Adicciones

El uso de anestesia general en el tratamiento la desintoxicación de heroína no parece aportar beneficios

El uso de la anestesia general para la desintoxicación de heroína no ofrece beneficios en comparación con otros dos métodos, y está asociado a diversos efectos secundarios contra la salud del paciente, según datos de un estudio publicado en "JAMA".

Los autores explican que la retirada de heroína bajo supervisión médica provoca malestar en el paciente y altas tasas de abandonos. Muchos adictos temen el malestar físico de éste y cualquier otro tratamiento para dejar su consumo de forma rápida. Incluso los que completan el proceso de desintoxicación registran altas cifras de recaída, sobre todo debido a la ausencia de un tratamiento continuo posterior. Estos problemas han incrementado, durante los últimos 15 años en Estados Unidos, el uso de la anestesia asistida con opioide, que implica administrar una droga opiácea antagonista para neutralizar los efectos de la heroína cuando el paciente está inconsciente por la anestesia general.

Esta opción se ha publicitado rápidamente como un tratamiento que permite la desintoxicación de la heroína sin dolor pero resulta cara, los seguros no la cubren, carece de buena evidencia que avale su eficacia e, incluso, tiene riesgos para la salud. La desintoxicación suele estar seguida de un largo tratamiento con una droga antagonista como naltrexona para bloquear los efectos de la falta de consumo de heroína.

Los investigadores de la Universidad de Columbia en Nueva York realizaron un estudio al azar controlado parar evaluar la seguridad, tolerabilidad y eficacia de la desintoxicación con anestesia asistida con opiodes en comparación con otros dos métodos hospitalarios de retirada de heroína y uso de naltrexona.

La investigación incluyó 106 pacientes, de entre 21 y 50 años, que fueron asignados a uno de los tres tratamientos de desintoxicación durante 72 horas hospitalizados, seguidos de 12 semanas sin estar en el hospital tratados con naltrexona como mantenimiento y psicoterapia como prevención de la recaída.

Los pacientes recibieron una anestesia asistida con opioide (entre 4 y 6 horas) con inducción por naltrexona; anestesia con buprenorfina (un sustituto del opiode) seguida de naltrexona o un tratamiento con clonidina (un antihipertensivo que disminuye el síndrome de abstinencia) con posterior administración de naltrexona.

Comparada con la desintoxicación con clonidina, la anestesia y la buprenorfina obtuvieron mejores resultados en la inducción con naltrexona (94% en los pacientes tratados con anestesia, 97% entre los que se les administró buprenorfina y 21% de los de clonidina), pero no se vieron diferencias en las cifras de desintoxicación completa. El tratamiento de mantenimiento durante las 12 semanas fue bajo y no significativamente diferente entre los tres grupos.

En concreto, sólo el 11% de los pacientes continúo el tratamiento posterior a la hospitalización durante 12 semanas y se registraron menos de dos tests de orina positivos, indicando que un elevado número de pacientes recayeron en el consumo de heroína. El proceso con anestesia se asoció a tres posibles efectos secundarios: edema pulmonar severo y neumonía, una ketoacidosis diabética y un desorden bipolar que requirió hospitalización.

"En resumen, este estudio de la anestesia general para la desintoxicación opiácea y la inducción con naltrexona no demuestra beneficios significativos", concluyen los autores.

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JAMA