los antibióticos empleados para el acné, aunque sean de uso local como la eritromicina y clindamicina, afectan la flora bacteriana en sitios distantes y en las fosas nasales, desarrollando cepas resistentes.

٭ ¿Cómo se vincula a la práctica?

En el tratamiento del acné hay que establecer estrategias para reducir a pocos días la administración de antibióticos.